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Dos producciones españolas roban el plano en el festival de Toronto

‘Lo imposible’, de Bayona, y la ‘Blancanieves’ de Berger inician su andadura en EE UU

Gregorio Belinchón
Fotograma de 'Lo imposible', de Juan Antonio Bayona, en el momento en que el tsunami llega a la costa.
Fotograma de 'Lo imposible', de Juan Antonio Bayona, en el momento en que el tsunami llega a la costa.

Más que festival, mercado. Pero qué mercado. El festival de Toronto (Canadá) —que arrancó el pasado jueves y se prolonga hasta este domingo— es una puerta, la que abre y cierra la entrada a los cines de Estados Unidos. Si el Mercado de Cine de Cannes es lo más parecido al gran bazar de Estambul, Toronto, con sus proyecciones donde se mezclan espectadores de la calle (solo existe un galardón, el del público), agentes de ventas y compradores de las distribuidoras mundiales, es una criba: la industria echa sus paladas de películas, el tamiz solo deja pasar algunas. Por eso cada año los productores se pegan para que el certamen acepte sus trabajos. Este año se proyectan 289 largometrajes (y 83 cortos) de 65 países; de ellos, 146 son estrenos mundiales. Y ahí entran títulos españoles como Lo imposible, de J. A. Bayona, con Naomi Watts y el próximo premio Donostia Ewan McGregor; Blancanieves, de Pablo Berger; Fin, de Jorge Torregrossa; Insensibles, de Juan Carlos Medina; además de películas ya vistas en España como Hijos de las nubes, de Álvaro Longoria, o coproducciones como Volver a nacer, de Sergio Castellito y protagonizada por Penélope Cruz.

En ovación más estruendosa ganó el domingo por la noche Lo imposible. Bayona y su equipo arrasaron en contundencia y duración de los aplausos. “La ovación fue instantánea, no dieron ni tiempo a que empezaran los títulos de crédito”, recuerda el director desde la ciudad canadiense. “Reconozco que no fui muy consciente del momento hasta que esta mañana he visto el vídeo, y es cuando he pensado que he sobrevivido a esta película, en lo duro que ha sido”. Lo imposible desgrana las terribles vicisitudes de una familia —se basa en hechos reales— tras el tsunami que arrasó Asia en la Navidad de 2004. “En Toronto son muy cariñosos con el cine, y más si se parece al estadounidense. La industria aprecia lo complejo del proyecto, al que no entraron en su arranque los grandes estudios. Ahora ya ven lo que hemos sido capaces de hacer en España, y eso hace sentirme orgulloso”. Lo imposible ya está vendida en todo el mundo —“excepto en Japón, lógico”— y su presupuesto (30 millones de euros) financiado antes de rodar. “Toronto me parece el sitio perfecto para esta première; en la sala estaba el público potencial al que va dedicado mi trabajo y han apoyado esta apuesta extrema”, asegura antes de responder a la posible huella de Spielberg en su filme: “Aprendes a escribir por los libros que lees, pero aquí la fuente es la historia real”.

En la ciudad canadiense se ven 289 filmes, 146 son estrenos mundiales

A esos aplausos asistió el resto del equipo español. “Fue la apoteosis. Estaban Torregrossa y su productor, nosotros mismos... Somos una industria muy pequeña y todos nos conocemos. Y te aseguro que fuimos felices, que te sentías un poco orgulloso también”, asegura Berger, el director de Blancanieves, que también vive su momento de gloria en Toronto. El sábado se celebró el primer pase de su película —recreación del cuento clásico en la España de los años veinte, en blanco y negro y muda— y la crítica de Hollywood Reporter la ensalzó. El domingo Roger Ebert, uno de los críticos más influyentes de EE UU, la puso por las nubes, habló de su potencial en la temporada de otoño —aunque aún no tenga distribuidora en Estados Unidos— y remató con su apuesta por Blancanieves para ganar el premio del Público. Anoche, Berger se preparaba para la segunda proyección. “Mi agente de ventas dice que el precio del pescado ha subido”, confiesa entre risas el bilbaíno. “El coloquio final del sábado fue emotivo, con gente con lágrimas en los ojos. Entienden que es una historia local que se entiende universalmente. Incluso Ebert no incide en que sea española, sino en que puede llegar a todo el público”.

Maribel Verdú, caracterizada como la madrastra de 'Blancanieves'.
Maribel Verdú, caracterizada como la madrastra de 'Blancanieves'.

Para Berger, hay que estar en Toronto sí o sí. “El mercado que vende es el de EE UU, y esta es la entrada. Hacemos películas para que se vean, somos tanto arte como cultura, tenemos que abrir caminos”. Tanto Blancanieves como Lo imposible se proyectan en Toronto justo antes de su estreno europeo en el certamen de San Sebastián. “Todo pasa por alguna razón, y creo que esta baza es lo mejor que le puede pasar a una película como la nuestra”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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