‘El cuervo’ renace con ‘sabor español’
Francisco Javier Gutiérrez, director de ‘3 días’, filmará otra versión del cómic de James O’Barr, con Luke Evans
“Conozco el dolor a un nivel molecular. Tira de mis átomos. Me canta el alfabeto del miedo”. Así hablaba El cuervo en la secuencia de apertura de Inercia (1989), la primera de sus aventuras en viñetas. Cinco años después, el malogrado Brandon Lee, que fallecería en esta película de Alex Proyas fruto de un disparo accidental que debería haber sido de fogueo, decía: “Madre es el nombre de Dios en los labios de todos los niños”. Venganza, tragedia y poesía. A tal legado, el de una novela gráfica legendaria que lleva vendidas más de 750.000 copias en todo el mundo, se enfrenta el director cordobés Francisco Javier Gutiérrez, que sorprendió a la crítica con su enfoque minimalista del apocalipsis en 3 días, su debut y hasta el momento su única película.
“Voy a intentar distanciarme del filme de Proyas y buscar una propuesta estética diferente, contemporánea”, revela el director cordobés, que ha sustituido al tinerfeño Juan Carlos Fresnadillo al timón del proyecto. “Habrá incluso algún guiño a nuestra cultura... Un cierto sabor español. Muy sutil. Solo para ojos despiertos”. Distanciarse de la película de Proyas será clave para que los fans de este film, uno de los clásicos del cine de culto, le perdonen a Gutiérrez el sacrilegio de atreverse a rodar una nueva versión del tétrico relato de Eric Draven.
Pero el cineasta cuenta con un as en la manga: el apoyo incondicional de James O’Barr, creador de la novela gráfica, que ha presentado este nuevo filme junto a Gutiérrez en la Comic-Con. “Los fans de El cuervo siempre han sido hostiles a un remake. ¿Y quién puede culparlos? Mira el desastre que hicieron con las secuelas”, exclama O’Barr, que escribió y dibujó esta novela gráfica para expiar el dolor por la muerte de su novia, arrollada por un conductor borracho. “Incluso yo estaba un 110% en contra hasta que conocí a Javier. Lo apoyé por una razón muy simple: es el único que se vino a Dallas para explicarme sus ideas y que le propusiera las mías. Ningún director, salvo Alex Proyas, lo había hecho”.
El margen para alejarse de la adaptación que protagonizó Brandon Lee, que O’Barr describe como “terreno sagrado”, es grande. El cómic estructura de manera muy diferente la acción a la película. En cinco capítulos —Inercia, Desespero, Ironía, Miedo y Dolor— el lector se adentra en una trama caleidoscópica, que a través del monólogo interior que contienen los cuadros de texto y de la estética onírica de O’Barr mezclan como un todo los recuerdos de Eric Draven y su romance idílico con Shelly con la caza de los hombres que asesinaron a la pareja. A esta aproximación más lírica es a la que aspira F. J. Gutiérrez. “El cómic tiene algo de poético y surreal que definitivamente va a formar parte de la película. Habrá elementos nuevos, personajes y tramas diferentes, pero siempre en un segundo plano, intentando mantener el espíritu original”. O’Barr hasta tiene una receta, como si de un cóctel se tratara, para que el fan de El cuervo se haga una idea de lo que le espera: “Un tercio de Cabeza borradora, con todas las metáforas visuales de pesadilla; un tercio de romance en Technicolor; y un tercio de la violencia de Taxi driver”.
Uno de los puntos delicados de El cuervo es la elección del actor para el papel protagonista. La interpretación de Brandon Lee está envuelta por un aura casi sobrenatural. Según cuenta en su biografía, Bruce Lee predijo su muerte tal y como se produjo años antes de que su hijo fuera actor. La versión más aceptada de lo ocurrido apunta a un error técnico: por error, una bala real se había quedado atrapada en la pistola que debía disparar a Brandon. El disparo lo alcanzó en la médula espinal y la abundante hemorragia acabó con su vida. Ahora es Luke Evans, el Zeus de Immortals que protagonizó Henry Cavill o el Aramis de la versión de Los tres mosqueteros dirigida por Paul W.S. Anderson, quien debe asumir a este personaje maldito. “Luke abarca el abanico de emociones, caras y matices que requiere el personaje de Eric: oscuridad, crueldad al tiempo que bondad y ternura”, elogia su director, F.J. Gutiérrez. “No es fácil encontrar todo ello en un solo actor, de ahí que el proceso de selección del reparto haya sido largo y tortuoso (como el de la propia película)”.
Aunque la identidad de El cuervo ha cambiado con las secuelas, Eric Draven solo encarna a esta sobrenatural vengador en la primera parte y en su serie televisiva, cinco actores ya se han pintado los labios de negro y la cara de blanco. Edward Furlong, el que debutó interpretando al John Connor juvenil de Terminator 2: El juicio final (1991), ha sido el último de ellos en la vapuleada El cuervo 4: La plegaria (2005), que tiene el dudoso honor de tener un 0% de críticas positivas en la página Rottentomatoes, con solo cinco críticos que la machacan. Algo mejor, aunque muy mediocre, fue la recepción de El cuervo: salvación (2000), la tercera película de la saga en la que el actor Eric Mabius asumía el papel principal. Entre el segundo y el tercer capítulo, Mark Dacascos asumió el legado de Brandon Lee interpretando a Eric Draven en los 22 episodios de la serie televisiva El cuervo (1998-1999), subtitulada, en versión original con el título de una mítica canción de Led Zeppelin: Starway to Heaven. Por último, Vincent Perez fue el que se vio con el papelón de sustituir como nuevo Cuervo al fallecido hijo de Bruce Lee. La cosa no le fue bien, ni en taquilla (solo en Estados Unidos recaudó casi cuatro veces menos) ni en crítica (13% en Rottentomatoes frente al saludable 82% de la película de Proyas).
Además de tener que convencer a unos fans bastante escaldados, F. J. Gutiérrez tiene que lidiar con el mal fario que parece maldecir a esta nueva versión de la película. El primero que lo intentó fue Stephen Norrington, director de la primera entrega de Blade, que apostaba por un enfoque cuasi documental, de cinema vérité, para contar esta historia. Otro español, Juan Carlos Fresnadillo, tomó el testigo, con Bradley Cooper para el papel principal. Pero, tras una serie de batallas legales por los derechos del film entre la productora, Relativity Pictures, y The Weinstein Company, el cineasta tinerfeño decidió darse de baja.
Documental de TVE que explica cómo pudo terminarse la película tras la muerte de Brandon Lee.
Con el trío formado por F.J. Gutiérrez, James O’Barr y Luke Evans, más su presentación en sociedad en el evento friki por excelencia, la Comic-Con de San Diego, parece que esta vez será la definitiva, aunque Relativity tiene una última batalla legal que librar con uno de los productores del film de Proyas. Si nada lo impide, la película comenzará su rodaje en 2014. El objetivo, para James O’Barr está claro: “Con suerte, podremos hacer una película sólida y duradera que se pueda sentar con orgullo al lado de la de Brandon Lee y Proyas”. Conseguirlo, en manos de un español está.
Babelia
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