Viaje sonoro de España a Brasil

“Hace más de 500 años un instrumento de cuerda viajó desde la Península Ibérica hasta Brasil. Frecuentó los palacios y los burdeles, y vivió en las calles y en los auditorios. En las manos de Garoto y Baden Powell, en el regazo de Tárrega y Segovia, en los dedos de Raphael Rabello y Paco de Lucía, la guitarra se convirtió en el más querido y democrático de los instrumentos”, reza el texto de contraportada del libro Violão Ibérico (Trem Mineiro) que acaba de publicar en Brasil el periodista Carlos Galilea, director y conductor del programa radiofónico Cuando los elefantes sueñan con la música, en antena desde hace 25 años en Radio3, y colaborador habitual de EL PAÍS.

La solvencia del volumen de Galiela se apoya en una profunda investigación de los orígenes y evolución del instrumento más popular del mundo, y en una serie de conversaciones (de las cuales están disponibles algunos fragmentos en Youtube) con la flor y nata de la guitarra brasileña contemporánea: Marcus Tardelli, Marcello Gonçalves, Yamandu Costa, Guinga, Lula Galvão, João Bosco, Zé Paulo Becker y Juarez Moreira, entre otros.

A lo largo de las 450 páginas de Violão Ibérico, de lectura asequible para profanos en la materia aunque por ahora sólo disponible en su edición en portugués, el autor viaja al Al-Andalus del siglo IX, cuando Ali Ibn Nafi, Ziryab, rediseña el laud imperante en la época y funda en Córdoba una escuela de música “que puede considerarse el primer conservatorio de Europa”. Galilea glosa el desembarco de la viola o vihuela en el Nuevo Mundo de manos de los conquistadores españoles y portugueses. A mediados del siglo XIX certifica el nacimiento de la guitarra española de nuestros días, construida en Sevilla por Antonio de Torres Jurado y desarrollada años más tarde en Madrid por José Ramírez Galarreta e Planell. El sonido del instrumento, según el autor, se verá potenciado en las manos de los grandes maestros Francisco Tárrega, Emilio Pujol, Andrés Segovia, Narciso Yepes, o el paraguayo Agustín Barrios.

A lo largo de este ensayo, aplaudido en Brasil por la crítica especializada, cobra un protagonismo especial la adaptación de la guitarra a los modelos armónicos y melódicos brasileños a través de lecturas tan extraordinarias y dispares como las de Canhoto, Dino 7 cordas, Garoto, Tubirio Santos, Badem Powell o Raphael Rabello. De este magma estético aun se alimentan los maestros contemporáneos y los talentos de la guitarra brasileña ya consolidados, como Marcus Tardelli, ungido por el compositor Guinga como “el Mozart de la guitarra”, Marcello Gonçalves o Yamandu Costa.

Un capítulo aparte merecen en el libro de Galilea los dos nombres, español y brasileño, que han liderado corrientes revolucionarias en la forma de interpretar el instrumento: Paco de Lucía y João Gilberto. El primero, definido por el autor como “uno de esos músicos que les complican la vida a los que llegan después tocando el mismo instrumento”, ya ha pasado a la historia como el guitarrista flamenco que grabó a Falla y que en 1975 llevó el arte gitano a las tablas del Teatro Real, hasta entonces solo pisadas por los eruditos. El segundo es el genio nacido en Juazeiro (Bahía), que hoy, a sus 81 años, sigue concentrando en su sinuosa voz y en su particularísimo estilo de pulsar las cuerdas la quintaesencia de la bossa nova, el movimiento brasileño que encantó al planeta desde finales de los 50.

La solvencia del volumen de Galiela se apoya en una profunda investigación de los orígenes y evolución del instrumento más popular del mundo

Glosa el desembarco de la viola o vihuela en el Nuevo Mundo de manos de los conquistadores españoles y portugueses

Galilea presentó su libro a finales de noviembre en el Instituto Cervantes de Río de Janeiro. Allí estuvieron para arroparle algunos de los protagonistas de las páginas de Violão Ibérico: desde el legendario Milton Nascimento, hasta un auténtico dream team de la guitarra brasileña formado por Marcus Tardelli, Guinga, Juarez Moreira, Marcello Gonçalves o Zé Paulo Becker.