“El Nobel no debería ser un instrumento político”
Mientras Mo Yan recibía ayer el Nobel de Literatura, su compatriota Liu Xiaobo, galardonado en 2010 con el de la Paz, seguía encarcelado
Mientras Mo Yan recibía ayer el Nobel de Literatura, su compatriota Liu Xiaobo, galardonado en 2010 con el de la Paz, seguía encarcelado, sin que el hombre del día de ayer en Estocolmo haya salido estos días en su defensa. Liu fue detenido el 8 de diciembre de 2008, dos días antes de la prevista publicación de la Carta 08 —un manifiesto político que pedía reformas democráticas en China—, y el 25 de diciembre de 2009 fue condenado a 11 años de cárcel por “incitar a la subversión del poder del Estado”. Los jueces le acusaron de haber publicado en Internet escritos críticos con el Partido Comunista Chino (PCCh).
Mientras Pekín saludaba a bombo y platillo el Nobel a Mo Yan, mantenía un muro de silencio en torno al premio a Liu Xiaobo, que calificó de “profanación de la tradición de los Nobel y confabulación de Occidente contra China”. La esposa de Liu Xiaobo, Liu Xia, se encuentra sometida a arresto domiciliario desde que fue anunciado el galardón a su marido, a pesar de que no hay ninguna acusación formal contra ella, y cualquier intento de recordar a Liu Xiaobo, que tiene actualmente 56 años, es rápidamente cercenado. De hecho, la policía impidió ayer al conocido disidente Hu Jia salir de su casa en Pekín, después de que propusiera celebrar el Día de los Derechos Humanos de la ONU cerca de la vivienda de Liu Xia.
Tiempos globales, periódico ligado al Diario del Pueblo —órgano oficial del PCCh—, saludó ayer, en un artículo titulado Mo Yan es sabio al evitar hablar de política, la decisión del Nobel de Literatura de mantenerse alejado de Liu Xiaobo. “Mo es un verdadero defensor de la literatura. Ha rechazado mezclar política y literatura […]. Se ha concentrado en los pensamientos sobre la naturaleza humana. Ha mostrado la asombrosa libertad espiritual que los escritores tienen en la sociedad moderna”, rezaba el artículo, que añadía: “En el pasado, han sido aquellos que se oponían al sistema chino quienes han ganado el Nobel. Las decisiones tomadas por los comités del Nobel tienen a menudo orientaciones políticas. Parecen haberse convertido en la moneda de cambio que utiliza Occidente para hacer frente a China”.
El texto continuaba así: “Es injusto forzar a un idealista literario a hablar sobre la libertad de expresión o los derechos humanos en China. El Nobel de Literatura no debería ser un instrumento político que Occidente utiliza para atacar a China”. Mo Yan es miembro del Partido Comunista Chino y vicepresidente de la Asociación de Escritores de China, organización respaldada por el Gobierno.
Babelia
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