Mel Stuart, cineasta que adaptó ‘Charlie y la fábrica de chocolate’
Se inició como director de documentales políticos y productor independiente
Si la hija de 10 años de Mel Stuart no hubiera insistido a su padre para que pusiera en imágenes el libro de Roald Dahl Charlie y la fábrica de Chocolate, probablemente el director hubiera pasado a la historia como un excelente realizador de documentales, pero la claudicación ante los deseos de la niña determinó que Stuart esté irremisiblemente ligado a la película sobre Willy Wonka que dirigió en 1971. El realizador falleció el 9 de agosto en su casa de Los Ángeles a los 83 años. Stuart no logró superar al cáncer que padecía, confirmó su hijo Andrew a The New York Times.
Antes de llevar al cine las aventuras del extravagante y misterioso fabricante de dulces, Stuart se había labrado una importante carrera como director de documentales y productor independiente. Entre las cintas que filmó destaca Cuatro días de noviembre, que narra el asesinato del presidente John F. Kennedy y que fue nominada a un Oscar, o la serie sobre las campañas presidenciales La creación de un presidente. El capítulo, 1960: La creación de un presidente, sobre la campaña electoral que llevó a Kennedy hasta la Casa Blanca, le valió un Emmy en 1964 y fue considerado por The New York Times “un documental superlativo para televisión”. Seis años después volvería a obtener el mismo galardón por 1968: La creación de un presidente, aproximación centrada en esta ocasión en los motivos por los que Lyndon B. Johnson decidió no presentarse a la reelección. Su último Emmy lo conseguiría en 1967 por el documental sobre los orígenes de la revolución china titulado China: las raíces de la locura.
El éxito de Willy Wonka y la fábrica de chocolate no interfirió en la labor como documentalista de Stuart, que continuó rodando trabajos centrados en la política, en los problemas sociales, como Wattstax (1973) —ambientado en el festival de música del mismo nombre en plena resaca de las revueltas de Los Ángeles de 1965—, o en artistas como Man Ran o Billy Wilder, cuyos perfiles realizó para la serie de 1980 American masters, que emitió la televisión pública de EE UU. En 2005 siguió el día a día de un profesor de escuela de un barrio de Los Ángeles para montar una obra de Shakespeare con sus alumnos en The Hobart Shakespeare. Stuart terminaba el rodaje de una versión similar titulada Shakespeare in Watts cuando falleció, según Los Ángeles Times.
Autor multipremiado por sus series sobre presidentes estadounidenses
Al final de su vida aceptó que el éxito de su adaptación de Charlie y la fábrica de chocolate hubiera eclipsado su labor como documentalista. Pero el hecho es que Stuart nunca creyó que hubiera filmando una película para niños. “Gene [Wilder, que interpretaba a Willy Wonka] y yo siempre pensamos que estábamos haciendo una película para adultos. Varias de las frases que decía su personaje eran extractos literales de El mercader de Venecia, de Shakespeare”, confesó Stuart en una entrevista en Los Ángeles Times el año pasado con motivo del 40º aniversario de la cinta.
Stuart logró la financiación para satisfacer el capricho de su hija Madeleine mientras trabajaba, precisamente, en un documental sobre el fabricante de cereales y galletas Quaker Oats. La casa estaba interesada en elaborar tabletas de chocolate y el director les reveló que él iba a rodar una gran película sobre chocolate. “Podíais llamarlo Bombones Wonka”, les dijo a los responsables, quienes, además de poner en práctica su sugerencia, invirtieron 2,8 millones de dólares en el proyecto.
Pese a que el universo que creó Stuart para recrear la fábrica del libro de Dahl y a que la imagen de Wilder encarnando a su propietario forman parte de la historia del cine —con permiso de Tim Burton y Johnny Deep—, el hecho es que la película no fue un éxito inmediato. Apenas atrajo espectadores a la pantalla cuando se estrenó y fue, gracias a un pase en televisión paralelo a la Super Bowl, cuando encandiló a los niños estadounidenses, que agotaron la edición en vídeo.
Su hija fue la artífice de que llevara al cine el libro infantil de Roald Dalh
Willy Wonka no fue la única experiencia en el cine de ficción de Stuart. El director también rodó la comedia Si hoy es martes, estamos en Bélgica o Me gusta mi vida. En 1981 produjo para la televisión Bill, un drama protagonizado por Mickey Rooney y Dennis Quaid, que ganó un premio Peabody y un Globo de Oro —al que también estuvo nominado Wilder por su interpretación de Wonka—.
Stuart Solomon —su hijo no sabe por qué cambió su nombre por Mel Stuart, según The New York Times— nació en Nueva York el 2 de septiembre de 1928. Fue durante su estancia en la universidad de esa ciudad cuando Stuart sustituyó sus aspiraciones de ser compositor por la cinematografía. Antes de fundar su productora junto a David L. Wolper en los sesenta, el director trabajó en la serie de documentales de la CBS El siglo XX, narrada y presentada por Walter Cronkite.
Además de sus hijos Madeline y Andrew, a Stuart le sobrevive su otro hijo, Peter, director de cine como él.
Babelia
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