Orsay califica de “fantasiosa” la teoría sobre ‘El origen del mundo’
La pinacoteca asegura que la pintura que expone es una obra “acabada y en ningún caso un fragmento de una obra más grande”
Según los responsables del museo de Orsay, los escépticos tenían razón y la historia fue bonita mientras duró, es decir, unas 24 horas. El origen del mundo (L’origine du monde), el famoso cuadro pintado en 1866 por Gustave Courbet (1819-1877) en el que se ve en primer plano el sexo de una mujer, no tiene cara. Para los expertos de Orsay, la historia relatada por el semanario francés Paris-Match en su última edición es “una hipótesis fantasiosa”. La revista —este diario se hizo eco ayer— publicó que un aficionado a la pintura había descubierto que el famoso cuadro había sido partido en dos trozos y que había adquirido la pieza con la cabeza del cuerpo de la modelo en un anticuario, pero los expertos del museo donde se expone El origen del mundo lo negaron con rotundidad.
En contra de lo que es habitual, la institución rompió su deber de reserva y publicó una nota clara en la que desmentía esa teoría. Refutó la tesis, defendida por el autor del catálogo razonado de Courbet, de que el cuadro original fuera más grande del que cuelga en sus paredes. Orsay asegura que la pintura que expone es una obra “acabada y en ningún caso un fragmento de una obra más grande”. Aunque reconoce que hay zonas de sombra y secretos en la historia de la obra, recuerda que la historiografía, y entre otros autores Marcel Duchamp, siempre afirmó que el original era tal cual se ve hoy: un cuerpo de mujer sin brazos ni cabeza.
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