Luisa Martín se arriesga con ‘el mono’ de Kafka
La actriz estrena 'El Show de Kafka', basado en 'Informe para una academia', del autor checo, bajo la dirección de Pérez de la Fuente
Hay dos cosas que no se le pueden negar a Luisa Martín. Que es una gran actriz y que es realmente valiente. Ambas cosas y al mismo tiempo las va a demostrar a partir del próximo día nueve, en el Teatro Amaya, de Madrid, donde protagoniza la obra El Show de Kafka, una versión libre de Informe para una academia, de Franz Kafka, llevada a cabo por Ignacio García May y con dirección de Juan Carlos Pérez de la Fuente.
El origen de esta heroicidad escénica está en la propuesta que Martín le hizo al director, cuando trabajaban junto en El tiempo y los conway, en el sentido de hacer un monólogo para optimizar recursos y que el camión, dietas, etc sirvieran para hacer dos espectáculos en vez de uno. Y Pérez de la Fuente, un soñador incansable se descolgó con el mono, nombre por el que popularmente se conoce este texto en la profesión escénica.
Ahora el mono es ella. Un simio cazado en su entorno natural que llega a Europa para que su adaptación sea un experimento. La domesticación es tan extraordinaria que impresiona a la comunidad científica, ya que el primate en cinco años es capaz de hablar y ha adquirido la cultura propia de un europeo medio. La obra aborda el momento en que se dirige a los miembros de una prestigiosa Academia de científicos para narrarles cuál ha sido ese magnífico proceso de evolución.
Según la actriz, la obra cuenta lo animales que somos los seres humanos
“Lo primero era no ver las grabaciones que existen de este montaje, porque soy muy mimética y la tentación de copiar a alguien que es muy bueno, es grande, porque puedes querer reproducir el trabajo de un gran actor y ya tenía bastante con el mucho miedo que me daba miedo que el tótem de José Luis Gómez planeara sobre mi cerebro y me impidiera trabajar, ya que ha sido un referente para muchos actores de mi generación”, dice en referencia al mítico montaje que durante años ha paseado José Luis Gómez por numerosos escenarios españoles, cosechando el más importante éxito de su brillante carrera.
Ahora la actriz emula a otras colegas suyas en Londres y Argentina y se enfrenta al popular primate: “Ahora es una simia, a medio camino entre una chimpancé y un humano, ya no podrá incorporarse a su vida anterior, no se integraría y no se sabe cuánto de humano le queda por recorrer, no sabe hasta dónde va a llegar, es un ser desubicado, goza del éxito que tiene en el circo, pero hay un sentimiento terrible de soledad; es un ser primario vital y por estas dos conjunciones, la de primaria y vital, supera muchas situaciones a través del humor, pero tiene miedo”. Martín guarda un elocuente silencio y dice: “Claro que lo que yo tengo, también se llama miedo, estoy a medio camino entre el entusiasmo y el pánico, porque cuando alguien te dice que eres capaz de hacer esto, como soy una kamikaze, me produce entusiasmo y me lanzo, pero cuando lo pienso…; menos mal que lo que hay por encima de todo es un gran respeto; estamos en ese momento de apretarse los machos”, apunta recurriendo a un símil taurino.
Según la actriz la obra cuenta lo animales que somos los seres humanos: “Nos perdemos en conceptos grandilocuentes y lo que buscamos en realidad es una salida. Como el momento que vivimos los españoles, que necesitamos imperiosamente una salida. Nuestra mona lo que busca es salir de una caja en la que la tienen encerrada y encuentra una salida, primaria y original, pero cuando ha salido, se da cuenta de que hay otra jaula y habrá otra, y otra”.
Martín está convencida de que cuando se es joven se busca la libertad saliendo de casa, bebiendo y fumando cuatro porros
Martín está convencida de que cuando se es joven se busca la libertad saliendo de casa, bebiendo y fumando cuatro porros: “Piensas que eres más libre y a veces eso es otra cárcel”. Y busca paralelismos en la realidad que le circunda: “Hemos luchado mucho por la democracia y resulta que estamos encerrados, no somos libres, dependemos de la prima de riesgo y por mucho que metamos un papel en una urna la decisión se toma en los mercados internacionales. Eso es lo que creo que el público puede entender de esa salida, de ese desclasamiento, si uno se quiere desclasar para no sufrir, cuando estás a medio camino no sabes a qué mundo perteneces”
En esta función eso es lo que tratan de contar y lo hacen con humor: “No es un espectáculo cómico para huir de los tiempos de crisis, es que en Kafka hay humor, muy unido a Chaplin; cuando decimos esto es kafkiano no nos referimos a un drama, sino a algo disparatado”.
Para poner en pie el espectáculo se han dejado muchas horas en los ensayos, pero la profesión sabe que Pérez de la Fuente y Marín son dos adictos al trabajo, casi enfermizos. Y lo hacen en estos tiempos oscuros para el sector escénico: “Yo que me siento y he sido productora, me parece un hecho heroico el de mis productores y muy digno, casi está llegando a ser un hecho romántico, lo que hace la gente del teatro, un oficio que da justo para vivir, para montar algo con lo que arruinarse e hipotecarse para la próxima función, pero nos subimos al escenario mirando de frente, no creo que otros puedan mirar tan de frente como nosotros”.
También hay un mensaje nada subliminal para Wert, ministro de Cultura: “Esto no es sólo entretenimiento, y le digo al ministro, sin acritud, que me gustaría tener una conversación con él, para explicarle que puede que alguien venga a entretenerse y no a formarse, pero aquí detrás hay una industria, un buen modo de conseguir euros, y además del sol, las costas, la paella y ese jamón ibérico inigualable, hay otra cosa exportable que tenemos aquí, que es el talento artístico, y el que hay en este país es importantísimo”. Y ya no hay quien la pare: “Se hace un cine extraordinario, en televisión una ficción magnífica y un gran teatro con un esfuerzo titánico; esto se puede exportar y es importante que pensemos que detrás de ese talento están las señoras de la limpieza, los cámaras, las sastras, directores, acomodadores. Es una industria que habría que cuidar, porque si no va a haber mucha más gente en las listas del paro”. Termina de hablar y dice: “Eso es”.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.