Broche final para la semana de la moda de Madrid
MFSHOW cierra tres días de moda con el reclamo velado de aglutinar en una sola cita las propuestas de la costura española
La pasarela alternativa MFSHOW cerró anoche su tercera edición coincidiendo con Vogue Fashion Night Out —la fiesta de la moda que celebran las tiendas de la Milla de Oro de Madrid— y a renglón seguido de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Por un momento, pareció que se ponía punto final a la Gran Semana de la Moda de Madrid, pero al leer la letra pequeña las diferencias entre plataformas emergen por encima de la coincidencia en el calendario.
Por los jardines del Museo del Traje de Madrid desfilaron ayer los cuatro últimos diseñadores de MFSHOW, con distinto resultado. A la joven Ana Miranda le tocó inaugurar la jornada con la misma suerte del que abre un festival veraniego de música: o tienes la fortuna que la noche anterior flojeó y la fiesta no duró hasta altas horas, o el suficiente reclamo para que a las tres de la tarde, en un escenario alternativo, consigas que no quede ni una silla vacía. Su propuesta para la próxima temporada primavera/verano 2013 inspirada en las mujeres que fue conociendo durante su viaje por la India adquirió por momentos cierto matiz de bucle repetitivo, que la escasez de gente, los problemas con la música y cierta falta de organización, no contribuyeron a paliar.
La ventaja de la maquinaria de Ifema, por antigüedad en esto de organizar desfiles y experiencia en mastodónticas ferias –ya sean de coches, tornillos o ropa-, democratiza desfiles y diseñadores consiguiendo que hasta el más novel de los emergentes del Ego se sienta por un segundo estrella del cartel. A MFSHOW le faltó anoche este rodaje para evitar que tras la salida conjunta de Beba´s Closet y Suma Cruz con sus diseños y tocados, respectivamente, que apelaban a sueños brasileños a través de los colores, las espaldas sensuales y ciertas estructuras arquitectónicas en referencia a Oscar Niemeyer, el salto no fuera algo más que cualitativo.
Los hermanos sevillanos tras la firma Antonio García cambiaron el tono de la tarde no solo por la calidad de su costura sutil, de elegancia templada, ya reconocida tras años de trabajo en Sevilla, sino por el artificio estético que una primera fila con caras conocidas, compañeros de profesión y una grada llena, siempre otorga. “Nos estrenamos en Madrid con una propuesta nada mediterránea”, explicaba ante un vestido verde botella de gasa ligera Antonio García. Sus prendas miran al norte: San Sebastián, la Bretaña francesa, Escocia o la campiña británica. Los azules, granates, blancos y verdes se suceden en rayas marineras y líneas minimalistas con un punto retro muy acusado entre los cincuenta y los sesenta. Para superar las noches norteñas, proponen combinar largos y vaporosos vestidos palabras de honor y pantalones otomán con chubasqueros tecnológicos y chalecos acolchados.
A The 2nd Skin Co. les sucedió algo parecido a la puesta en escena de Antonio García. Caía la tarde y con ella las temperaturas en Madrid, las botellas de vino y las ostras se empezaron a descorchar en una zona que por momentos recuerda al Cibelespacio —a falta de las atracciones para las jóvenes amantes de la moda— y la llegada de invitados volvió a colorear la pasarela. Antonio Burillo y Juan Carlos Fernández recurrieron al universo de Blade Runner para ofrecer una colección que se ancla en el pasado con las faldas lápiz a media pierna que recorren el tiempo hasta acabar convertidas en minifaldas contemporáneas. Cuelan chaquetas tweed con imbricados hilos metálicos entre estilismos encaramados a culottes escotados. Si los replicantes hubieran llevado estas prendas más allá de Orión, era otra cuestión anoche.
Babelia
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