San Sebastián despide a la fiesta
El alcalde de la ciudad, Juan Karlos Izagirre, de Bildu, no renovará el contrato de la plaza en 2013
Tras un mes de idas y venidas, de polémicas político-taurinas y de ataques y defensas de la fiesta, el alcalde de San Sebastián, gobernada por Bildu, dio ayer un paso definitivo para asfixiar la lidia en la ciudad al asegurar que no renovará ni firmará un nuevo contrato de explotación taurina del complejo Illunbe. Hasta ahí, los sonados anuncios. Y partir de ahí, los eufemismos: “¿Podemos afirmar, sin riesgo a equivocarnos, que en 2013 no habrá toros en San Sebastián?”, preguntó una periodista a Juan Karlos Izagirre. El edil, intencionadamente ambiguo, contestó: “No me atrevo a decir lo que va a pasar mañana”. Y entonces siguió el embrollo: “Ni hoy, ni mañana vamos a firmar con ninguna empresa taurina”, pero “dentro de una semana o 15 días quién sabe lo que va a pasar”.
Traducido: no quiso decir en voz alta lo que de facto implican sus palabras. Sin renovación del contrato de explotación, que finaliza este año y hasta ahora lo administraba la familia Chopera, las corridas de toros se despiden de San Sebastián.
El gesto trajo a la memoria la prohibición de los toros adoptada por el parlamento catalán en el verano de 2010. Aunqe el matiz es bien diferente. La extinción de los festejos en San Sebastián no atañe más que a la plaza de toros de la ciudad. Es tan distinto uno y otro caso como lo son los actos legislativos de los administrativos.
“Por resumirlo, no hay ningún tipo de convenio con Nuevo Desarrollo Anoeta [la empresa encargada de la gestión], no hay ningún compromiso con los abonados. Es una infraestructura pública municipal y el único convenio que existe es con Gipuzkoa Basket”, zanjó Izagirre. El edil añadió que el objetivo del Ayuntamiento es destinar a “usos deportivos” Illunbe, unas actividades que “podrían llegar a ser incompatibles con las corridas de toros”
Pese a que el anuncio fue interpretado como un acto de indudables resonancias políticas, el alcalde recurrió a otras justificaciones: “Existe un discurso antitaurino que comparte este gobierno al 100%, que dice que el sufrimiento animal, la muerte de un animal no se debe convertir en espectáculo público”. El Gobierno de Bildu también adujo como argumentos la baja afluencia de público a las corridas —la última Semana Grande, que concluyó el pasado sábado, reunió a cerca de 40.000 espectadores en Illunbe, con corridas en las no se completó el tercio del aforo— y el hecho de que en plena crisis económica “una infraestructura no se puede mantener a costa del erario público para siete días de toros al año”.
La familia Chopera, que no quisieron hacer declaraciones, regenta la plaza por un precio simbólico de 10.000 euros, una condición, recuerdan desde el PP, que se puede modificar. Animan a Izagirre a proponer una subida para obtener mayores beneficios.
De poco puede servir que la oposición se oponga al fin de los festejos en Illunbe. Los 19 ediles que suma han tumbado hasta la fecha varias de las propuestas de la coalición abertzale pero la renovación del contrato es un trámite administrativo, competencia exclusiva del Gobierno local. PSE y PP ya han anunciado que se oponen a la decisión, mientras que el PNV otorga libertad a sus ediles, que en la última votación sobre toros se abstuvieron.
Babelia
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