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La SGAE estudia aplicar un ERE

La medida afectaría a alrededor de un 15% de sus 440 empleados La entidad cerró 2012 con un déficit de 1,8 millones

Daniel Verdú
Fachada iluminada del edificio sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en Madrid.
Fachada iluminada del edificio sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en Madrid.

La situación en la SGAE no para de agravarse. A las descarnadas luchas de poder que la Junta Directiva está sometiendo a la entidad en las últimas semanas –que cada vez ponen más complicado el normal gobierno de la sociedad y la continuidad de su presidente, Antón Reixa- se añade ahora la amenaza de un ERE que podría afectar a alrededor de un 15% de su plantilla, según fuentes de la entidad.

El déficit de la SGAE en el pasado ejercicio alcanzó los 1,8 millones de euros y la recaudación cayó en un 16,2%. Ante la llegada de una nueva directora general para reorganizar la sociedad –también su estructura laboral- se contrató también a una consultora (Boston Consulting Group) que elaboró un informe de reestructuración y lo presentó el pasado martes en un Consejo de Dirección monográfico. La reunión –que terminó de nuevo en reprobaciones contra Reixa- permitió conocer los datos del trabajo encargado a la consultora, entre los que se encuentra la posibilidad de despedir a 56 trabajadores de los alrededor de 440 que se encuentran en estos momentos al servicio de la entidad.

La medida, que ya ha empezado causar la lógica inquietud entre los trabajadores de la sociedad, debería aprobarse o rechazarse en el Consejo de Dirección del día 15 de julio. Un día antes de que se produzca la Junta Directiva donde los bandos enfrentados volverán a intentar saldar cuentas pendientes. Algunas voces consultadas han llegado a sugerir la idea de convocar elecciones anticipadas.

A Antón Reixa, que en dos meses ha tenido que superar una moción de confianza y una asamblea ordinaria que se planteó como un plebiscito contra él (la superó por un escaso 56,3%), le llueven los golpes desde su propia junta desde que comenzó una guerra el pasado marzo a causa de la música que se emite en los programas televisivos de madrugada. Entonces señaló por carta a 11 socios que, según él, se dedicaban “fraudulentamente” a generar derechos de autor con músicas para dichos espacios.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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