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HALLOWEEN EN LAS TABLAS

Teatro interactivo para pasar un mal rato

‘El coleccionista del mal’ combina drama, magia y terror en un recorrido para 15 personas Se representa en Madrid de jueves a domingo

Raúl de Tomás interpreta al Profesor Luna.Vídeo: Luis Almodóvar

Discreción. Esta es la primera advertencia. 15 personas esperan frente a una puerta cerrada en una céntrica calle de Madrid. No hay número ni tampoco ninguna señal o cartel. El dueño de una antigua tienda dedicada a la venta de corcho sale para cerrar la persiana de su negocio mientras advierte: “Con los jóvenes que sois que pena que no vayáis a salir de ahí”. La cita es a las ocho de la tarde. 24 horas antes el espectador tiene que haber recibido un correo electrónico con toda la información necesaria: una contraseña que se obtiene tras responder a una pregunta correctamente, una dirección y un catálogo con los objetos malditos, esos que el Profesor Luna (interpretado por Raúl de Tomás, que es también el director) tiene en su colección. Lázaro (Alex Tormo), el ayudante, sale a la hora señalada y comprueba que todos los asistentes conocen la contraseña. “Discreción, por favor,”, dice, mientras saluda a los transeúntes. El proceso dura varios minutos hasta que uno de ellos se para extrañado: “¿Esto qué es?”, pregunta. Lázaro le explica que necesita una contraseña para entrar, que se trata de algo clandestino. Sin embargo, la insistencia del curioso termina por doblegar al actor. “Es El coleccionista del mal, una obra de teatro”, acaba descubriendo. La atmósfera es importante, pero hay que vender el producto.

En realidad no es exactamente una obra de teatro. “Es una nueva forma de ocio. Mezcla una parte dramática con otra interactiva. Hay magia y terror”, explica Tormo, actor con una larga trayectoria sobre las tablas y en televisión. “Es una iniciativa que no existía”, añade De Tomás, que ha sido guionista de series como Raphael, emitida en Antena 3.

Guiados por el asistente Lázaro, que se debate entre la rebeldía y la obediencia ante el profesor, 15 espectadores recorren durante una hora 80 metros cuadrados con varios habitáculos donde el Profesor Luna tiene su colección. Cada objeto maldito tiene una historia y un truco de magia: una caja de la Inquisición que delata a los inocentes, una silla que ha acabado con buena parte de una familia, una campana que se comunica con el más allá. Funciona mejor lo primero que lo segundo. Mejor el drama que la magia. El miedo tampoco parece apoderarse del público. “A diferencia El Psicópata, el anterior espectáculo, este está más centrado en el drama y en la magia”, admite el director. Lo deja claro el grito de Carmen, el más sonoro del público en todo el desarrollo de la historia. Solo que el chillido no lo ha provocado el show, sino una broma de su novio. Esta vez sí: se asustaron hasta los propios actores.

De momento esta iniciativa “austera”, como ellos mismo la definen, parece superar las expectativas de sus promotores. "La idea nació para no estar esperando a que suene el teléfono", aseguran. Ahora ya van por la tercera parte, tras La pensión maldita (2011) y El psicópata (2012). Todas en torno al personaje del Profesor Luna. Seis funciones a la semana (una los jueves y domingo, y dos los viernes y sábados, entre 11 y 18 euros), para las que no hay entradas hasta la tercera semana de noviembre. “Las redes sociales nos han ayudado muchísimo”, subraya De Tomás. Con varios espectáculos ya en mente para el futuro, la idea es que este éxito les ayude a encontrar patrocinadores y lleve a la obra a otras ciudades con una mayor producción. Si es que el profesor Luna y su ayudante, de incierta naturaleza, sobreviven a la maldición de la colección que esperan mostrar al menos hasta junio de 2014.

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