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LA CITA DEL ARTE CONTEMPORÁNEO

Elena Asins denuncia la venta de una serie de sus dibujos en Arco

La artista afirma que los ocho dólmenes geométricos no los firmó por “defectuosos” en 2001 Las piezas seguían colgadas esta mañana y estaban firmadas por su creadora

El espacio de la galería Altxerri, ayer en Arco, con los dibujos denunciados por Asins al fondo.
El espacio de la galería Altxerri, ayer en Arco, con los dibujos denunciados por Asins al fondo.SANTI BURGOS

El rumor de la denuncia se filtró ayer por los pasillos de Arco en móviles de directores de museo y en llamadas de teléfono a poderosos galeristas. Elena Asins, último premio Nacional de Artes Plásticas, veterana francotiradora de la creación matemática y artista revalorizada tras su reciente exposición en el Reina Sofía, detallaba su enfado porque la galería donostiarra Altxerri, con la que tuvo relación en el pasado, hubiera llevado obra suya a la feria. Concretamente, ocho dibujos de 2001, dados entonces por “defectuosos” por la artista madrileña y, según su versión, “no firmados”.

Se trata de una serie de dólmenes geométricos, que, en efecto, colgaban ayer del espacio de Altxerri en el pabellón 8 de Ifema, junto a otras piezas de Elena Asins (todas ellas vendidas) y obras de Esther Ferrer y J. Teixidor. “No solo están vendiendo obra sin mi autorización, ni firma, que ya es suficientemente grave, sino que ni si quiera me consultaron las obras que llevaban a la feria ni los precios”.

Elena Asins.
Elena Asins.SOFÍA MORO

Lo cierto es que las piezas aludidas, puestas a la venta por 1.800 euros y a mediodía de ayer aún sin vender, sí lucían firma con el siguiente texto: Euskaldun 1 [2, 3, 4, 5 y 6, según avanza la serie]. Elena Asins. Azpiroz, 2001. Juan Ignacio García Velilla, encargado de Altxerri ofrecía ante ellas su propia versión. “Empezamos a montar esta expedición a Arco con la propia Asins, dentro del programa Solo Projects [en la que un galerista se centra en un solo artista]. Después, ella se echó atrás por razones poco claras; empezó a poner pegas con el color elegido para el stand y cosas así. Finalmente, se negó a participar en este Arco con nosotros. Casualmente, tras haber fichado con su nueva galerista, Helga de Alvear. Yo había prometido al comité que traería Elena Asins, así que busqué piezas de un coleccionista para no faltar a mi palabra con la dirección de Arco. También me vine con seis dibujos de una muestra que produjimos en la galería en 2001”.

Estos últimos son los de la discordia. Según pudo saber después este diario, algunas de las piezas de Altxerri que lucían puntos rojos las había comprado (“por un precio entre 2.000 y 15.000 euros”, según García Velilla) Helga de Alvear, nueva galerista de Asins. Gran coleccionista, amén de una de las marchantes más poderosas del mercado español, De Alvear declaró a este diario que unos asins a ese precio “eran una oportunidad que no convenía dejar pasar”. Varias muestras en Arco del trabajo de esta pionera del arte informático vendrían a demostrar esa apreciación: Vanguardia o Guillermo de Osma cuentan este año también con obras suyas, a la venta entre los 17.000 y los 50.000 euros

“Aún no he muerto y los precios los pongo yo y la autorización la doy yo”, señalaba entre tanto la artista. La única vez que Asins expuso en la sala fue en 2000 y en 2001 la emblemática galería donostiarra llevó a la artista a Arco, donde, según García Velilla, “no se vendió ni uno”.

Fue en esa época cuando Asins creó una serie de ocho dibujos en liza, seis horizontales y dos verticales, que mandó reproducir en un laboratorio profesional de la San Sebastián. Al ver que el resultado no era el deseado, creado por ordenador (“los colores estaban desvirtuados, el negro era gris y el gris tirando a violáceo”, recuerda), pidió a la galería que repitieran la prueba “o que en cualquier caso, no los diera como válidos”. La artista se lamenta ahora de no haber recuperado en su día los dibujos. Velilla, que reitera que las piezas están firmadas, se mostraba ayer dispuesto a vendérselos a la artista o a “cambiarlos” por otras piezas.

Asins no parecía ayer dispuesta a los acuerdos: “El verano pasado me dijeron que iba con ellos a Arco como artista en exclusiva y no ha sido así. A pesar de que les llamé cuando me enteré para decirles que no quería saber nada de ellos, han acabado llevando mi obra sin mi autorización”.

Isabel Mignoni, de la galería Elvira González, describió por la tarde un enfrentamiento similar. “Pensamos en traer piezas suyas antiguas, ahora que está revalorizada su obra, pero nos amenazó con montar una rueda de prensa frente al stand si lo hacíamos. Preferimos evitar problemas. Ahora, propongo crear una asociación de galeristas damnificados por Elena Asins”. Petra Pérez, de Vanguardia, opinó por su parte que para exponer la obra de un artista es necesaria su aprobación.

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