Enric Lluch, renovador de la geografía catalana
Su departamento estaba abierto a historiadores, economistas y sociólogos
Enric Lluch i Martín, que falleció ayer, fue uno de los principales impulsores de la renovación de la geografía en Cataluña durante los últimos 50 años. Profesor, erudito, editor, conversador infatigable, impulsor de múltiples iniciativas cívicas y culturales, su tarea docente e investigadora fue esencial para recuperar la tradición geográfica catalana cercenada a consecuencia del desenlace de la Guerra Civil (la escuela de Pau Vila, de Gonçal de Reparaz, de Miquel Santaló, de Pere Blasi), así como para entroncarla con las nuevas tendencias internacionales de la geografía teorético-cuantitativa y radical.
Nacido en 1928 en Barcelona, en el seno de una familia de pequeña burguesía, catalanista e ilustrada, se crió en Vilassar de Mar. Formado en los Estudis Universitaris Catalans, con Ferran Soldevila y Jordi Rubió, se licenció en Historia en la Universidad de Barcelona, donde tuvo como maestros a Salvador Llobet y Jaume Vicens Vives. A finales de los cincuenta, una estancia en la Universidad de Liverpool —siguiendo la fructífera tradición de lectores catalanes en aquella ciudad— le permitió conocer de primera mano los vientos renovadores que ya en aquel momento agitaban la geografía internacional.
De vuelta a casa, se incorporó a la Universidad de Barcelona, donde pugnó precisamente por introducir estas nuevas corrientes, pero en 1966 fue expulsado de ella a raíz de su participación en la Caputxinada. En 1969 se incorporó a la recién creada Universidad Autónoma de Barcelona, donde fundaría un departamento de Geografía insólito, en el que se contaba con la participación no solo de geógrafos, sino también de historiadores, economistas, sociólogos… a partir de una concepción abierta e integradora de la disciplina, en las antípodas de la estéril especialización y compartimentación que atenazaban los estudios de ciencias sociales. Aunque siempre se negó a participar en el sistema de grados confucianos de la academia, y colocado, por tanto, en una posición muy atípica, Lluch enseñó durante más de 30 años en la Autónoma, contribuyendo de manera decisiva no solo a formar múltiples generaciones de geógrafos, sino al desarrollo de la ciencia geográfica en nuestro país, y a la misma consolidación de la universidad.
Ha sido precisamente uno de sus discípulos, Abel Albet, quien ha escrito que la geografía de Lluch busca ser “políticamente transformadora, socialmente progresista, económicamente justa, culturalmente tolerante, éticamente comprometida, estéticamente precisa y científicamente abierta”. Es esta concepción abierta de la disciplina —como práctica que no solo debe tratar de comprender el mundo, sino también contribuir a transformarlo en beneficio de la colectividad— lo que explica que en la trayectoria de Lluch la docencia y la investigación se encuentren entreveradas de manera indisociable con la participación en múltiples iniciativas culturales y con el compromiso cívico: el movimiento de renovación pedagógica de Rosa Sensat, el impulso de la Gran enciclopèdia catalana, las múltiples empresas editoriales (de las colecciones Oikos-Tau a la Geografía de las Sociedades Humanas), la implicación en el debate sobre la organización territorial de Cataluña, el Congreso de Cultura Catalana, la integración en el Institut d’Estudis Catalans… son solo algunas de sus batallas.
Riguroso consigo mismo hasta el escrúpulo, extremadamente amable y considerado en el trato, modelo de espíritu crítico y honesto, se distinguió siempre por una extraordinaria voluntad de discreción, por una predisposición a mantenerse, siempre que fuera posible, en segundo plano. En sus últimos años tuvo que soportar, junto a los embates inevitables de la edad, el golpe terrible del asesinato de su hermano Ernest, una década más joven que él.
Integridad, rigor, compromiso y exigencia. Esta es la herencia (y el reto) que la trayectoria y el magisterio de Enric Lluch nos ha legado.
Oriol Nel·lo es profesor del Departamento de Geografía de la Universitat Autònoma de Barcelona.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.