Usted también puede ser Jeff Koons
La revista 'Paper monument' reúne los irónicos consejos de 89 creadores, profesores y comisarios para triunfar en el arte
Si algo les gusta a los editores de la revista de arte neoyorquina Paper Monument es una buena lista. Lo demostraron con su anterior publicación I like your work: art and etiquette (Me gusta tu trabajo: arte y etiqueta) y lo vuelven hacer (en inglés) en su nuevo libro: Draw it with your eyes closed: the art of the art assignment (Dibújalo con los ojos cerrados: el arte de las tareas artísticas).
Entonces, la revista de periodicidad incierta, hermana de n+1 (publicación literaria y ciertamente influyente en las intersecciones entre los mundos académico y hipster), pidió la colaboración de artistas, jóvenes y viejos, conocidos o ignotos, para fijar las normas de comportamiento en lugares como la inauguración de una galería, esa cena con coleccionistas o aquel after hours oficial de la Bienal de Venecia a partir de preguntas como: ¿Qué manierismos consuetudinarios son particulares del mundo del arte? o ¿Considera que se ha obrado un cambio en las normas de etiqueta en vista desde que se produjo la debacle financiera?
El mismo espíritu irónico y de colaboración desinteresada de decenas de creadores sobrevuela el nuevo libro, que nace de una certeza de los editores, Dushko Petrovich y Roger White: si bien se publican muchos manuales de enseñanza, casi ninguno logra hacer justicia a la realidad, azarosa y decididamente surrealista, del aprendizaje artístico. “Así que empezamos a pedir a gente que conocemos, a gente que conoce gente que conocemos, que compartieran su experiencia en el terreno de los encargos y los deberes escolares artísticos: queríamos saber los más memorables entre aquellos que hubieran dado, recibido o simplemente escuchado por ahí”.
El resultado junta a 89 artistas, profesores, críticos y comisarios. Comparten experiencias, advertencias, dibujos, haikus improbables (“Coge un papel de 18X24 pulgadas y dibuja en él usando únicamente tu coche”, dice Heather Hart), imperativos ingeniosos que se esconden tras el anonimato (“Entra en tu estudio, crea una obra de arte con toda tu ropa y abandona el lugar desnudo”) o consejos valiosos en su extravagancia: “Convence a tus tres mejores amigos de la escuela de arte para que monten una galería”.
Además de un subversivo pasatiempo intelectual que invita a ser retomado tan rápido como se abandonó, el librito, de unas 125 páginas, incluye las famosas Notas sobre la enseñanza, escritas en los 70 por el artista Paul Thek (1933-1988). La lista en cuestión, como explicó Dwight Garner en su elogiosa crítica del libro para The New York Times, “se ha pasado de mano en mano entre profesores de arte serios durante décadas” como instrumento didáctico.
La razón del éxito de la lista de Thek es su tempestuosa y original forma de ver el mundo, tan familiar a la obra del artista. En ella, se mezclan preguntas de carácter personal (“¿Cómo sabes cuándo te has enamorado de alguien?”, “¿Crees en el sexo antes del matrimonio?”, “¿Cuál es tu personaje favorito de Lo que el viento se llevó?”) y otras más filosóficas (“¿Qué consideras sagrado? ¿Y profano?”), con deberes reveladores para los alumnos: “Diseña algo que se pueda vender en la esquina de tu calle”. “Construye una estructura a partir de fotos de culturas primitivas”. O este otro, quizá el mejor: “Rediseña los genitales humanos de manera que resulten más equitativos”.
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