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PRIMAVERA SOUND 2013
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Delorean animan la fiesta inagurual del festival

El grupo vasco enciende a un multitudinario público que acudió a la primera sesión de la cita The Vaccines no convencieron en una noche que se presentó fría

El cantante y bajista del grupo Delorean, Ekhi Lopetegui, durante el concierto gratuito ofrecido en la jornada inaugural del Primavera Sound.
El cantante y bajista del grupo Delorean, Ekhi Lopetegui, durante el concierto gratuito ofrecido en la jornada inaugural del Primavera Sound.Marta Pérez (efe)

El año pasado ocurrió en la amplia avenida que remata el Arco de Triunfo, pero este, el del IVA y sus desdichas, pareció oportuno aprovechar la infraestructura ya dispuesta en el Fórum para cuando el festival despliegue sus reales en el inmenso espacio que diluye Barcelona en el mar. Por ello en esta edición la fiesta de bienvenida, gratuita, al Primavera Sound tuvo lugar en el mismo Fórum, donde varios operarios remataban las casetas de algunas marcas comerciales como esos estudiantes que apuran la vigilia del examen para recuperar tiempo perdido. Era por ello extraña la sensación que ofrecía el recinto, a medias abierto, casi por completo cerrado, con sólo un gran escenario en funcionamiento, el situado en el anfiteatro junto a la explanada central, y con los aficionados deambulando como niños que se acercan a recoger sus regalos en la mañana de Reyes. Era una hermosa estampa de estreno en un atardecer que luego traería frío.

Justo en la entrada un mini escenario ofrecía la primera tentación al melómano. Por allí pasaron bandas como La Big Rabia, Norma, Telebit o Foxhound, alguna de las cuales repetirá actuación a lo largo del festival. Pero aquel escenario era como el aperitivo que permitía reencontrarse con escenas ya conocidas de otras ediciones: azafatas vendiendo nuevos modelos de automóvil, los primeros mochileros de cerveza a la caza del sediento y una innovación: un carrito expendedor de cerveza que se mueve sin que sea necesario ingerir litros de alcohol. Pero lo importante, detalles ambientales al margen, estaba en el escenario principal de la noche del miércoles, allí donde se iban a batir The Vaccines y Delorean, las principales bandas del aperitivo del Primavera. Aváncese ya que los de Zarauz ganaron por amplia goleada.

Dígase que la asistencia al recinto fue muy nutrida y, lógicamente, estaba en su mayor parte integrada por extranjeros que ya se encuentran en la ciudad y desean apurar la oferta que les brinda el festival. La explanada frente al escenario estaba completamente llena, y sólo las primeras filas, las de los fans más entregados, vibraron con el concierto de The Vaccines. Sí, cuando sonaron Wreckin’ bar (ra ra ra), Post Break-Up Sex o All in white aumentó la intensidad del cabeceo que, de todas formas, pudo achacarse más a la ganas de diversión del público que a la propuesta en sí de los ingleses. Su paso por escena dejó en el aire la sensación de ver a otra banda estacional de pop más o menos vigoroso-garajoso pero sin una personalidad marcada que les permita mantener la cabeza fuera del pelotón. Fue así una de las trescientas cincuenta y nueve bandas que se ven en los festivales de verano, una más.

Su lugar en escena fue luego ocupado por los zarauztarras Delorean, una banda en absoluto original pero completamente convencida de lo que hace. Y lo que es mejor, convencieron a los espectadores, recuérdese mayoría extranjera, de que lo que escuchaban tenía brío, sentido y resultaba contagioso. Delorean, cuarteto en escena con la pulsión de batería acústica para embridar su sonido en el rock con el apoyo de bajo, rematan su propuesta con puntuales aportaciones de guitarra dejando descansar el sonido en programaciones. Por lo demás, la banda se apunta tanto al house como al pop, usando bases que recuerdan al Chicago más clásico, como samplers de Prefab Sprout (entrada de guitarra de Bonny), voces que evocan sonidos tibiamente tribales y punteos de guitarra casi líricos. Todo ello lo empaquetaron en una hora de concierto en el que se antojó escuchar nuevos temas en un contexto bailable que no redujo la cantidad de público que llenaba la explanada. Porque no hay en este escenario del Primavera mejor termómetro de empatía entre público y banda en escena que reparar en el movimiento de personal subiendo por las gradas del anfiteatro. Y con Delorean apenas hubo movimiento. Fueron profetas en un festival donde otras bandas nacionales habrán de sudar para conseguir audiencias foráneas, una de las indiscutibles utilidades de un festival como el Primavera. Y hoy, primera jornada a todo trapo. Por cierto, se anuncia fresco para la noche y el viernes, directamente, frío. Y frío junto al mar, triple frío. Que alguien la “emprenda” a vender cafés con leche.

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