Nace 9915, la asociación de los coleccionistas de arte españoles
"Cada uno era como un Robinson en una isla desierta", explica el presidente Jaime Sordo
Desde hace unas tres décadas, cada vez que se acerca la celebración de la feria de arte contemporáneo Arco, se empieza a hablar de “los coleccionistas”. Así, en plural y como algo genérico, impreciso, casi anónimo. No suelen abundar informaciones más detalladas sobre ellos. Y es que en España los coleccionistas de arte no acostumbran dar la cara, abrir sus casas y mostrar las obras adquiridas, una tendencia que va abriéndose paso internacionalmente. Aquí es algo que parece lindar con lo íntimo. “Es por la envidia”, se le ha oído decir a alguno preguntado por las razones de este hermetismo. Pero algo está cambiando últimamente porque un grupo de ellos ha decidido crear y formalizar la Asociación de Coleccionistas Privados de Arte Contemporáneo de España, que en lugar de por sus siglas prefiere ser conocida como 9915, “el número de archivo clasificado para los coleccionistas, de todo tipo de objetos, en la OTAN”, según explica su presidente, Jaime Sordo.
“Nos conocemos desde hace años unos a otros. Solemos vernos y tomar un café en ferias como Arco o las internacionales como Art Basel y Frieze”, cuenta Sordo. “Nos dábamos cuenta de que cada uno era como un Robinson en una isla desierta. El coleccionismo de arte es algo en lo que invertimos tiempo, sacrificio y dinero, y no siempre ha resultado fácil guiarse por el mercado. Teníamos muchas cosas en común, las mismas necesidades y problemas”.
¿Qué problemas? Algo de los que siempre se ha hablado es de la opacidad del mercado del arte. Ninguna feria emite resultados de ventas, sólo vagos niveles de satisfacción de los galeristas y organizadores. Entre el precio de salida y la venta real puede haber significativas diferencias. Y estas operaciones no vienen siempre con la documentación necesaria. Teniendo en cuenta de que generalmente se trata de importantes sumas de dinero, es deseable mayor transparencia. Lo mismo para los préstamos de obras a museos y centros de arte, para formar parte de exposiciones.
“Nos hemos propuesto 14 fines en la asociación”, apunta su presidente. “Entre ellos está la regulación de los procesos de compra-venta. Queremos influir para que se homologuen criterios o fórmulas mínimas contractuales. En este momento cada centro de arte y cada galería lo hace de manera distinta y a veces nos sentimos desprotegidos. En ocasiones no hay prácticamente ningún documento, una factura, una reproducción digital de la pieza”, afirma.
“Otro aspecto que nos interesa es el de la conservación y mantenimiento de las piezas que adquirimos. Suelo poner como ejemplo que cuando compras un microondas de 80 euros viene con un libro de instrucciones. Pero cuando compras una obra de arte de 70.000 nadie te dice si debes alejarlo de la luz directa, si necesita algún tipo de limpieza o si hay alguna garantía si se deteriora”, añade. “Tampoco suelen ser muy claros los contratos para cesión de obras para exposiciones o museos. Cada uno es distinto y a veces te insisten en que hay un seguro completo, pero al haber algún problema el seguro no lo cubre. El coleccionista se siente indefenso”.
La asociación 9915 (Noventa y Nueve Quince) quedó constituida el pasado 28 de marzo después de solo tres meses de reuniones. “Somos en principio once coleccionistas los que hemos elaborado los documentos y definido los objetivos. Nos encerramos a construir las bases de la asociación en términos legales. Y quizá, al ser empresarios, tenemos una capacidad de gestión más rápida, porque el 28 de marzo firmamos y elegimos los cargos directivos”. Los otros cargos recaen en Enrique Vallés y Juan Antonio Rodríguez Deorador (vicepresidentes), Carlos Puerta (secretario) y Ángel Nieto (tesorero) y Chema de Francisco, Alicia Aza, Julián Castilla, Carmen Pérez Seoane y Carlos Rosón (vocales). Es presidente de honor Pilar Citoler, coleccionista y presidenta del patronato del Museo Reina Sofía.
“En principio somos un núcleo pequeño, lo que ha facilitado ponernos de acuerdo, pero ahora estamos abiertos a recibir a todos los coleccionistas que quieran asociarse, apunta Jaime Sordo. “Tanto a los que llevan haciéndolo muchos años como los nuevos. No vamos a valorar qué tipo de colección tienen, solo la vocación de hacerlo con seriedad”.
En relación a los nuevos coleccionistas, Sordo señala: “Un punto que nos parece muy importante es el de la formación de los coleccionistas. Todos somos autodidactas, hemos ido aprendiendo al ir a exposiciones, leer catálogos. Pero hay muchas cosas más que aprender para hacerlo mejor y no cometer errores importantes”.
Entre los otros objetivos que se han fijado está crear una amplia base de datos de participación voluntaria, donde se detallen las obras de todas las colecciones para facilitar su estudio, promoción y exposición. También el asesoramiento en sus transacciones, la mediación en desacuerdos, el fomento del coleccionismo o crear servicios de autentificación y certificación de obras de arte por parte de expertos. “En fin, con tantos puntos e intereses en común nos preguntamos cómo no se ha hecho antes una asociación como esta”, concluye su presidente.
Babelia
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