La vida de pueblo inspira arte joven
Un proyecto traslada a zonas rurales la residencia de creadores emergentes
Campo Adentro es la expresión de la reciprocidad de los extremos, del arte contemporáneo fundido con el medio rural más desconocido para un público urbanita, y viceversa. El proyecto, impulsado por el artista Fernando García Dory, nace como una necesidad de maridaje entre la naturaleza y la urbe, lo rústico y lo tecnológico, con el fin de construir un puente entre los dos ámbitos. Pero no confundamos Campo Adentro con land art, aquí el paisaje rural no sirve como escenario o soporte para los artistas. “Me interesa un arte conceptual y multidisciplinar en el soporte y las técnicas, por eso para este proyecto, cada uno de los artistas que participan son la propia obra. El objetivo es extender esa cuestión que me obsesiona, el porqué de la distancia entre cultura rural y urbana, cuando el campo es clave en la sostenibilidad de las ciudades”, asegura García Dory.
En el proyecto, su director ha conseguido implicar y movilizar tres fuerzas sociales alrededor de su idea. Por un lado cuenta con el apoyo de instituciones culturales como el museo Reina Sofía, el Matadero de Madrid o la Filmoteca Nacional. También el Ministerio de Medio Ambiente y el Ministerio de Cultura colaboran con Campo Adentro, y por último la Plataforma Rural, imprescindible para llevar a cabo la obra.
Cada uno de los artistas, previamente seleccionados por un jurado, se traslada durante dos o tres meses a vivir a un pueblo de España, donde elaborará su proyecto individual. Este año las estancias en zonas rurales se llevarán a cabo entre el 1 de junio y el 15 de octubre en Avinyó (Barcelona), Prado (Zamora), la Sierra de Gredos (la Vera y la Vega de la Zarza en Cáceres) y Guzmán, Ribera del Duero (Burgos).
Barbara Fluxá (Madrid, 1974) es artista multidisciplinar con proyección internacional y una de las seleccionadas para participar en Campo Adentro. Con el agricultor José Bernal y el realizador de documentales Fernando Martín, Fluxá trasladará la forma de vida de los pastores cabreros tradicionales que viven en la Sierra de Gredos a una producción audiovisual, centrándose en el cambio de territorio según las necesidades del pastor. “Partimos de las faldas de Gredos, no sabemos cuánto durará el viaje porque hay cabañas a cuatro horas caminando y cabañas a dos días de distancia”, explica la artista. “Mi trabajo gira en torno a cómo el hombre modifica el entorno natural y lo convierte en artificial. Es volver la vista hacia una vida nómada, que creíamos desaparecida en nuestro país, pero dándole un enfoque de cierta abstracción. Es una videocreación”.
En la localidad de Prado se instalará Carmen Cañibano (Zamora, 1974) para filmar, en tiempo real, las horas que lleva el cultivo industrial de un cereal de secano, y hacer un análisis “casi marxista” de lo que equivale a una hora de trabajo. “Me interesa como se están transformando esos lugares en las últimas décadas. Lo que afecta a los métodos y tiempos del laboreo agrícola, creo que esas localidades pueden servir como muestra de los nuevos sistemas de producción y de la metamorfosis del trabajo agrícola”. Cañibano se define como una artista que, igual que su obra e inspiración, está marcada por la contingencia, la precariedad y la flexibilidad.
Además de los cambios de residencia y los hábitos laborales, la música también está, como en la ciudad, muy presente en el mundo rural. El artista Francisco Arroyo (Valencia, 1977) se encargará de plasmarlo en su obra, durante su estancia en Avinyó, Barcelona, durante los meses de junio y julio. Su proyecto Fonoteca 2.0. La tradición rural-sonora hacia el siglo XXI vincula la tradición musical con las múltiples posibilidades que la correcta aplicación de la tecnología ofrece. Tras una fase de investigación y registro de la música tradicional agro-rural, este proyecto presenta una reinterpretación de dichas músicas mediante instrumentos musicales tradicionales modificados y otros construidos con materiales reciclados.
Asunción Molinos es la artista que completa la fase Residencia del proyecto Campo Adentro. Contestador es el nombre de su trabajo, que llevará a cabo en Guzmán, Ribera del Duero (Burgos), enfocado a la denuncia social de las labores burocráticas, tan necesarias para el agricultor como arar, sembrar o cosechar. “Se redactará un guion ácido para este supuesto contestador automático, que ponga de relieve el afanado juego en el que se tiene que manejar el agricultor contemporáneo”, explica la autora en la presentación de su boceto.
García Dory está convencido de que los meses de residencia y trabajo en estos pueblos aportan al artista una mayor sensibilidad hacia los valores del campo. "Se van a llevar lo mejor de las sociedades rústicas, es un lugar de inspiración, la generosidad de la gente...". Aún así, el mensaje optimista del director de Campo Adentro es persistente. "La cuestión es tomar lo mejor del pasado, pero mirando al futuro".
Babelia
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