Somos memoria
Mientras el juez Garzón sigue siendo juzgado por investigar los crímenes del franquismo, dos películas sobre personajes decisivos en la guerra española coinciden oportunamente en la programación televisiva. Esta noche en TVE-2 podrá verse Ciudadano Negrín, buen documental dirigido por Sigfrid Monleón con la ayuda de Imanol Uribe y Carlos Alvarez. La película revisa la apasionante y controvertida personalidad de quien fuera jefe de Gobierno de la II República entre 1937 y 1945, “el hombre más difamado en la historia española del siglo XX”, denostado por el franquismo pero también por sus compañeros socialistas. De otro lado, el próximo martes 31 la televisión vasca ETB-2 emitirá La conspiración, sobre la gestación de la insurrección militar de 1936 dirigida por el general Emilio Mola. Un largometraje sobrio, diáfano en su narración e intenciones, bien dirigido por Pedro Olea con guion de Elías Querejeta, y una sólida interpretación de Manuel Morón. Crónica de la trama golpista vista desde el ángulo de los militares que luego serían vencedores, La conspiración quizá levante este sentido alguna polémica, pero es desde luego interesante. Se emitirá más adelante en TVE.
Las televisiones públicas están atentas a sensibilidades del día en sus propias producciones… aunque no tanto en el cine ajeno. A ello se refirió en la presentación del nuevo canal TCM Autor el distribuidor González Macho, ironizando sobre la existencia fantasma de los programadores de las teles privadas a los que, dice, nadie conoce. Rememoró aquellos tiempos en que TVE era la única en España, y su programador, el desaparecido Fernando Moreno, un cineasta más que un programador, como ahora, aseguró González Macho, son los de este TCM Autor, canal que comenzará a emitir en febrero. Es decir, un tiempo en que no daba miedo dejar que las películas hablaran de la guerra civil o de otros temas cruciales, sin que sobre ellas cayera el sambenito de estar con “la matraca de siempre”. Se oye decir por ciertos sectores que el cine español dedica demasiado espacio a nuestras historias del pasado, lo que generalmente conlleva un deseo de que no se hable de aquella guerra y de que prevalezcan versiones blancas de la victoria de los insurrectos y la posterior represión. Las dos películas de esta semana muestran, sin embargo, que quedan muchas cosas que contar.
Babelia
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