“La gente en EE UU prefiere ignorar el problema de los indocumentados”
Demián Bichir fue uno de los nominados al Oscar al Mejor Actor por A better life La película trata el drama de 11 millones de personas que residen de manera ilegal en EE UU
Un grupo de veinteañeros se acerca a la mesa de un restaurante para fotografiarse con el entrevistado. A cambio, él les propone un juego: “¿Ustedes saben quién soy yo?”. “Demián Bichir”, contestan los jóvenes. “¿Y qué trabajos míos han visto?” Ninguno de los jóvenes ha visto ‘A better life’, la película por la que Bichir fue candidato al Oscar al Mejor Actor hace un par de semanas. “De todas las películas que he hecho, esta ha sido la que menos se ha visto. Pero no pasa nada, lo digo con orgullo”.
‘A better life’ ha pasado sin pena ni gloria por la cartelera mexicana (a la española ni siquiera ha llegado y desde su distribuidora aseguran que quizás salga directamente en DVD) pero ha dejado un buen número de cosas buenas para Demián Bichir. Por ejemplo, recibir los piropos de Natalie Portman: “Has dado voz a los que no la tienen. Has creado tanta empatía por otro ser humano que salimos del cine viendo el mundo de una manera distinta”, le dijo la actriz desde el escenario de los Oscar cuando presentó el premio al mejor intérprete masculino.
Demián Bichir se ganó la nominación con el papel de Carlos Galindo, un mexicano que trabaja sin descanso como jardinero en las lujosas mansiones de Los Ángeles. Uno más de los once millones de ciudadanos indocumentados que viven en Estados Unidos, de los que seis millones son mexicanos. “Antes de rodar me acerqué a las casas de Beverly Hills y hablé con las cuadrillas de jardineros. No hay una actividad en la vida de los estadounidenses en la que no esté involucrado un trabajador indocumentado”.
Pero, si ‘A better life’ ha logrado llamar la atención de la Academia ¿por qué no ha gozado apenas de repercusión? “Si hubiéramos tenido más publicidad, la película habría conseguido más nominaciones y la gente no habría ido solo a verla porque se preguntaba quién era ese güey que estaba nominado junto a Brad Pitt, George Clooney, Gary Oldman y Jean Dujardin. Además, la gente en EE UU no quiere ser consciente del problema y prefiere ignorarlo”.
Los partidos mexicanos han hecho un trabajo excepcional para enemistarnos a todos"
Muchos mexicanos nunca escucharon hablar de Carlos Galindo, pero prácticamente todos vieron en los medios mexicanos el abrazo de Bichir con George Clooney a las puertas del antiguo Teatro Kodak. Tras los frenéticos días en Los Ángeles, el actor tiene que volver a la realidad. Y su realidad ahora es la obra de teatro Nadando con tiburones, que representa en Distrito Federal. Cuando aparece sobre la escena, el público se arranca en un aplauso que interrumpe la función. Es el reconocimiento por poner “el nombre de México en lo más alto”, en palabras de una mujer más que se acerca durante la entrevista.
En la realidad de Bichir, y en la de todos los mexicanos, están muy presentes las elecciones generales del próximo julio. Y, aunque no le gusta que lo etiqueten como un ‘actor político’, Demián no esconde su preocupación por la realidad social de su país. De hecho, se pasa buena parte de la entrevista hablando de ello. “Los partidos políticos han hecho un trabajo excepcional para enemistarnos a todos. Me preocupa la enorme desigualdad que sigue existiendo. Por eso creo que es el momento de López Obrador, porque es el único que tiene una agenda para gobernar a 120 millones de habitantes y no solo a 15”, asegura el actor que, a pesar de apoyar abiertamente al candidato de izquierdas, ha rechazado participar oficialmente en campaña.
Bichir se ha convertido en el segundo actor mexicano que aspira al Oscar al Mejor Actor. El anterior fue Anthony Quinn (sí, Anthony Quinn nació en Chihuahua en 1915 y fue candidato a la estatuilla en 1957 y 1964). Hacia esa época, Maricruz Nájera, la madre de Demián, también ocupaba un lugar destacado en los escenarios mexicanos. “Se escapaba de casa para ir a cantar a la radio local y creció admirando a las estrellas hollywoodienses”. La noche en que el actor desfiló sobre la alfombra roja, llevaba del brazo a su madre. Su padre, también actor y productor de teatro, se pasó media velada junto a Scorsese, según recuerda Demián. De la mano de sus padres entró en el mundo del espectáculo, y a los 13 años ya estaba sobre las tablas. Desde entonces, y hasta sus 48 años actuales, ha paseado su apellido de origen libanés por películas como Che: El argentino o Sin noticias de Dios.
El drama de los miles de mexicanos que cruzan la frontera buscando ‘una vida mejor’ sigue su curso. No se detiene por la entrega de unos premios. Pero Demián Bichir, a pesar de la crudeza de su película, se muestra optimista: “Es una lucha social comparable a la de los afroamericanos, que se va a ganar. Pero es importante que se le dé voz. Con una película, con una nominación o a través de Natalie Portman”.
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