¡Feliz cumpleaños, ‘Golden Gate’!
El puente colgante más famoso de San Francisco cumple 75 años inmerso en reparaciones técnicas para poder mantenerlo abierto al tráfico
“La conozco desde hace 15 años, y cada día es más bella… Su cabello es de un pelirrojo vulgar, tiene unos pies enormes, pero una vez que la has visto broncearse bajo el sol, se convierte en alguien inolvidable”, estas palabras, publicadas en el diario The Chronicle en 1952 por el escritor Dean Jennings, bien podían referirse a una mujer, pero en su caso iban dirigidas al puente Golden Gate que, por aquél entonces, celebraba su decimoquinto aniversario. Este domingo la construcción, una de las obras de ingeniería más importantes y reconocibles del mundo, cumple 75 años.
Sigue manteniendo el mismo tono rojo -en realidad el color se denomina Naranja internacional- y los mismos pies -dos torres de 227 metros de altura- pero el paso del tiempo ha hecho mella en su frágil estructura. El Golden Gate celebrará su cumpleaños inmerso en un proceso de profundos retoques.
Cuando en la inauguración del 27 de mayo de 1937, el ingeniero jefe del proyecto, Daniel Mohn, presentó al Golden Gate como “el puente que durará para siempre”, debería haber tenido presentes los fuertes vientos, la niebla y la falla de San Francisco sobre las que se había erigido la estructura de 1.280 metros de largo. Hoy, un equipo de ingenieros trabaja para garantizar que la construcción se mantenga abierta, pueda soportar ráfagas de hasta 160 kilómetros por hora, terremotos de magnitud 8 y los 110.000 vehículos que cada día circulan por sus seis carriles.
Pese a los achaques de la edad y las inclemencias del clima, el Golden Gate solo parece verse amenazado en las películas de Hollywood.
Este domingo, sin embargo, las preocupaciones por su conservación se harán a un lado para albergar los actos de celebración del 75 aniversario. La mayoría, no obstante, no se realizarán sobre el mismo puente. A diferencia de en su 50 cumpleaños, el Golden Gate no se cerrará al tráfico esta vez. Los organizadores no quieren que se repita lo que sucedió en 1987, cuando el peso de los 300.000 peatones que se pasearon sobre él debilitó la estructura del arco provocando que el puente se balanceara. El único espectáculo que albergará será el de los fuegos artificiales que, a partir de las nueve de la noche, se podrán observar desde la bahía de San Francisco. El resto de eventos, la mayoría actuaciones con música y baile, se desarrollarán en Crissy Field.
Setenta y cinco años después de su construcción, el Golden Gate ha dejado de ser el puente colgante más largo del mundo pero la fascinación que causa su estructura de acero cuando asoma entre la niebla húmeda y salada que corroe sus casi dos millones de remaches, sigue intacta. Una niebla que podría empañar buena parte de las celebraciones previstas para el domingo si, como se prevé, se cierne sobre la ciudad.
Pese a los achaques de la edad y las inclemencias del clima, el Golden Gate solo parece verse amenazado en las películas de Hollywood. En sus 75 años de historia ha sido devorado por un tiburón (Mega Shark vs Giant Octopus), ha sido movido telequinéticamente por Magneto (X-Men); ha visto emerger a tres Black Hawk (La Roca) y a soportado el peso de James Bond, encarnado en la piel de Richard Moore, escalando por una de sus torres (Panorama para Matar). Súperman también llegó a tiempo de salvar un autobús escolar. Lamentablemente, ningún superhéroe pudo rescatar a los 11 trabajadores que murieron durante su construcción entre 1933 y 1937.
El Golden Gate además de servir como escenario a películas –además de las citadas conviene recordar su papel protagonista en cintas como Harry El Sucio, Vértigo o El Halcón Maltés- o a protestas de activistas -que suelen colgarse de sus cables para reivindicar sus causas-, e inspirar a escritores, cantantes y poetas, también se ha hecho famoso por ser uno de los lugares preferidos de los suicidas. Más de 1.500 personas han perdido la vida tras arrojarse desde el puente. Las autoridades están sopesando la posibilidad de poner una valla metálica para impedir que la gente salte.
El domingo, el armazón rojo del Golden Gate seguirá varado entre la península de San Francisco y el sur de Marin. Sus cabellos de acero y sus pies de más de 200 metros estarán listos para celebrar sus 75 años de historia y demostrar que “es una prueba evidente de que el ser humano puede alterar el planeta con reverencia”, como escribió Kevin Starr en su libro Golden Gate.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.