Bradley Cooper cruza su camino con el de Ryan Gosling en la gran pantalla
Se estrena en España la nueva película de Derek Ciafrance, director de 'Blue Valentine' Cooper asegura que participó en el proyecto animado por la presencia del actor canadiense
Podemos heredar el color de los ojos, o la forma de la nariz o de los pies; podemos heredar deudas o quizá, con más suerte, una biblioteca, una casa o buenas aficiones. Pero en Cruce de caminos (The Place Beyond the Pines) de Derek Cianfrance (Blue Valentine), el legado que reciben los personajes es mucho más pesado. Luke Glanton, un musculoso, tatuado y tierno Ryan Gosling, subsiste de feria en feria como estrella de la motocicleta, hasta que descubre que su amante Romina (Eva Mendes) ha tenido un hijo. Entonces decide asentarse y ganar dinero para poder aportar al bebé lo que necesita, a pesar de que Romina ya vive con otro hombre, y ha buscado el camino de la estabilidad. Los buenos propósitos de Luke se encuentran con una mala solución: decide robar bancos animado por los consejos de su amigo Robin (Ben Mendelsohn). El drama que se desencadena en la primera parte de esta descomunal película de casi dos horas y media se expande a las otras dos. La segunda está protagonizada por un Bradley Cooper en la piel de Avery Cross, un personaje que el actor describe “en busca de identidad”, que, a fuerza de inmadurez, de ambición y de guardarse los secretos y los traumas, termina por hacer que Jason (Dane DeHann) y A.J. (Emory Cohen), los hijos de Luke Glanton y el suyo propio, hereden los males de sus progenitores. O de la ausencia de ellos.
Bradley Cooper solo comparte pantalla con su admirado Ryan Gosling por unos minutos, y lo hace de una manera sustancialmente menos sexy, como policía en los primeros compases de su historia. Cooper se sumó al proyecto por el actor canadiense, y cogió el resto del impulso para participar en esta película intrigado por lo que había escuchado de la forma de rodar del director Derek Cianfrance, cuenta de visita de nuevo en Madrid para presentar Cruce de caminos. “Había oído que Michelle [Williams] y Ryan [Gosling] habían convivido para el rodaje de Blue Valentine, que el proceso creativo de Derek [Cianfrance] es muy interesante”, asegura.
La manera de filmar este largometraje ha llevado ese sello de búsqueda de realidad. Bradley Cooper relata divertido que para una escena en la que su personaje está hospitalizado, se pasó 17 horas en la cama del tirón; si quería ir al baño, disponía solo de un orinal. “Derek Cianfrance no quiere llegar a la mitad de un momento, sino vivirlo por completo porque piensa que el trayecto puede modificar lo que pase al final…”, explica este hombre que rehúye la etiqueta de “galán de Holywood”, aunque su apariencia y pose no dejen lugar a dudas. “Estoy en esto porque me gusta formar parte de un trabajo en equipo”, dice preguntado por él y Gosling como dos de los guapos oficiales de la industria y esto como reclamo para la película. “Da mucha seguridad en uno mismo trabajar con gente a la que admiras tanto… ¿Y yo? ¡No sé lo que he aportado a mi personaje! Creo que curiosidad…”
Narrada sin flash-backs, con un salto temporal que sitúa a los intérpretes de los veintitantos a los cuarenta y pocos, Cooper piensa que esa historia lineal es precisamente uno de los elementos mejores de la película. “Es como si vivieras con los personajes en esa ciudad durante todo ese tiempo; te hace sentir como si estuvieras ahí”. Cooper habla de Schenectady, en el Estado de Nueva York, ese lugar cuyo nombre se deriva de una palabra iroquesa que indica un lugar “más allá de los pinos”, y donde se desarrolla casi toda la acción. Y destaca también la ambición de Cruce de caminos por llegar a temas más grandes como la familia y el traspaso de la culpa o de los pecados, además de los miedos. “Con esta película he aprendido de la importancia de no enterrar los secretos”, añade convencido de que la esperanza es un elemento que finalmente funciona en el filme. Además de la siguiente generación que empuja. El actor nacido en Filadelfia emite un ¡wow¡ para hablar de las actuaciones de Dane DeHann y Emory Cohen, los hijos que tienen que lidiar en Cruce de caminos con esas herencias que no se plasman en un color o que no se pueden contar con dinero.
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