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“Siempre nos ha interesado el talento”

Ricard Robles defiende que la cultura ha de aportar más cosas que ingresos turísticos

Ricard Robles, uno de los tres directores del Sónar.
Ricard Robles, uno de los tres directores del Sónar.MASSIMILIANO MINOCRI

Ricard Robles (Esparreguera, 1965) es la terca parte de la dirección tripartita del festival Sónar, que comienza hoy con la novedad especial del cambio de ubicación de las actividades de día a Fira de Montjuïc. La cita llega a la 20ª edición envuelta de grandes expectativas.

Pregunta: En la música ha cambiado todo menos los festivales. ¿Hasta cuando?

Respuesta: No lo sé, pero lo que no ha cambiado sustancialmente en todo esto es el directo, un lugar donde se produce la experiencia compartida de la música. Los festivales son ahora eso, un lugar de encuentro para materializar de manera visible tu pasión por la música. Incluso puede que haya una necesidad aún mayor de esta parte física y social de la música.

P. Todo es más veloz: ¿no se corre el riesgo de que al acortarse los períodos de popularidad, un artista llegue al Sónar con su fama en descenso?. Podría ser el caso de Baauer, cuya punta de fama la obtuvo viralmente hace unos meses, entre Sónar y Sónar.

R. Es cierto que la duración del éxito se ha acortado, pero nunca hemos querido vivir histéricos para tomar la foto estricta de la actualidad. A Baauer le contratamos antes de que se hiciese popular en You Tube, ahora el artista ha de demostrar cómo será su carrera. Daft Punk podía haber sido un grupo estacional, y mira cómo les ha ido.

P. Cierto, pero en tiempos de Daft Punk los períodos de popularidad eran más estables. Contratar a los artistas en el momento justo es hoy más complicado.

R. A mi lo que me interesa es el show de Baauer en este momento, todo lo demás no nos preocupa en demasía.

P. ¿Qué significa hoy en día música avanzada?

R. Su sentido se ha revalidado. Antes era un territorio muy acotado donde las nuevas tecnologías podían favorecer un discurso musical determinado, mientras que ahora esas herramientas se pueden utilizar para crear cualquier discurso musical. Hace 20 años ya no nos interesaba exactamente lo que el artista usaba para hacer música, sino los resultados artísticos de aquella utilización. Siempre nos ha interesado el talento.

P. Symon Reynods dice en su libro Retromanía que desde la aparición del mp3 no hay nada realmente nuevo en la música.

R. La evolución indica que se hacen grandes saltos y luego hay un continuo ir hacia delante y hacia atrás. Los pasos son ahora pequeños, no hay cambios radicales como los de los años 80, que fueron los últimos. Hay artistas que se han hecho personalidad propia, con un discurso personal. Las individualidades han ido a más, ha habido grandes maestros cuyo legado es vigente.

P. ¿Me dice que los movimientos y la colectividad no son ahora impulsores de los cambios?, ¿que ellos dependen más de los individuos?

R. En la evolución musical tiene más importancia lo individual que lo colectivo. Hoy puedes escoger de forma simultánea muchos personajes y tener varios discursos, personalidades múltiples. Los grandes nombres son únicos: Aphex Twin, Burial, Massive Attack, y antes Kraftwerk, Pet Shop Boys.

P. ¿Nos olvidamos entonces de las revoluciones estéticas del calado del punk o del hip-hop?

R. No es algo que se pueda forzar, eso se da, ocurre. No sé avanzar cuando tendrá lugar la próxima revolución, si tiene lugar.

P. En esta evolución ¿que papel juega Skrillex, el artista más polémico del cartel de este año?

R. Trasciende al tema musical y tiene mucho peso generacional. No tiene detrás una gran industria y se ha convertido en la puerta de entrada de mucha gente joven al mundo de la electrónica. Por primera vez en 20 años me llaman mis amigos para pedir entradas para sus hijos. Lo creo significativo, hay un importante componente generacional en esta figura.

P. Tras la hibridación hace años entre rock y electrónica, parece que hoy el rock ha desaparecido y sólo el pop mantiene su matrimonio con la música electrónica.

