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“Somos los huesos de la aceituna”

Kiko Veneno, reciente ganador del Premio Nacional de Músicas Actuales, habla de poesía, de superhéroes y de su pelo

Tereixa Constenla
Kiko Veneno, junto a un grafiti en un muro de Sevilla.
Kiko Veneno, junto a un grafiti en un muro de Sevilla. PACO PUENTES

Pregunta.Se acabó el hombre invisible. ¿Empieza a sentirse querido?

Respuesta. Siempre me he sentido querido. No se puede hacer música contra la gente. Es imposible. Política contra la gente sí se puede hacer, pero los músicos no podemos.

P. Siempre ha reivindicado el sur, pero el sur no siempre ha reivindicado a Kiko Veneno.

El poeta de barrio

Acaban de darle el Premio Nacional de Músicas Actuales. Tiene 60 años, dos nombres (Kiko Veneno y José María San Feliu), tres hijos y muchas caras: autor del himno de la Transición (Volando voy), descubridor de Martirio, creador de un disco que pasó del fracaso a la leyenda (Veneno), empleado de Diputación, padre del Lobo López y cía (Échate un cantecito), lector del Arcipreste de Hita, devoto de Camarón. Morirá cantando.

R. Es lo de menos. Yo saldé esa cuestión en el disco Dice la gente con mi homenaje a Andalucía sin esperar que Andalucía me lo haga a mí. Andalucía es más grande que yo. Seamos consecuentes.

P. ¿Cómo le gustaría que le recordara la historia de la música?

R. Hombre, con pelo.

P. ¿Blanco?

R. Yo empecé en la música y mi imagen era una voz arenosa y un mechón blanco. ¿Qué es lo más importante de un cantante de rock? Ni la voz, ni las composiciones, ni la chupa. El pelo.

P. En el 77 hace un disco con una tableta de hachís en portada. Con su padre, militar, ¿qué tal?

R. Mi padre no se enteraba de eso. Era una cosa marginal. Ni él iba a las tiendas de música ni el disco tuvo repercusión. Entonces estaba muy despegado de ellos.

P. ¿Eso ha cambiado?

R. Claro. Ayer estuve con ellos para comunicarles lo del premio y mi padre me dijo “este que parecía tan raro y al final tenía razón”.

P. ¿Cómo fue su infancia?

R. Normal. Me dejaban espacio. Yo iba a los salesianos de Cádiz, cantaba gregoriano y el Cara al sol. No sabía lo que significaba, pero me gustaba aquello de “cara al sol con la camisa nueva”... A los 13 años dejé de ir a misa. En mi familia hubo tolerancia.

P. Creativamente, ¿le sacó partido a su paso por la Diputación?

R. Mucho. Por la desesperación. El primer año, un desastre total. Le eché cojones. El segundo año el desastre fue menor. Pensé que era lo que estaba esperando, un sueldo para no tener siempre la nevera en suspensión de pagos, y que era el momento de hacer música por las tardes. Aprendí a valorar el tiempo.

P. He leído a un poeta llamarle poeta.

R. La poesía es un estado mental transitorio, pero definitivo por su consecuencia y por su alcance. Me da mucha vergüenza. La palabra poeta te la tienen que decir siempre. Es un mal rollo ir de poeta por la vida pero no renuncio a la poesía.

P. ¿Le inspira respeto?

R. Las personas que van llamándose de esto y lo otro, yo soy poeta, yo soy salvador de la patria como Aznar, me dan mucho miedo. Me gusta la gente humilde como Gordillo del Betis, que nunca ha dicho “soy un fenómeno”.

P. ¿Tiene algún verso que considere el mejor?

R. Nooo... “Enamorado de la vida aunque a veces duela” quizás es lo más redondo. Soy un escritor sencillo.

P. Tal vez su grandeza sea su capacidad para sublimar lo cotidiano, los huesos de aceituna, los pelos en la bañera.

R. Es que somos los huesos de la aceituna en el plato vacío. Después de Volando voy hice una letra sobre un hueso de aceituna en un platito blanco, en un bar, hablando solo, me preguntaba a quién estaría esperando. De alguna forma es un camino para ir al meollo, que es la persona, la soledad, el amor, los sentimientos.

P. Necesitamos más superhéroes de barrio que nunca. ¿Los ve en alguna parte?

R. Están ahí, pero con miedo, sin herramientas porque durante 30 años los han despojado de la cultura, del amor a la música, a la paciencia, a la naturaleza.

P.¿Le habría gustado tener otra voz?

R. Al principio canté con muchas dudas. Me costó aceptarla. A estas alturas de mi vida, la percibo como algo clásico. No canto muy bien pero tengo capacidad de entonar y emocionar.

P. No es un modelo del sexo, drogas y rock and roll. Lleva con su pareja desde los setenta y no sucumbió a las drogas duras.

R. A la heroína siempre le tuve una prevención extraordinaria. A la cocaína se la fui cogiendo. Al cabo del tiempo llegó a hacer más daño que la propia heroína. Y la chica de mi vida es mi mujer. Del rock and roll, sí. Tienes que ser lo que tú eres.

P. Dicen que es arisco.

R. Es uno de lo sambenitos de mi primera etapa. Fui un luchador contracorriente. Nunca acepté que para triunfar había que chuparle el culo a nadie o hacer política en los despachos. Hubo campañas difamatorias de las compañías que hablaban de mí como alguien arisco y de mal talante.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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