La cara oculta del ‘anime’

Ciudades futuristas atacadas por alienígenas, vehículos supersónicos, crímenes tecnológicos, cyborgs con cerebro humano y héroes trágicos que sacrifican su vida para salvar el planeta. Son la materia prima del cine de animación japonés, cuyos máximos hitos fueron los filmes de ciencia ficción Akira (1988), Ghost in the Shell (1995) y Evangelion (1995). Por primera vez fuera de Japón, una exposición presenta el proceso de creación artística de las películas de anime que marcaron los años noventa. Una muestra comisariada por el alemán Stefan Riekeles que se expone en La Casa Encendida de Madrid (Ronda de valencia 2) del 6 de julio al 23 de septiembre.

Las películas de esos años tienen un proceso de creación increíble

Stefan Riekeles

Los años 90 fueron la época de mayor apogeo del anime de ciencia ficción en Japón. “Las películas de esos años tienen un proceso de creación increíble, mucho más complejo de lo que se piensa”, comenta Riekeles. El comisario confiesa que al principio no era un gran fan del anime japonés, pero cuando conoció el trabajo de los dibujantes quedó maravillado y pensó que los bocetos tenían valor artístico por sí mismos.

La exposición se divide en tres salas que combinan una selección de dibujos, diseños y croquis inéditos de los escenarios de distintas películas acompañados por la proyección de los filmes correspondientes en pantallas rodeadas por enormes cubos blancos.

Riekeles nos muestra un ejemplo del proceso de trabajo. Se trata de una escena del videoclip musical Extra (1996), de Koji Morimoto, en la que el protagonista es reflejado por un tren luminoso que pasa como un rayo frente a su rostro. El autor dibujó tres series de bocetos de 12 dibujos cada una para ilustrar el primer plano del héroe. La calidad alcanzada es asombrosa: en los dibujos se percibe el reflejo de las gafas, la ondulación del pelo y los rayos de luz corriendo por el cuello y los hombros. Finalmente el protagonista salta al vacío y su cuerpo va cayendo lentamente en un travelling que muestra la ciudad desde una perspectiva aérea. Los planos dibujados para trazar el perfil de la ciudad son igualmente minuciosos. Parece el trabajo de un arquitecto profesional. Y cómo no, el resultado final es espectacular.

Es solo un ejemplo del virtuosismo de estos storyboards, que según según Riekeles “merecen la pena ser expuestos por sí mismos”. Casi todos los dibujos mostrados forman parte del proceso de producción, lo que en japonés se llama sekai-kan, es decir, la invención del escenario donde el director desea rodar la película. Las ciudades de estos filmes están basadas en fotografías de urbes reales (la mayoría de las veces el modelo es Tokyo), a las que se le añaden diseños futuristas.

La muestra recoge los trabajos de Hideaki Anno (director de Evangelation), Koji Morimoto (director de Dimension Bomb), Mamoru Oshii (director de Patlabor, Gosht in the Shell y de Tokyo Scanner, un espectacular video aéreo de Tokio) y otros colaboradores en el diseño de los escenarios como Hiromasa Ogura (dibujante e ilustrador), Tkashi Watabe (diseñador conceptual) y Haruhiko Higami (fotógrafo).

Los seis artistas han trabajado juntos en distintos proyectos fechados entre 1989 y 2009. A partir de esta semana y hasta el 23 de septiembre podremos ver el lado más desconocido de las películas que marcaron una época en Japón. Y todos los viernes y sábados de julio y agosto a las 22:00 tendrá lugar un ciclo de cine en la terraza por tres euros. Se proyectarán dieciseis clásicos. Todo un repaso al anime japones.