Músico y sastre de sonidos ajenos
Productor especializado en artistas con carácter, Refree publica su séptimo disco
No vive Refree de sus propios discos y eso al parecer no es un obstáculo sino que le da una libertad envidiable. “La libertad es el 100% de este proyecto, si la pierdo desaparece su sentido. Hubo un momento en el que me preocupaba más lo que vendía, pero ahora me da igual. Estoy muy a gusto como productor. Un poco estresado, sí, pero vivo bien y cuando hago un disco de Refree es para divertirme. Ambos aspectos de mi trabajo son complementarios. Mi vida no tendría la misma intensidad y sentido si no los combinara”.
Lo del estrés se entiende visto el programa de su visita relámpago a Madrid. Saca media hora para hablar de Nova creu alta, título futbolero, (así se llama el campo del Sabadell) del séptimo álbum que este barcelonés nacido en 1976 y bautizado como Raül Fernández ha publicado bajo su seudónimo artístico unipersonal. Desde 2005 lleva publicando álbumes en los que lo hace todo. Pero la charla es en la terraza de un bar de barrio en una bochornosa tarde de otoño porque ha viajado a la ciudad por otro motivo, producir un álbum benéfico, y el estudio está allí al lado. “Es un proyecto para Amnistía Internacional. Algunos de los artistas que participan son gente con la que he trabajado y me pidieron que produzca una parte... en realidad al final supervisaré casi todo”.
Allí están Kiko Veneno, último Premio Nacional de Músicas Actuales, y Christina Rosenvinge artistas a los que ha producido con bastante éxito. Refree es ese técnico al que se acude cuando se quiere que el trabajo de un artista dé un giro. Su mano se nota. No se le contrata para que pase desapercibido sino para conseguir que el artista suene de otra manera. “Sí, veo que pasa y es fuerte. Cuando alguien piensa ‘vamos a hacer un disco distinto’, es como que la elección es clara: ‘pam, Refree’. Yo no tengo la sensación de querer llevar a nadie a un sitio distinto. Es importantísimo saber que estás haciendo un traje para alguien, no un disco propio. Yo le propongo cosas. Y si se nota el sello me parece estupendo. Pero lo que es muy importante es la convivencia, hablar, conocerse... la preproducción es fundamental”.
Cuenta con un arma propia, un estudio en su casa. “Lo monté para mí y pensé: ‘grabo a los artistas en otro sitio y luego me hago los arreglos aquí‘. Pero al final como soy así de friki, he recopilado aparatos antiguos y he terminado por tener un estudio que está muy bien. El problema es que es en mi casa y es un equilibrio complicado. Pero con gente como Kiko que tiene un ritmo muy especial de hacer las cosas, que funciona mejor a largo plazo, pudiendo pensar, que se va y vuelve, es así como funciona mejor.
Decía hace meses que Kiko Veneno era el artista más tozudo con el que había trabajado, y tiene experiencia en artistas con caracter. Refree ha colaborado también con la rapera Mala Rodríguez, con el componente de Sonic Youth, Lee Ranaldo o con Silvia Pérez-Cruz, la artista catalana que publicó su debut en solitario en 2012 y que se ha convertido en un inesperado éxito, lleva 20.000 copias vendidas hasta el momento. “La verdad es que no está mal el listado. La psicología no es una parte en apariencia muy grande del trabajo, pero te prometo que si no la tienes no puedes hacerlo”.
Asegura que, por eso mismo, este nuevo disco de Refree es mucho más guitarrero que los anteriores, y en él ha abandonado su suavidad mediterránea habitual. “Este disco esta muy influido por el de Kiko. Quieras o no solo hago las cosas que me gustan. Soy selectivo y digo no a muchas producciones. Y como tengo la suerte de trabajar con gente interesante y con un carácter muy fuerte es muy difícil que no te afecte”.
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