R. Si me preguntasen por mis grupos favoritos de rock me pondrían en un problema y tendría que ir al spotify a buscar por espacio de tres o cuatro horas. No por desprecio, no porque no me interese, es que no tengo el panorama rock tan identificado. El pop se ha mantenido más vinculado a la electrónica y a la actualidad musical.

P. ¿El modelo turístico de Barcelona beneficia o perjudica al festival?

R. El festival convive con este modelo de ciudad pero reivindica otros valores de la cultura. Somos una manifestación cultural que atrae a mucha gente, pero creo que hemos de pensar que además del impacto turístico de la cultura, existen otros. El impacto del Sónar va más allá de lo económico. Durante estos días hay en Barcelona muchos acontecimientos ligados o vinculados al Sónar. Eso pasa en pocas ciudades del mundo, pasa en Austin con el SXSW o en Avignon y Edimburgo con sus festivales de teatro. ¿Qué deja el Sónar en la ciudad al margen del impacto económico?, ¿se puede aspirar a liderar como ciudad unas industrias creativas tras su identificación?, ¿podemos hacer mejores escuelas de música?, ¿se puede mejorar el tejido industrial vinculado a la música, a la creatividad, al audiovisual o a la tecnología?. La cultura nos ha de aportar más cosas que ingresos turísticos.

P. El aspecto expositivo tradicional del Sónar ha mutado en Sónar D, ¿Significa eso que la exposición más o menos convencional está superada?

R. Dejamos de hacer exposiciones por razones varias. Una dados unos costes que no se podían asumir. También necesitábamos renovar nuestro relato. Nos interesa tanto la obra como el proceso creativo previo a la obra, el cómo se llega a ella. Eso está en la base del Sónar D, donde estará la instalación ofreciendo además su proceso creativo. Nos interesa que los creadores traigan al Sónar su laboratorio y expliquen lo que buscan, lo que necesitan para crear.

P. ¿Cuándo vieron que el CCCB se quedaba corto para el Sónar Dia?

R. Hace tres años. No podía ser que estuviésemos vendiendo entradas unos 90 países y la gente se encontrase al llegar un espacio lleno y sin posibilidades de tránsito.

P. ¿Por qué fracasó el Sónar en Galicia?

R. Porque es un mercado con las dimensiones que tiene y los costes del festival son los que son. No lo tuvimos claro hasta probarlo.

P. ¿Y el SónarKids de las primeras ediciones?

R. Por los costes también. Teníamos que ofrecer un montaje de festival a precios familiares. Resultó imposible de mantener.

P. ¿Qué le dice la palabra emprendedor?

R. Me parece condescendiente, somos empresarios, no emprendedores. Es como si llegado el momento de la verdad nos sentasen en la mesa de los niños. Parece que la palabra empresario esté cargada de significados indeseables.

P. Hay analistas que han definido al industria discográfica como una industria del fracaso, ya que la mayor parte de sus lanzamientos no funcionan. ¿Se puede decir los mismo del Sónar, un festival lleno de nombres de muchos de los cuales no se vuelve a saber nada?

R. Hay un equilibrio entre artistas populares de taquilla para poder introducir a los nuevos que en caso de venir solos a Barcelona tendrían 15 espectadores. A pesar de ello hemos detectado en nuestras encuestas que el público viene al Sónar a descubrir cosas más que para ver a las estrellas del cartel.

P. Se dice de ustedes que manejan sus relaciones externas con la habilidad propia de la diplomacia vaticana.

R. ¿Qué es la diplomacia vaticana?

P. Aquella que con poco ruido consigue lo que desea

R. Trabajamos mucho, esta es una realidad. Y después es que nosotros somos bastante así, no somos distintos en el dia a día que en nuestra forma de relacionarnos, el ambiente de la oficina es así, somos muy poco rock and roll. Y sí, se consigue más siendo discreto.

P. Hasta cuando se ve al frente del Sónar.

R. No lo sé, pero seguro que no 20 años más

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