Cela pidió 250 millones de pesetas a Jesús Gil por un libro
'Viaje sentimental a Marbella' también incluiría vivencias "más sensuales"
Dos soberbias frente a frente. El encuentro entre Camilo José Cela y Jesús Gil y Gil podría haber sido el choque de dos Titanic, pero en la placidez mediterránea de la Marbella en la que coincidieron derivó en algo que también les unía: el dinero. Dos años después de recibir el Nobel (1989), el escritor tenía un caché estratosférico. Recién llegado a la alcaldía de Marbella en 1991 con un apoyo aplastante, Gil disponía de manga larga y libre para trastear en los fondos públicos (recuérdese el caso de las camisetas y el desvío de dinero del Ayuntamiento al Atlético de Madrid: en definitiva, los dos eran suyos).
Es necesario revivir el contexto de aquella época repleta de los disparates propios de la euforia para entender la asombrosa propuesta del escritor al alcalde: 250 millones de pesetas (1,5 millones de euros) por un libro sobre Marbella. Hoy suena escandaloso, aunque en 1991 debió de ser el pan de cada día. El dinero de todos, malgastado en proyectos de unos pocos. En los documentos del Archivo Balcells no se aclara la paternidad de la oferta. Si fue Cela, Castaño o Balcells el origen de la idea. En cambio figura con sumo detalle la propuesta que la agente envía en agosto de 1991 al alcalde Jesús Gil y al primer teniente de alcalde Pedro Román, a quienes ruega confidencialidad. Por escrito Balcells amplía lo que ya le habían sugerido verbalmente a Gil y Román y trata de vencer sus dudas: "Hemos podido apreciar su preocupación sobre cómo rentabilizar una idea de esta envergadura y el alcance económico de este proyecto".
Cela se ofrece a escribir un libro titulado Viaje sentimental a Marbella que también contemplaría excursiones íntimas. "Es muy probable que Cela hiciera acopio de sus experiencias más sensuales como alguien que ya es paradigma del arte de vivir", escribe Balcells. A cambio de los 250 millones de pesetas ("valoración de la parte creativa que corresponde a Cela") se cederían los derechos de la explotación mundial "sin limitaciones" durante cuatro años, prorrogables si Gil repetía como alcalde.
Para vestir la oferta, se enumeran una serie de medidas relacionadas con la idea, que incluyen la grabación de un anuncio con Cela en coche ("un Morgan o un Saab descapotable" para diferenciarlo del Rolls con el que realizó su segundo viaje a la Alcarria), que estaría conducido por Marina Castaño.
"La rentabilización del proyecto [el libro] puede llegar a ser enorme, si bien se hace casi imposible cuantificarla en estos momentos", insiste la agente, que enumera algunas vías: vender los derechos a Planeta o a Espasa-Calpe, negociar con un gran banco la compra de un millón de ejemplares para regalar a sus clientes y preparar una edición a cargo del Ayuntamiento de una tirada para sus compromisos. El proyecto no prosperó. ¿Demasiado dinero o demasiado libro?
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