Polanski, a la segunda va la vencida
El cineasta recoge en Zúrich el premio que tenía que haber recibido hace dos años, cuando fue arrestado por orden de Estados Unidos
Sin duda, la ovación que le dedicaron anoche cientos de admiradores fue más agradable para Roman Polanski que el recibimiento que tuvo en esta misma ciudad suiza el 26 de septiembre de 2009. Ese día, el ganador del Oscar por El pianista era detenido a su llegada al aeropuerto de Kloten siguiendo una orden de arresto internacional emitida por las autoridades californianas quienes le acusaban de mantener relaciones ilícitas con una menor en 1977.
Pero anoche el Festival Internacional de Cine de Zúrich pudo entregar finalmente el Tribute Award, premio al conjunto de su carrera que el realizador franco polaco hubiera debido recibir entonces. Un Polanski visiblemente emocionado, vestido con un traje negro, tuvo sorprendentes palabras de agradecimiento para el personal de la prisión de Winterthur, donde pasó los primeros meses de detención.
"Hay muchos momentos de estos dos años que prefiero olvidar", afirmó el creador de Chinatown, "pero quiero agradecer al equipo de la prisión que hizo lo posible para hacer mi estancia más llevadera". Ante las risas del auditorio, Polanski aclaró que el comentario no era una broma. "Sino todo lo contrario", puntualizó el cineasta.
Tras la entrega de premios, se proyectó la "película sorpresa" Roman Polanski: a film memoir, un documental producido por Andrew Braunsberg, amigo personal del realizador franco polaco, y dirigido por Laurent Bouzereau. Braunsberg fue el productor de El quimérico inquilino, una de las obras maestras de Polanski.
El arresto en Suiza
Tras su detención en 2009, y tras pasar varios meses en prisión, Polanski fue asignado a un arresto domiciliario controlado por un sistema de vigilancia electrónica pagado de su propio bolsillo. Finalmente, en julio de 2010 el Gobierno helvético desestimó la demanda de extradición americana, liberando a Polanski quien pudo así volver a su domicilio habitual en París.
La relación de Roman Polanski con Suiza es muy larga y se remonta a sus tiempos de juventud. Muchas de sus amistades cercanas son suizas y fue en este país donde encontró refugio tras el trágico asesinato de su mujer Sharon Tate, en 1969, por la secta de Charles Manson. Suele pasar aquí sus vacaciones, y posee un chalé en la exclusiva estación de esquí de Gstaad.
Desde su arresto en 2009, el director de La semilla del diablo ha vuelto a Suiza en varias ocasiones, puesto que su nombre ya no figura en la lista de personas en busca y captura. Pero sigue vigente la orden de arresto internacional emitida por Interpol, lo que limita sus viajes y sus movimientos profesionales.
Babelia
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