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Cuatro chicas de la movida

Los personajes de Almudena Grandes suben por primera vez a un escenario 'Atlas de Geografía Humana' inicia el ciclo De la novela al teatro en el CDN

Una escena de la obra 'Atlas de Geografía Humana'.
Una escena de la obra 'Atlas de Geografía Humana'.MARTA VIDANES

Cuatro mujeres en una edad difícil, muestran su soledad, sus inhibiciones, sus sueños truncados, sus decepciones, pero también sus pasiones y sus amores inconfesados, su dureza y su ternura, sus derrotas y sus grandes conquistas. Ellas pertenecen a una misma generación y las cuatro han surgido del universo literario de Almudena Grandes (Madrid, 1960), una de las voces más potentes de la literatura española contemporánea, que por primera vez sube a un escenario a sus criaturas. Lo hace con la complicidad y la recreación escénica que el dramaturgo Luis García-Araus y el director Juanfra Rodríguez han hecho de la novela Atlas de Geografía Humana, en la que sus protagonistas son interpretadas por reconocidas y solventes actrices como Arantxa Aranguren, Nieve de Medina, Ana Otero y Rosa Savoini.

La obra, que se estrena mañana en el Teatro María Guerrero de Madrid, abre un nuevo y sorprendente ciclo, que ha creado el Centro Dramático Nacional y su nuevo director Ernesto Caballero: De la novela al teatro. La primera entrega es la adaptación teatral de la novela de Grandes, a la que seguirán otras versiones escénicas de novelas de conocidos narradores, como Kafka enamorado, revisitado por Luis Araujo, y dirigido por José Pascual y La rendición, versión escénica que ha escrito y dirigido el también cineasta Sigfrid Monleón, basándose en la novela autobiográfica de la australiana Toni Bentley, en la que la autora cuenta como descubrió a dios al ser sodomizada.

Atlas de Geografía Humana habla de los conflictos, las virtudes, los defectos y las contradicciones de las mujeres de la generación de Grandes, a las que se conoce también por las chicas de la movida: “Estrenamos nuestra libertad adolescente al mismo tiempo que la adolescente democracia española se estrenaba a sí misma. Nos habían educado para vivir en un país que, por fortuna, había desaparecido cuando nos hicimos adultas, y nadie nos preparó para trabajar, para competir en la selva laboral, para tener hijos mientras hacíamos jornadas de ocho horas en una oficina”, señala la autora quien tiene claro que esas mujeres, entre las que se encuentra, tuvieron que avanzar en una sola etapa el mismo trecho que el resto de las mujeres europeas habían salvado en dos. “Porque cuando sus madres andaban quemando sujetadores, las nuestras vivían en los usos y costumbres del siglo XIX. Pero la modernidad, la independencia, no nos ahorró la angustia de llegar tarde al colegio cada dos por tres a recoger a nuestros hijos y de sentirnos culpables cada vez que cogíamos un avión. Entonces, nuestras madres no nos entendían. Ahora, nuestras hijas tampoco nos entienden. Y sin embargo, aunque tuvimos que hacerlo todo solas, lo hicimos bastante bien, tanto que a veces miro hacia atrás y ni siquiera lo comprendo. Creo sinceramente que las mujeres españolas que en este momento están cerca de cumplir los cuarenta, lo tienen más fácil que nosotras. Y me alegro por ellas”, concluye.

Grandes confiesa sentirse sorprendida por la perfección de esta adaptación dramática de su novela: “No creía posible que nadie lograra encajar una novela de 600 páginas en una obra dramática de 70 minutos sin que se perdiera nada esencial. Pero Luis García-Araus lo ha conseguido. Soy una novelista muy afortunada y, en este momento, bastante envidiosa, por cierto”, asegura la autora de El lector de Julio Verne.

http://youtu.be/-HGrJJHjabs

Arantxa Aranguren, criada profesionalmente en el Laboratorio Teatral William Layton, tiene claro que en este montaje esas cuatro mujeres trascienden lo político y lo universal para centrarse en lo social: “Crean casi una familia, no se juzgan, crean lazos entre ellas; son mujeres que atienden al trabajo y lo que hay detrás, tienen la capacidad de hacer muchas cosas, pero desde la realidad de la vida, sin darle mayor importancia, y lo maravilloso es que son muy divertidas y críticas”, señala Aranguren.

