Luis Moreno Mansilla, o la poesía arquitectónica
La repentina e inesperada muerte de Luis Moreno Mansilla deja un gran vacío en la arquitectura española
La repentina e inesperada muerte de Luis Moreno Mansilla deja un vacío en la arquitectura española. Todos los que le conocimos recordaremos su aguda inteligencia, su pícaro sentido del humor y su humildad, una combinación que le convirtió en un colega entrañable y en un gran profesor. Luis era un artista en el arte de la amistad que tenía en cuenta el punto de vista de la otra persona y que a menudo contestaba con un enigma. En su arquitectura, combinaba el rigor intelectual con toques de ingenio creativo que hacían que todo pareciese aparentemente sencillo. Siempre estaba buscando la idea adecuada para cada proyecto y encontraba inspiración en lugares inesperados.
A Luis le gustaban las normas para poder transgredirlas. Era profundamente serio, pero veía el valor del juego. Estas actitudes se perciben en las obras que realizó en asociación con Emilio Tuñón desde 1992 en adelante, después de que ambos dejaran el estudio de Moneo. Algunos de estos edificios pasarán a la historia como algunas de las contribuciones más importantes a la disciplina. Uno piensa, por ejemplo, en el MUSAC de León (2001-2004), con su plano en zigzag que revela los espacios para las exposiciones y que ganó merecidamente el Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Europea en 2007. Otros, menos espectaculares, como el Museo de Bellas Artes de Castellón (1996-2001), con su riguroso sentido del orden y su sobria postura cívica, también merecen un lugar en la historia.
La obra de Mansilla/Tuñón combina la claridad de pensamiento con la riqueza espacial, las técnicas modernas de construcción con la artesanía y la expresión individual con un sentido de la continuidad histórica. Teniendo en cuenta el uso humano, el contexto y la construcción, han alcanzado la poesía arquitectónica a través de la orquestación de los materiales y de la luz. En una época de recetas fáciles y de dogmas pasajeros, Luis el profesor será recordado por sus alumnos de la ETSAM y de las diversas escuelas internacionales en las que fue profesor visitante por su método socrático que revelaba paulatinamente sus posibilidades a cada estudiante, al tiempo que le sugería su propia búsqueda creativa.
Cuando me enteré de la espantosa noticia ayer, me vinieron a la mente inmediatamente todas las ocasiones en que nos habíamos encontrado, como por ejemplo mientras conducíamos por los extensos espacios de Castilla y León para ver el MUSAC casi terminado, o mientras admirábamos la propia casa de Alvar Aalto en Helsinki junto con la mujer de Luis, la pintora Carmen Pinart, y con su socio Emilio: siempre sentía la misma curiosidad por todo, desde los pomos de las puertas hasta la postura filosófica del arquitecto, siempre realizaba las mismas preguntas penetrantes y los mismos comentarios divertidos y siempre esbozaba esa misma sonrisa enigmática y cómplice.
William J. R. Curtis es historiador de la arquitectura.
Babelia
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