Cien años de periodistas en el celuloide
El libro 'Periodistas de cine' recorre cientos de títulos con el mundo periodismo como telón de fondo En la obra destacan clásicos como 'Todos los hombres del presidente' o 'El gran carnaval'
¿Qué tienen en común James Stewart, Robert Redford, Russell Crowe o Jennifer López? Todos, a lo largo de sus carreras se han puesto, al menos una vez, en la piel de un periodista. Quienes trabajan en la comunicación, por su peculiar forma de entender la vida, han sido reflejados desde los albores del cine con mayor o menor fortuna. El madrileño Luis Mínguez, también profesional de la información, recopila en el libro Periodistas de cine (Ediciones T&B) unas 200 películas con buscadores de noticias como protagonistas.
El repaso se inicia hace casi 100 años, con la que es, probablemente, la primera aparición de un periodista en el séptimo arte. En Making a living, Charlie Chaplin se hace pasar por un trabajador de un medio con pocos escrúpulos, capaz de pasar por encima de sus compañeros. “Chaplin aparece como un pícaro dispuesto a quitarle la noticia literalmente a otro”, explica el propio Mínguez. En el corto, de 1914, el astuto protagonista le roba el cuaderno de notas y la cámara a un trabajador de un periódico que acaba de presenciar un accidente automovilístico. Este tipo de periodista, egoísta y carente de ética, aparecerá de forma recurrente en las siguientes décadas.
“Es conocido que los periodistas tenemos nuestras trampas y ardides, y que a veces rebasamos la confianza de nuestras fuentes, pero no somos tan malos”, dice Mínguez. “Aunque en el cine está más presente el lado heroico del periodista, el del que busca la verdad y está al servicio de la sociedad que el de la faceta turbia del informador”.
En el recuerdo están personajes como Kirk Douglas alargando la agonía de un hombre sepultado para enviar más exclusivas en El gran carnaval o Gregory Peck dispuesto a inventarse una entrevista a una princesa en Vacaciones en Roma. El cine clásico y el libro de Luis Mínguez están llenos de ejemplos de periodistas tramposos. Para el autor, estos filmes de cuando los informadores llevaban visera y se bebía y fumaba en las redacciones, todavía son vigentes a la hora de analizar la realidad de la profesión: “Lo único diferente es que los periodístas de ese cine buscaban una respetabilidad social, un estatus, por lo que vestían atildadamente con traje”, explica el autor del libro.
Pero la historia del celuloide también ha sido generosa con la profesión y ha retratado a no pocos periodistas como paladines comprometidos con la justicia. “Esa búsqueda de la libertad, al servicio de la sociedad, hace que haya muchas películas de este tipo de comunicador, sobre todo en el subgénero de los conflictos bélicos”, afirma este periodista que pone como ejemplo Bajo el fuego –protagonizada en 1983 por Nick Nolte y Ed Harris– y Los gritos del silencio –dirigida por Roland Joffé en 1984–.
Tal y como se reconoce en el libro, el filme más recurrente en las facultades a la hora de conocer los entresijos de la profesión es Todos los hombres del presidente, película de 1976 en la que Dustin Hoffman y Robert Redford se ponen en la piel de los investigadores que forzaron la dimisión de Nixon tras el escándalo Waterwate. Según Luis Mínguez, es la película sobre periodistas más emblemática “porque muestra en imágenes la investigación más importante de los medios de comunicación”.
Los periodistas del séptimo arte han cambiado sus cigarrillos y sus máquinas de escribir por tabletas con las que trabajan en periódicos que ahora pertenecen a grandes grupos de comunicación. Pero, en el fondo, tal y como resume Luis Mínguez, “parece como si pocas cosas hubieran cambiado” en este subgénero, que para él sigue en auge.
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