Nieve de Medina, enganchada al teatro, como actriz y autora, que ha trabajado en cine bajo las órdenes de Carlos Saura, Dafna Katnesr, Achero Mañas, Fernando León de Aranoa y Carlos Iglesias, entre otros, piensa que la obra habla de la capacidad que tiene la mujer para en los momentos más duros salir hacia adelante y siempre sobrevivir.

“La obra habla esencialmente de la femineidad, en el sentido de que aborda lo que atañe a lo femenino, sin ser excluyente, tanto es así que el hombre está por omisión, pero también afronta la crisis en un sentido universal, etimológico, y se hace desde el humor y la autocrítica”, apunta Ana Otero, actriz que ha trabajado, entre otros directores, con Gerardo Maya, Fernando Bernués, Àlex Rigola y Ernesto Caballero. Ella cree que la relación entre mujeres es algo muy atávico: “Es casi tribal esa facilidad para generar vínculos, para el compromiso”.

La autora de Inés y la alegría, es la primera que cree que los hombres y las mujeres son mucho más semejantes de lo que parece: “No estoy de acuerdo con quienes opinan que un hombre y una mujer no pueden ser amigos sin tensión sexual de por medio. Sin embargo, hay algunos aspectos y momentos de la vida en los que una mujer necesita hablar, o reírse, o emborracharse con una amiga, y no le vale un amigo, como supongo que también les pasará a los hombres entre ellos. Entre mujeres se establece una complicidad específica frente a algunos temas como hombres, sexo, hijos, nuestro propio cuerpo y también la edad, el paso del tiempo. Y de las miserias de la vida cotidiana, todos esos asuntos de los que los hombres saben zafarse y nosotras no”. Grandes a lo largo de su trayectoria profesional ha centrado la mayoría de sus novelas en ricos y sugerentes personajes femeninos, como en esta novela que en su día fue también llevada al cine por la directora Azucena Rodríguez.

Rosa Savoini sostiene que Atlas de Geografía Humana es un espectáculo que habla de la posibilidad de ser: “De la libertad de elegir una forma de vida que no está sujeta a los valores mecánicos que crea la sociedad”, dice esta mujer licenciada en la RESAD, y actriz fetiche de directores como Ernesto Caballero, Ignacio García May, Aitana Galán, Natalia Menéndez, Jesús Cracio y Rodrigo García.

Las cuatro actrices creen que el público debe ver esta obra “porque van a salir creyendo que se pueden cambiar las cosas, además los espectadores habrán compartido complicidad e intimidad con cuatro mujeres que esperamos que los contaminen de esa energía que da la esperanza, que es el elemento fundamental del montaje”.

El director destaca que la novela de Grandes llevaba dentro una obra de teatro que había que poner en pie: “La obra nos dice que no perdamos la esperanza, la desesperanza ha alcanzado la victoria y no podemos perder la confianza y mucho menos aún cuando vienen tiempos difíciles”, sostiene Juanfra Rodríguez al que le gustaría recuperar ese momento de la transición en el que la esperanza y la alegría eran buenas compañeras.

“La novela y la obra cuenta el desconcierto de cuatro mujeres que, al borde de los cuarenta años, no saben qué hacer con su vida. Y cómo, cada una de ellas y a la vez las cuatro juntas, acaban encontrando su lugar en el mapa”, concluye Almudena Grandes al hablar de esta producción del CDN en la que se cuenta con la escenografía de Alicia de Blas, la iluminación de Pilar Velasco, el vestuario de Kristina G. y el músico Ángel Ruiz.

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