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La felicidad, ja, ja, ja

La escritora Nuria Barrios descubre los puntos de felicidad en VivAmérica y en el encuentro de las culturas. La neurona de la felicida es uno de los temas del día en Casa de América

¿Cuál es el deber primero de un anfitrión? Hacer felices a sus invitados. ¿Qué es la felicidad? Una cosa loca, pero también muy delicada, cantaba Vinicius de Moraes, "una pluma que el viento va llevando por el aire. Vuela tan ligero, pero tiene vida breve. Precisa que haya viento sin cesar". Ayer, en el bochorno de la ciudad, comenzó a soplar el viento en esa isla verde que es Casa de América, un viento fresco y trasatlántico, cargado de historias, de imágenes, de globos, de melodías distintas en las mismas palabras, de palabras distintas para referirse a una sensación idéntica: gosamos un montón, está bien chévere, parrandear, vamos de rumba...

¡Ah, la felicidad! ¿Dónde se esconde? ¿Cómo afecta su ausencia o su presencia a nuestra vida? ¿Dónde hay más felicidad: en la realidad o en la ficción? ¿Existen las neuronas de la felicidad? De eso, precisamente, hablarán hoy el escritor méxicano Jorge Volpi, el neurólogo español Antonio Martin Araguz y el argentino Néstor Braidot, que se presenta como "entrenador cerebral". Y mientras ellos hablan en el ancho vientre subterráneo de Casa de América, donde se encuentra el anfiteatro; otros estarán en la terraza, bebiendo la versión verde de la felicidad que ha preparado el argentino Diego Cabrera: el cóctel Viva América.

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Mujeres fotografiando hombres (y otras muchas cosas)
Retrato en sepia hecho con letras

Igual que hay un código victoriano para entender el lenguaje de las flores, hay un código Cabrera para entender el lenguaje de su cóctel: ron, lima, piña y pepino. Calidez, sabrosura y, en estos tiempos de crisis, el toque reivindicativo que pone el vilipendiado pepino español. "Es un reto difícil preparar un cóctel para cientos de personas de distintas edades y distinto sexo", confiesa Cabrera. Reto superado. Con una copa en la mano, el escritor brasileño Joao Paulo Cuenca me dice: "Madrid me parece una ciudad muy feliz". Brindamos por las alegres apariencias con Imma Turbau, directora de Casa de América y responsable de que haya una versión sin alcohol del cóctel Viva América para que niños, abstemios y embarazadas también puedan beberse la felicidad a tragos mientras esta tarde, en una esquina de la frondosa terraza, disfrutan de malabares, acrobacias y baile del grupo ¡Ché! ¿Kes-Ke Çe?

Pero el viento de la felicidad sopla en todos los niveles de Casa de América. En uno de los pisos que están sobre la terraza, que está sobre el anfiteatro, la felicidad suena a clic. En la penumbra de un improvisado estudio fotográfico, sobrevolándonos a todos, trabaja sin descanso Daniel Mordzinsky para atrapar instantes afortunados en sus famosas "fotinskis", tal como bautizo el escritor Enrique de Hériz a sus ingeniosos retratos. "La felicidad dura una fracción de segundo: el tiempo de hacer algo más que un retrato, dejar al descubierto una esquinita de la magia de la ficción", cuenta Daniel.

Todos estos momentos de felicidad no son más que una preparación para la gran fiesta que tendrá lugar el domingo al ritmo salsero de Willie Colón. Entonces, uruguayos, brasileños, chiles, colombianos, cubanos, ecuatorianos, hondureños, mexicanos, paraguayos, peruanos, dominicanos, bolivianos, portorriqueños... se convertirán en los protagonistas indiscutibles de esta historia, que podría ser una ficción, pero es real. "Tristeza nao tem fin. Felicidade sim", cantaba Vinicius. Disfruten de la felicidad mientras dure.

La fachada de Casa de América.
La fachada de Casa de América.BERNARDO PÉREZ
No abundan las realizadoras ni en Hollywood ni en Europa. Y América Latina no es la excepción. Sin embargo, su presencia empieza a notarse tanto en su función como directora o guionista y como tema de las propias películas. Otra cosa son las actrices. Mientras su calidad ha mejorado, su presencia internacional en el <i>star system</i> ha bajado y ya no es capaz de lanzar divas con carácter como María Félix.Vídeo: OMAR KHAN / ÁLVARO R. DE LA RÚA

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