Pepe Sacristán, el nuevo Quijote

Ha llegado a la edad y, como es tradición entre muchos grandes actores, Pepe Sacristán se enfrenta al mito cervantino encima de un escenario (se acercó a él en el musical El hombre de la Mancha). Yo soy Don Quijote de la Mancha del dramaturgo José Ramón Fernández, inaugura hoy la 35ª edición del Festival de Almagro, poco después de que se entregue el XII Premio Corral de Comedias a la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Sacristán está exultante por poder abordar al antihéroe de Cervantes, loco “porque se le secó la sesera”, fracasado y entrañable, regido por el idealismo, la fantasía y la bondad, sale de las páginas y aterriza en Almagro en esta 35ª edición. Luis Bermejo se ha encargado de la dirección de este montaje. “Ninguna invención del ser humano es tan importante como ésta: habernos dado cuenta de que podemos hacer el bien, de que podemos vivir sin hacer daño a otros”, destaca el dramaturgo José Ramón Fernández, responsable de la adaptación. A Sacristán le acompañan en este montaje que estará hasta el día 8, Fernando Soto y Almudena Ramos como Sancho y su hija Sanchica.

Mañana será la Compañía Nacional de Teatro Clásico la que estrene La vida es sueño, con Blanca Portillo interpretando a Segismundo, en esta dirección de Helena Pimenta que está causando una gran expectación, no sólo por ellas, sino también por la versión del clásico que firma otro referente de la escena actual, Juan Mayorga.

Otro atractivo de los días iniciales de la muestra está en el Corral de Comedias donde se representa Retratos de la Commedia dell’Arte por el actor Ferruccio Soleri, el último gran Arlequín, quien ha representado este papel por todo el mundo más de 1200 veces, muchas de ellas bajo la dirección de Giorgio Strehler con el Piccolo de Milán.

El Teatro Municipal, conocido como la bombonera de Almagro acoge a dos damas de la escena y dos comedias diametralmente opuestas.

La actriz canadiense Dulcinea Langfelder, hace una parada en Almagro antes de su actuación en el Festival de Avignon, para encarnar a su tocaya Dulcinea del Toboso en El lamento de Dulcinea donde, en clave de comedia, da vueltas alrededor de la historia de la feminidad y de los olvidados por la historia. La otra es la lopiana La dama boba, versionada y dirigida por Laila Ripoll y la compañía Micomicón.

Para cerrar el primer fin de semana en ese mismo y mítico espacio llega El coloquio de los perros que ha dirigido Emilio del Valle, responsable también de la versión de la novela cervantina, con Chete Lera y Chema de Miguel y cuyas representaciones previas a Almagro han dejado un reguero de elogios.

La amplia programación del festival cuenta este año con la recuperada Plaza de Santo Domingo, un espacio al aire libre con una privilegiada localización, donde se pueden ver espectáculos gratuitos, así como la exposición antológica Vitín Cortezo (1908-1978): Del auto sacramental a la vida perdularia, organizada por el Museo Nacional de Teatro, que permitirá conocer a este pintor, ilustrador, figurinista y escenógrafo.