El Teatro Real pide a sus trabajadores que devuelvan un millón de euros en sueldos
A los empleados no se les aplicó correctamente la rebaja de sueldos de los funcionarios El comité de empresa anuncia movilizaciones y amenaza con convocar una huelga
Primero fue el Liceo con la amenaza de un ERE temporal a su plantilla para reducir casi 3 millones de euros. La presión de los trabajadores y el sacrificio que hicieron entregando una de sus pagas salvó la situación, que no la imagen ofrecida. Ahora, por diferentes motivos, le llega el turno al Teatro Real. Su director general, Miguel Muñiz, confirmó ayer que el coliseo madrileño acaba de reclamar a sus trabajadores alrededor de un millón de euros en sueldos que debían haberse descontado de sus nóminas desde 2010 y que por una errónea interpretación del Real Decreto 8/2010 nunca se detrajeron. Ahora, la dirección pretende descontar esa cantidad, entre 3.000 y 6.000 euros a cada trabajador (sobre una plantilla de unos 300) de las próximas cuatro pagas extraordinarias que tienen que cobrar. En el caso de trabajadores eventuales o empleados a punto de jubilarse, el descuento se producirá a partir de la próxima nómina. El comité de empresa ha anunciado movilizaciones y ha amenazado con convocar una huelga.
Porque los trabajadores, claro, no tienen ninguna intención de permitir que por una “negligencia” del teatro se les aplique ahora con carácter retroactivo la bajada salarial. Las cifras que dejarán de percibir en futuras pagas corresponden a la cantidad del 5% que debía habérseles recortado en su momento y de la subida del IPC, que no podía ser superior al 0,3% y llegó hasta el 2,3%. Pese a que los empleados del teatro no son funcionarios, están sujetos a la aplicación de la Ley de Presupuestos. Y esa ha sido una de las interpretaciones erróneas que se hicieron, según Muñiz, porque la ley no se aplicó a rajatabla.
El comité acusa al anterior administrador, Alfredo Tejero (dimitió a finales de enero), de haber cometido una negligencia. El exadminstrador explicó a este periódico, en cambio, que el error se debe a que interpretaron que se podía extraer de la masa salarial total. Es decir, recortando también en complementos, horas extras, bonificaciones... de hecho, la rebaja llegó hasta un 12%.
Pero no es legal y Hacienda quiere que se haga como ordenó. “Llegamos a la conclusión de que eso era una forma de aplicar el famoso Real Decreto. Lo que pasa que la intervención general considera que la letra del decreto no se ha cumplido”, insiste Tejero.
Los empleados lo ven distinto. “A pesar de que nos redujimos voluntariamente el sueldo y entregamos a la empresa medidas de flexibilidad laboral y económica para paliar el recorte presupuestario, en el teatro se siguen pagando sueldos de 18.000 euros mensuales a altos cargos, aunque hay trabajadores del Teatro Real que este mes y el que viene no podrán pagar su hipoteca ni alimentar a sus familias”, dicen a través de un comunicado. “La situación en el teatro es insostenible y nos lleva a tomar la decisión de realizar movilizaciones y huelgas que ponen en peligro el estreno de las próximas óperas”. El Real tiene algunos de sus estrenos más importantes en las próximas semanas, como Vida y Muerte de Marina Abramovic o el Cyrano de Bergerac, en el que cantará Plácido Domingo.
“Los trabajadores no estamos dispuestos a seguir financiando lo que se ha convertido en un cortijo para unos pocos y los sueldos astronómicos que cobran algunos directivos del teatro. Aparte del despilfarro que se produce por el gasto descontrolado, la lista es extensa y no podemos seguir consintiéndolo”, termina el comunicado.
El director general del Real, Miguel Muñiz, resume la situación: “Cuando salió el decreto, no recibimos instrucciones claras y rebajamos de los gastos del personal alrededor de un 12% en complementos y horas extraordinarias. Además, bajamos los sueldos de forma escalonada: a los más bajos un 1% y a los directores un 8%. Redujimos más de lo que suponía aplicar el decreto. Pero una vez que lo hicimos nos dijeron que lo habíamos hecho mal. Este es el lío. Pero es la ley”, afirma.
Babelia
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