"No queremos subvenciones, sino reconocimiento"

Con la intervención de Andrés Amorós, catedrático de Literatura Española, han finalizado en la Comisión de Cultura del Congreso las comparecencias de los diez expertos propuestos por los distintos grupos parlamentarios para expresar su opinión sobre la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que pretende declarar la fiesta de los toros como Bien de Interés Cultural (BIC).

Los diputados han tenido oportunidad de conocer contrastadas opiniones a favor y en contra de la consideración de la tauromaquia como hecho cultural, sobre su propia existencia como espectáculo, y, especialmente, han conocido las dificultades jurídicas que plantea la declaración de BIC a tenor de que las competencias taurinas están transferidas a las Comunidades Autónomas.

En la tarde de ayer, cerró la sesión el ganadero Carlos Nuñez, presidente de la Mesa del Toro y de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, quien pidió al poder político ‘tolerancia, respeto, libertad de elegir y de empresa. Dedicó parte de su intervención a intentar demostrar que la fiesta es cultura universal, y se refirió a la consideración como "producto cultural y disciplina artística" que figura en el decreto que decidió el paso de la fiesta del Ministerio del Interior al de Cultura, así como a la concesión de la Medalla al Mérito de las Bellas Artes a una larga lista de toreros.

En las grandes ferias se recaudan  900 millones de euros

Hizo hincapié en algunos aspectos económicos, tales como la aportación del sector taurino al Estado por el IVA, "que sextuplica al cine y triplica al teatro, según datos de 2009". Apuntó, además, el impacto económico de las grandes ferias, que cifró en 900 millones de euros, y se refirió a los cánones que los empresarios pagan a las administraciones públicas propietarias de plazas de toros. "Si ustedes piensan", dijo dirigiéndose a los diputados presentes, "que buscamos subvenciones, están equivocados; lo que queremos es el reconocimiento que merece la fiesta como BIC, al igual que otras manifestaciones artísticas".

Al representante de la Mesa del Toro le precedió en el uso de la palabra la sicóloga María Vicenta Viquer, representante de la Asociación de Profesionales para la Defensa de los Animales, quien, en referencia a la tauromaquia, afirmó que "el sadismo como espectáculo es una de las semillas de violencia para los menores", y se manifestó radicalmente en contra de que los toros sean declarados BIC.

Esta mañana se han celebrado las tres últimas comparecencias, dos de ellas contrarias a los toros y una a favor. José Enrique Zaldívar, presidente de la Asociación de Veterinarios por la Abolición de la Tauromaquia, mostró a la sala el arpón de una divisa, una banderilla y un estoque, hizo una pormenorizada descripción de los daños que, a su juicio, sufre el toro en cada uno de los tres tercios de la lidia, y afirmó de forma categórica que la tauromaquia es maltrato y tortura animal, y que si no se puede prohibir la fiesta, al menos que no se la declare BIC.

A propuesta del Grupo Mixto participó a continuación Leonardo Anselmi, portavoz de la Plataforma Prou, y promotor de la ILP que propició la prohibición de los toros en Cataluña. En su intervención, toda una aparente, profusa y farragosa lección filosófica y sociológica sobre el análisis sincrónico y diacrónico de las corridas de toros, concluyó que "urge revisar las relaciones que tenemos los humanos con los animales"; pidió que se verifiquen los datos económicos del sector taurino, y que se reconvierta la fiesta, de modo que se pueda mantener el toro sin el espectáculo.

Cerró la sesión el catedrático Andrés Amorós, aficionado y crítico taurino, quien hizo una encendida defensa de la fiesta de los toros, y se detuvo en el valor ecológico, el económico y el cultural de la tauromaquia."El toro", dijo, "es el logro portentoso del laboratorio humano". Ofreció los datos económicos ya conocidos sobre el sector, y desgranó todo un rosario de argumentos sobre el hecho cultural de la fiesta de los toros.