Un bronce de Mallorca para el mar de Australia
Un alga verde de Mallorca hará de faro -sin destellos- en una playa de Australia. El escultor y pintor Joan Costa (Palma, 1961), que aprendió a desbastar los mármoles blancos en Carrara en academias, canteras y fundiciones, emprende esta semana en Australia una aventura de combate solitario. Viaja con una forma de cuatro metros de alto, fundida en bronce, para exhibirla en una playa de Sidney. Es una metáfora de una ‘alga’ del Mediterráneo, como una estela extraída de un naufragio, con la pátina de los pecios.
Costa ha sido seleccionado para concurrir al festival anual mundial de escultura al aire libre, Sculpture by the Sea, Bondi 2012. Allí su pieza se plantará ante otro mar, en sus antípodas, en la costa y arenal desde Bondi hasta Tamarama. En este litoral australiano se incorporará al paisaje un centenar de instalaciones y piezas de otros tantos artistas. La selección de autores la efectúan artistas y académicos de Australia.
Uno de cada cinco proyectos presentados ha sido escogido. Al museo temporal cada año acude medio millón de personas. La muestra se prolonga apenas dos semanas, del 18 octubre hasta 4 noviembre de 2012. Para la fundición y su periplo, el traslado del artefacto, el 'alga infinita', Costa ha logrado mecenazgo en tiempos de tormenta.
El escultor comenzó a interpretar la cultura megalítica, totémica, de la prehistoria de Menorca y con el tiempo derivó hacia la naturaleza, se fijó en la costa. Jugó con montañas de sal, árboles, algas voladoras, la mítica y amenazada posidonia. Buscó el juego de las aguas, las olas.
Habita en la frontera de la vanguardia. Pinta, usa pasta de papel, rejillas metálicas para nubes voladoras y transforma la materia orgánica. Esa alga gigante australiana, sutil y contorsionada, que se exhibirá ante el mar de Sidney remite a su última gran producción que se mostró en museos de Baleares, Valencia y Cataluña.
Joan Costa reconoce que tiene linaje y parientes en el mundo de la escultura, con tantos patriarcas invencibles en España. Pero, tímido, asegura que no quedó prendado en el combate con la dificultad, el mérito artesano del cincel ante la piedra, en la búsqueda de una belleza oculta.
Babelia
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