Los nuevos mercados
Algo está cambiando en la escena artística y no solo por la aparición de los llamados mercados emergentes
La pregunta surge casi insidiosa cada cierto tiempo: ¿dónde se compra arte ahora? O, dicho de otro modo, ¿quién detenta el poder último en el mercado del arte? Porque, al fin y al cabo, se trata de mucho más que de una transacción: es un auténtico juego de fuerza que desplaza a unos u otros robando y otorgando el protagonismo. Comprar arte es otra forma de influir en el mercado y sus vaivenes. Por eso mercados emergentes o nuevos coleccionistas son términos con los que cualquiera que se interese un poco por el arte está familiarizado hoy. De hecho, la proliferación de las ferias de arte por cualquier ciudad del mundo ofrece una idea de ese intento por hacerse visibles. Desde algunas como como las de Shangai a Delhi, pasando por jóvenes bienales como la de Sharjah o Kochi, en todos los países se busca una infraestructura que potencie el coleccionismo y el interés por al arte y sus transacciones, entre otras cosas porque invertir en arte habla de mucho más de lo que aparenta: solo los mercados más sofisticados —si se me permite usar ese término— estarán dispuestos a apostar por algo en apariencia volátil como el arte, aunque a día de hoy comprar un picasso es mil veces más seguro que adquirir unas acciones en bolsa. Con los artistas mas jóvenes las cosas implican más riegos que con los maestros —de Picasso a Zhang Daqian—, claro, pero aún así, teniendo en cuenta el precio que se paga, barato en el caso del arte joven, la transacción suele ser rentable.
Porque lo que está en juego es el prestigio, el sector estuvo revolucionado cuando China superó a Estados Unidos, sin duda el lugar por excelencia de las grandes transacciones de obras de arte. ¿Quería eso decir que China no sólo era rica sino que empezaba a ser sofisticada? Aunque las cosas fueron volviendo poco a poco a su antiguo cauce, no cabe la menor duda de que algo está cambiando en la escena artística y no solo por la aparición de los llamados mercados emergentes. Lo entendió la gran feria de Basilea al abrir su sucursal especializada en arte contemporáneo de América Latina en Miami. De hecho, un fenómeno del cual aún se habla poco pero que empieza a estar presente de un modo u otro en algunas ferias —incluso con una feria especializada—, las ventas de arte por Intenet, no han tocado techo respecto a sus infinitas posibilidades. Hace poco un coleccionista me decía que en el caso de un gran desembolso prefería ver la obra, pero ¿quién dice que en el futuro no se compre por Internet un picasso catalogado y en una galería de confianza, igual que se puja en las casas de subastas por grandes piezas de joyería desde el ordenador del salón?
Babelia
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