Asins, Alvear y Lorenzo, tres pioneras en defensa de la cultura
La Fundación Arte y mecenazgo entrega los premios a tres batalladoras del mundo del arte
La artista Elena Asins, la galerista Soledad Lorenzo y la coleccionista y también galerista Helga de Alvear son parte fundamental del arte contemporáneo español. Protagonistas y responsables desde sus respectivos campos de la transformación de la cultura de este país, son también tres mujeres acostumbradas a luchar contra los obstáculos. Esta mañana, una tras otra han recibido los premios Arte y mecenazgo con los que la Caixa ha reconocido su aportación al campo del arte. Ha sido un momento para los agradecimientos y para llamar la atención sobre el disgusto que les ha producido que, en un momento de crisis como este, el gobierno haya prescindido del Ministerio de Cultura. Un gesto que traducen como un ejemplo del desinterés mayúsculo que suscita el arte a los ojos de los políticos.” La cultura no es un entretenimiento, como los deportes, y no se pueden juntar en un mismo ministerio a la Cultura con la Educación y el Deporte”, dijo Asins ante el subsecretario de Cultura, José María Lassalle, Isidro Fainé, presidente de "la Caixa" y Leopoldo Rodés, presidente de la Fundación Arte y Mecenazgo. Antes, el historiador y crítico Francisco Calvo Serraller dibujó el retrato del intenso papel que estas tres mujeres han ostentado en sus respectivas trayectorias.
Un rato antes de la ceremonia oficial, Asins, Alvear y Lorenzo comentaban los muchos premios que estaban teniendo en los últimos tiempos “Falta uno de belleza”, comentaba Soledad Lorenzo. Bromas aparte, las tres hablaron con preocupación del momento que atraviesa el mercado del arte en España. “Se diga lo que se diga, no se vende nada”, resumía Alvear. “Bajas los precios para ayudar a los artistas, y tampoco se anima el mercado”.
Elena Asins cree que hay necesidad de un cambio de modelo. “El poscapitalismo no sirve. Hay que pensar en otras alternativas. Hay un discurso nuevo que tenemos que atrapar”. Alvear es de las que opina que esos nuevos argumentos pasan por un inédito sistema de trabajo. “Me crié con pan, manzanas y leche. Una y otra vez comíamos lo mismo. Ahora la gente quiere de todo y sin trabajar”.
¿Esperan algo de los políticos?. “Nada”, contesta Elena Asins. “Todos los sectores de la cultura, uno tras otro (arte, teatro, escritores…) pedimos que se mantuviera el ministerio de Cultura.Pues lo primero que hicieron fue suprimirlo. Creo que tendríamos que salir a la calle en manifestación”.
La galerista y coleccionista Helga de Alvear es de las que cree que los políticos no están poniendo ni medio minuto de atención en los temas culturales. “He visitado hace poco la Ciudad de las Artes de Galicia. Es un auto homenaje del arquitecto. ¿Cómo se explica que en la zona dedicada a exposiciones no hay ni siquiera una línea recta?. ¿Quién ha consentido eso?”.
Lorenzo introduce en la conversación el caso de la Ciudad de las Artes de Valencia, donde la inversión millonaria se empaña con una actividad escasísima. “Yo me retiro este año pero ha sido toda una vida dedicada a este negocio, 25 años, y me da mucha pena ver como todo se está desmoronando”.
“Habría que empezar por decir la verdad”, responde Alvear. “Me parece mal que muchos colegas no hayan contestado a lo que realmente se ha vendido en Arco. Es como si esperasen subvenciones si dicen que no han vendido. Nosotros no pedimos eso. Necesitamos que se fomente el coleccionismo, que en España, por cierto, sigue sin existir. Estamos en un momento en el que prima el sálvese quien pueda. Me dicen que soy una bruta cuando digo que estamos como en Siria. Sin bombas, pero como en Siria”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.