La Sinfónica de Baleares sale a la calle contra los recortes
Dos de las tres instituciones patrocinadoras rebajan, un 35% su aportación
Los músicos y técnicos de la Orquesta Sinfónica de Baleares (OSB) han iniciado un programa alternativo de conciertos para protestar contra los recortes presupuestarios que ponen en cuestión su modelo cultural. Actúan en la calle, rodeados de pancartas y sobre los adoquines de Cort, la plaza central de Palma. Pretenden que dos de las tres instituciones que patrocinan a esta orquesta no rebajen un 35% su aportación anual. La precariedad económica ha supuesto la no sustitución de seis bajas de la plantilla, la limitación de las dietas o la no renovación del vestuario.
Con un concierto popular de 45 minutos, con fragmentos de Carmen de Bizet o La boda de Luis Alonso de Giménez, la orquesta se estrenó en la calle este jueves pasado y repetirá su actuación-manifestación los sábados 24 y 31 de marzo, a las doce del mediodía en el mismo foro de Cort. Además, los profesores barajan dispersarse por la ciudad en grupos de cámara para amplificar la repercusión de la protesta.
El presupuesto de la OSB bajó de los 5,5 millones de euros en 2011 –ya ajustados– a los 4,09 millones en este año, según datos oficiales del Consorcio público de la orquesta. La deuda de la entidad es de 2,5 millones entre impagos a proveedores, obligaciones y créditos. Si no se recuperan los fondos iniciales “es inviable la supervivencia de la Orquesta”, detalló un miembro del comité de la empresa pública cultural.
El Gobierno de Baleares responde que trabaja “en sendos planes de viabilidad y financiero para rentabilizar y optimizar recursos y sacar adelante el proyecto”. Este año el Ejecutivo autonómico financia la OSB 1,85 millones, con una rebaja un 10% sobre 2011; el Ayuntamiento de Palma aporta 1,4 millones, con una reducción de un 32% de la partida. El Consell de Mallorca recorta un 37% su aportación, que queda en 650.000 euros. Un cuarto de millón se genera con actividades propias del conjunto.
El pago de nóminas a músicos y el conjunto de funcionarios colaboradores sufrió retrasos meses atrás por las dificultades de caja. Esta situación crítica –general en las finanzas autonómicas Baleares– impide programar viajes o fijarse en grandes solistas invitados. El Gobierno reconoce que “se renegocian los cachés de artistas exteriores, servicios, decoración, hasta las flores”, para “tener un margen de maniobra”.
Medio millar de personas asistieron al primer concierto de protesta. El lema de las pancartas era: Todos con la Orquesta Sinfónica de Baleares, todos con la cultura. La presión se centra sobre el Ayuntamiento de Palma y el Consell, por haber reducido más de un tercio su financiación. Se pretende que equiparen su patrocinio al del Gobierno.
El comité de empresa la OSB actúa "para poder sustentar la infraestructura que requiere una orquesta sinfónica y también para que se puedan pagar las nóminas de los trabajadores". Los sindicatos representados se manifiestan "conscientes de la situación económica " y de los "grandes esfuerzos" que exige. Así plantean un ciclo con ONG (La Orquesta de Baleares, Solidaria), con actuaciones desinteresadas por parte de los músicos. “Todos debemos colaborar para superar esta crisis, pero pensamos que la Orquesta es imprescindible para el funcionamiento cultural de las islas".
La OSB fue creada en 1988 a instancias del Gobierno Balear, el Ayuntamiento de Palma y el Consell de Mallorca. El director titular y artístico es, por segunda ocasión, Salvador Brotons. En el pasado la batuta ha estado en manos de Luis Remartínez, por dos veces Philippe Bender, Geoffrey Simon y Edmon Colomer.
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