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Una vida entregado a las artes escénicas

Llevo a los escenarios obras de García Márquez, Shakespeare y Camus, entre otros

Pilar Bonet
El director de teatro ruso, Piotr Fomenko
El director de teatro ruso, Piotr FomenkoVLADÍMIR LUPVSKÓI

Con la muerte de Piotr Fomenko desaparece un gran director y un importante punto de referencia del teatro ruso. Exigente, profundo y sensible, Fomenko, que había cumplido 80 años el 13 de julio, falleció de una complicación pulmonar el 9 de agosto en una clínica de Moscú, la ciudad donde había nacido. Infatigable trabajador, Fomenko estudió filología, música, teatro y pedagogía, y formó a varias generaciones de actores. Con sus propios alumnos, fundó una de las mejores compañías del país, --el “Taller de Piotr Fomenko”--, un colectivo de actores con extraordinario dominio de la técnica, que ha sabido revitalizar a los clásicos y dotarlos de nuevas dimensiones.

“El teatro sin raíces nacionales, no existe. Cuanto más nacional, tanto más universal es”, decía el maestro a esta corresponsal en vísperas de un viaje a España para participar en el Festival de Otoño de Madrid de 2002, donde presentaría “Guerra y Paz. El comienzo de la Novela”, un espectáculo de casi cuatro horas, basado en las escenas iniciales de la obra de Lev Tolstói. Absolutamente convencido de que “el teatro ruso tiene una fuerza singular”, el director había tardado siete años en madurar el espectáculo. Por entonces, su compañía se alojaba en un antiguo cine que el ayuntamiento de Moscú le había cedido en 1998, pero decenas de miles de personas estaban registradas en una interminable cola con la esperanza de poder acceder a aquel local casi familiar, donde a lo sumo cabían unos doscientos espectadores bien apretados.

En enero de 2008 Fomenko vio por fin satisfecho su deseo de tener un nuevo local. Para él y su compañía se construyó uno de los teatros más modernos y funcionales que tiene hoy Moscú, un bello edificio situado al borde del Moscova, como si fuera una nave atracada en el río.

Fomenko se graduó en la facultad de filología del Instituto Pedagógico de la capital rusa en 1955 y en la facultad de dirección del Instituto Estatal de Arte Teatral en 1961. Tras trabajar en varios teatros moscovitas, incluido el teatro Mayakovski y la Taganka, se trasladó a Leningrado (hoy San Petersburgo), donde dirigió el Teatro de la Comedia y donde permaneció hasta 1981, cuando regresó a su ciudad natal para dedicarse inicialmente a la pedagogía. Entre sus alumnos se cuentan Serguéi Zhenovach, Mindaugas Karbauskis, Oleg Rykkin y Yelena Nevézhina. En 1992 fue nombrado profesor de la Academia del Arte Teatral de Rusia y en 1993, fundó su propio teatro. Entre las muchas obras que puso en escena se cuentan “Así es si así os parece” de William Shakespeare, “Calígula” de Albert Camus”, “Los lobos y los corderos” y “La Novia sin Dote”, de Alexandr Ostrovski, “El Casamiento” y “La segunda parte de las Almas Muertas” de Nikolái Gógol y las “Tres Hermanas” de Antón Chéjov, e incluso la obra de García Márquez “Diatriba de amor contra un hombre sentado”. Fomenko dio clases en el Conservatorio de Paris y presentó sus espectáculos en la “Comedie Francaise”. Su último trabajo en Moscú ha sido “La Novela Teatral” de Mijaíl Bulgákov, conjuntamente con Kiril Pirogov.

En enero de 2008, coincidiendo con la celebración del Viejo Año Nuevo ortodoxo, Fomenko quiso celebrar de modo informal la inauguración del teatro que hoy alberga a su compañía e invitó a amigos y admiradores. Algo emocionado, el director se dirigió a sus invitados. El teatro es el lugar donde se encuentra el arte y la vida, dijo señalando ora al escenario ora al patio de butacas, de modo que nadie sabía donde estaba lo uno y lo otro. Al acabar su alocución, tomó un martillo y comenzó a clavar un clavo en el escenario. Explicó que se trataba de una costumbre rusa para que los actores vieran el clavo y se rigieran por él. “Para que supieran hasta donde había que ir”, dijo, y tras una pausa, añadió con una sonrisa irónica: “o al contrario, adonde había que ir”.

Fomenko puso en escena más de sesenta obras y obtuvo numerosos galardones, entre ellos el premio Estatal de la Federación Rusa en tres ocasiones. Su fallecimiento es lamentado unánimemente por todos los profesionales y amantes del teatro ruso.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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