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EL PAÍS ESPÍA BARCELONA NEGRA

Por qué no hay que rendirse nunca

4- Nuevo reporte de Carlos Zanón en el festival barcelonés. Petros Markaris protagoniza el día al recibir el VII Premio Pepe Carvalho.

Van pasando los días y una constante de BCNegra es su gran afluencia de público. La Capella en la calle Hospital que es donde se llevan a cabo la mayoría de actos no baja de las 100 personas y ha reventado con 300 o 400, perros policías aparte. Es gratis, es negro y bastante dinámico. Los autores se sorprenden de eso porque en el fondo nunca acaban de creerse que alguien compre sus libros. Las editoriales hacen lo posible porque no se lo crean. Encontrarse a un tipo con un libro tuyo en la mano siempre tiene algo de ‘ahora paras tú’. Te divisan, te interceptan y cuando se marchan ellos tienen una firma y tú, la enorme responsabilidad de no decepcionarles jamás.

A las 19 horas en el Ayuntamiento de Barcelona, en concreto el Saló de Cent, se hace entrega del VII Premio Pepe Carvalho. Petros Markaris es el que lo recibe. Markaris es nacido en Turquía, de padre armenio y madre griega. Eso marca a fuego el carácter. Sé lo que me digo. Mi padre era del Barça, mi madre del Madrid y a mi hermana le gustaban los Spandau Ballet. El Saló de Cent está lleno sin reventar. Pocos escritores y mucho abrigo no excesivamente caro: cosas de la crisis. Mejor que no haya escritores: cuando acudimos a actos en sitios institucionales nuestra mano tiene nostalgia a antorcha y brea. Parecemos más la turba que perseguía a Frankestein que gente que sepa comportarse.

Paco Camarasa hace un discurso emotivo donde Jaritos y Carvalho coinciden y se tratan. Finalmente le pide a Markaris y a su policía que no se rindan nunca. Y uno reconoce –una vez más- cuánto necesita creer en el material de la ficción para devolver a los gigantes su condición de molinos de viento.

Markaris hizo mirar y decir a su Kostas Jaritos cosas bastante parecidas a las que Vázquez Montalbán hacía mirar y decir a su Carvalho. El ecosistema era parecido. Pústulas sin cerrar de la Dictadura y un mundo sentimental extinguiéndose. Tanto Jaritos como Carvalho no eran sino zombis entre ruinas. A los escritores nos puede la nostalgia. Y no haber sido nunca ricos ni guapos, claro.

Markaris hace su discurso y destaca las bondades de la novela mediterránea y lo importante que es no dejar que nos engulla la globalización. Quizás por eso, para despistar, hace el discurso en inglés.

* Carlos Zanón. Autor de la novela ‘No llames a casa’ (RBA)

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