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Bálsamo italiano de voces rotas

Sergio Dalma saca a la venta 'Vía Dalma II', un recorrido en 12 readaptaciones por la música popular transalpina.- La primera entrega fue el álbum más vendido del año pasado

Con su pinta de empollón y un nombre así, Enrico Sbriccoli no tenía exactamente todas las papeletas de hacerse famoso. De hecho, se parecía bastante más a un ratón de biblioteca que a un proyecto de artista exitoso. Sin embargo Sbriccoli se sacó de la chistera un nombre artístico y un himno al optimismo en el que gritaba que "ese día vendrá" y que le catapultó en la historia de la música italiana. Era 1965, Estados Unidos invadía Vietnam, el Che Guevara abandonaba Cuba para exportar la revolución y Jimmy Fontana estrenaba Il Mondo. Casi 50 años después, otro cantante con un nombre artístico ha recuperado El mundo como primer sencillo de su último álbum. Josep Sergi Capdevila Querol, es decir, Sergio Dalma saca a la venta Vía Dalma II, el segundo capítulo de un viaje por la música popular italiana cuya primera entrega fue el disco más vendido del año pasado.

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"Entonces como ahora la música es el bálsamo para evadir una realidad crítica", cuenta Dalma. Así, el catalán (Sabadell, 1964) rescata al oyente de la catástrofe cotidiana para acompañarle hasta los setenta italianos, cuando en las gramolas sonaban La bambola o Yo no te pido la luna y los pantalones campanas se sacudían en las pistas de baile. Esos y otros 10 hits, de Senza una donna, de Zucchero, a La fuerza de la vida, de Paolo Vallesi, componen un álbum que abarca casi 30 años de música italiana, hasta finales de los noventa. "Buscaba algo más contemporáneo. La premisa era escoger canciones que en su momento hubiesen sido famosas en España", explica.

De que sea un bálsamo seguramente esté convencida también Warner, la discográfica de Dalma. Un proceso creativo relativamente rápido y económico y más de 200.000 copias vendidas: Vía Dalma fue el álbum por el que toda compañía descorcharía la botella de champán. "Era de idiotas no repetir una fórmula que tuvo éxito", admite Dalma, aunque niega que la segunda entrega dependiera más de lógicas comerciales que creativas: "Para un intérprete es un reto medirse con canciones tan famosas y darle su sello sin poder modificar ni una coma". Lo más complicado, cuenta, fue adaptar La cosa más bella, por el "respeto y la admiración" que siente por Eros Ramazzotti.

Tan grande fue el reto que tuvo que esperar a que al pequeño Josep, que escuchaba en su casa a Adriano Celentano y a Lucio Battisti, le salieran canas y se convirtiera en un músico conocido. Y es que para reproducir esas "voces rotas" y esas "melodías que han resistido al paso del tiempo" no podía bastar con su pasión por Italia y con que de vez en cuando le tomaran por italiano. "Es un álbum que siempre ha ido conmigo, que sabía que tarde o temprano haría. Pero me hacía falta cierta madurez artística", sostiene Dalma.

Público maduro

También ha madurado su público, junto con él. Hace 22 años que el catalán debutó y hay adolescentes de entonces que han crecido a la vez que ese adolescente que cantaba Esa chica es mía: "A veces vuelvo a encontrarme con fans que me siguen desde el principio, que tenían mi edad y mientras tanto se han casado o han tenido hijos". Pero, asegura Dalma, a su viaje se han ido sumando muchos jóvenes que redescubren la música tradicional en sus arreglos.

A toda esa gente Dalma dirigió la última vez que habló con EL PAÍS un mensaje que provocó bromas y parodias en Twitter. "Si no fuera por la piratería Via Dalma habría vendido un millón de copias", declaró. Ahora matiza, aunque tampoco demasiado. "No se ha comunicado a la gente lo grave que ha sido ese cáncer para los músicos. Si te merman el 80% de tu sueldo sales a la calle a protestar, ¿no?", pregunta retóricamente Dalma. El cantante identifica sin embargo otra causa, interna, de la ciénaga por la que navega la industria musical: "Ha habido gente que solo ha buscado enriquecerse con las discográficas. Lo han conseguido, han desaparecido y ahora tienen un yate en Miami".

Un destino bastante peor les ha tocado a España e Italia. "Es una pena, con lo grande que fue Italia. Lees el currículo de los diputados de Berlusconi y te echas a reír", afirma Dalma. Será la Navidad que se acerca o la buena estrella que siempre ha vigilado sobre su carrera, pero el catalán lanza un mensaje optimista que suena a lema de Merkozy: "Espero que salgamos de este túnel y que superemos el impasse". A lo mejor ese día vendrá. Ojalá que tenga razón Enrico Sbriccoli.

El cantante catalán Sergio Dalma.
El cantante catalán Sergio Dalma.BERNARDO PÉREZ

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