Y debajo de Picasso estaba... Picasso
El Guggenheim de Nueva York restaura y expone 'Mujer planchando', una obra del pintor que esconde otro de sus retratos
Una mujer, y por debajo un hombre. Pero sobre todo un picasso, y por debajo otro picasso. Son los misterios que aguarda Mujer planchando, un cuadro que el pintor malagueño probablemente realizó en 1904 y que el Guggenheim de Nueva York acaba de restaurar. La pintura se expone, hasta el 23 de enero, en el marco de la muestra Picasso blanco y negro.
En 1989 un análisis con cámaras a infrarrojos del cuadro permitió descubrir que, bajo el retrato de una señora planchando, yacía otra imagen: la de un señor de bigotes, bocabajo. Desde el principio los expertos sostuvieron que la segunda obra (de hecho, la primera, en orden cronológico) también era de Picasso. Y, tras la ojeada híperprofunda al cuadro que han permitido las nuevas tecnologías, el museo confirma la autoría, según cuenta el diario estadounidense The New York Times.
Una vez aclarado el autor, quedaba la cuestión de quién era el hombre. En un primer momento, la competición tuvo un claro favorito: Benet Soler, un sastre amigo del maestro malagueño, al que Picasso retrató varias veces. Y quizás, una más.
Mueve el ratón sobre la imagen lateralmente para ver las pinturas. A la izquierda Mujer planchando, y a la derecha, el retrato de un hombre que se encuentra debajo del primero.
Sin embargo, y tras una larga y atenta análisis del cuadro, la conservadora jefa y subdirectora de la fundación Solomon R. Guggenheim, Carol Stringari, la principal curadora del museo, Julie Barten, y uno de los más conocidos biógrafos de Picasso, John Richardson, han llegado a otra conclusión.
A fuerza de estudiar los sujetos que el pintor retrataba a principios de 1900, el prestigioso trío ha ido excluyendo a todos los posibles ganadores, salvo uno: el escultor Mateu Fernández de Soto, amigo de Picasso y hermano de Ángel Fernández de Soto, un dandy que el maestro retrató en 1903.
Como ha declarado Richardson a The New York Times, “el estilo de la obra y la paleta de colores sugieren que el hombre fue retratado probablemente en torno a 1901. Hay cierta ternura e intimidad, realmente sientes que el sujeto es un artista y que era alguien al que Picasso conocía bien”.
Sea como fuere, sí ha quedado descartada otra (fascinante) hipótesis que también se llegó a plantear: que el hombre bocabajo fuera un autorretrato del propio Picasso. Pero la teoría no tenía más fundamento que su atractivo. Y, luego, tres picasso en uno tal vez hubieran sido demasiados.
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