Tocando fondo

El secreto de los 24 escalones es una de esas películas en las que resulta complicado dilucidar qué se ha hecho peor: si su infame cartel promocional o sus efectos especiales de programa informático de la señorita Pepis; si su concepto de aventura juvenil a lo Enid Blyton de tres al cuarto o el tremebundo doblaje de otro tiempo, con profesionales del sector poniendo voces engoladas a actrices adolescentes recién llegadas al oficio (Maxi Iglesias es el único que se ha doblado a sí mismo); si sus clímax de terror casi en la órbita de Ed Wood o los aún más risibles diálogos de transición, con explicaciones sobre templarios y medievalismo recién sacadas de la Wikipedia y puestas en boca de chicos de instituto como el que recita la lección en un examen.

Santiago Lapeira, veterano realizador de errática filmografía, parecía haber tocado fondo hace tres años con E. S. O. : entidad sobrenatural oculta, presunto ejercicio de terror adolescente que daba más risa que miedo, pero su carrera, sorprendentemente, no se ha detenido. Aún parece haber empresas privadas e instituciones públicas dispuestas a poner dinero para su nuevo proyecto, e incluso 50 cines de este país que aspiran a llenar sus salas con El secreto de los 24 escalones, puede que confiados en el tirón juvenil de Iglesias, estrellita de la televisión. Busquen el tráiler, por favor, y quizá se entienda todo mejor.