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OBITUARIOS

Marian McPartland, más que una pianista de jazz

Trabajadora incansable en sus múltiples encarnaciones como música, pedagoga, presentadora radiofónica, crítica musical y compositora

Marian McPartland, en 1970.
Marian McPartland, en 1970. MICHAEL OCHS (GETTY)

Sabemos por sus hijos que Marian McPartland murió sonriendo. No puede concebirse final más apropiado para quien estuvo empeñada en desdecir la leyenda trágica que acompaña al jazz desde sus comienzos. Marian McPartland fue la viva imagen del “anti malditismo”, además de una trabajadora incansable en sus múltiples encarnaciones como pianista, pedagoga, presentadora radiofónica, crítica musical y compositora. Falleció a las 11: 58 h. del martes 20 de agosto en su domicilio de Long Island, en Nueva York, debido a “causas naturales”. Contaba 95 años de edad.

Margaret Marian Turner vino al mundo un 20 de marzo de 1918 en Slough, un arrabal londinense sin mucha historia. A los 3 años era ya el centro de atención en las reuniones familiares: “fui una pianista prodigio de record Guinness”, confesaba. Sus padres la ingresaron en la prestigiosa Guildhall School of Music and Drama para estudiar a los clásicos. Sin embargo, la joven prefería otros clásicos: Duke Ellington, Fats Waller y Teddy Wilson. En 1938 abandonó la escuela para enrolarse en una compañía de vaudeville: “por fin estaba en el show business”.

Durante la Segunda Guerra Mundial recorrió Europa actuando delante de las tropas norteamericanas, lo que le permitió alternar con Dinah Shore, Fred Astaire y Jimmy McPartland, cornetista de jazz, con quien formó pareja artística, primero, y sentimental, después. Ellos mismos pusieron la música a la ceremonia nupcial, celebrada a poco de finalizada la contienda. En 1945, el matrimonio trasladó su residencia a los Estados Unidos. Cuatro años más tarde estrenaban apartamento en Manhattan. “Me recuerdo caminando por Broadway con Jimmy. Pasamos por el Aquarium Club donde Louis Armstrong estaba tocando. Louis gritó: “eh, McPartland, “!ven acá!”. Y allá fuimos”. A nada, la pianista estaba alternando con la realeza del jazz en Eddie Condon´s, feudo de los tradicionalistas en la Gran Manzana: “me sabía todos los clásicos, Ostrich Walk, Royal Garden Blues…” sería el propio Jimmy McPartland quien le alentara a ampliar su paleta musical: “me dijo que yo era capaz de tocar cualquier cosa, incluso bebop”. Marian iba a romper una lanza en contra del machismo imperante en el jazz. “Mujer, blanca e inglesa”, escribió irónicamente Leonard Feather: “Lo tiene todo en contra”. En 1952, se convirtió en la “pianista de la casa” de The Hickory House, bar-restaurante próximo a la Calle 52 famoso por sus chuletas y sus tríos de jazz. Duke Ellington y Oscar Peterson eran clientes habituales del establecimiento, así como la pianista Mary Lou Williams, en quien McPartland se miraba como en un espejo: “Era una mujer muy valiente, y mi amiga”. Las 2 aparecen codo con codo en A day in Harlem, el más célebre retrato colectivo de la historia del jazz, que publicó la revista Esquire en 1959.

Su nuevo destino sería otro asador-club de jazz, Embers. En 1969, la pianista fundó su propia compañía discográfica, Halcyon, Un año más tarde, ella y Jimmy McPartland se divorciaron. Volverían a casarse en 1991, justo 2 semanas antes de la muerte del chicagoan.

A los 60 años, la intrépida jazzista inició una segunda carrera en las ondas hertzianas con Marian McPartland's Piano Jazz. La propia McPartland terminaba tocando el piano a dúo con sus invitados. La lista de los mismos resulta abrumadora: de Dave Brubeck a Cecil Taylor, Norah Jones o Elvis Costello, quien terminaría casándose con una devota oyente del programa, la pianista Diana Krall. “A sus 90 años, tocaba de una forma asombrosamente libre”, recuerda el saxofonista Dave Liebman.

En Twilight World, grabado en 2007, McPartland completó su largo viraje estilístico, desde sus inicios en el jazz tradicional a la música de Ornette Coleman. Y siempre de oído, pues nunca aprendió a escribir música.

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