La Escola Taurina de Cataluña resiste a la estocada
A pesar de la aplicación de la ley antitaurina en Cataluña, el centro sobrevive un año más gracias a una donación del torero José Tomás
La arena de un campo de futbol nada tiene que ver con la de una plaza de toros. Tampoco la forma rectangular del terreno ofrece la suavidad y armonía de un círculo concéntrico. Aun así, los alumnos de la Escola Taurina de Cataluña aprenden en el recinto deportivo del Gornal en Hospitalet de Llobregat (Barcelona) cada martes y jueves desde hace casi dos décadas como coger el capote, sortear las envestidas de un astado con ruedas o a inclinarse con la muleta. "Este año tenemos 11 alumnos, pero hemos llegado a tener hasta 28", explica orgulloso Luís Alcántara, director del centro.
Desde que la escuela se inaugurase en 1998 gracias a la voluntad de un grupo de aficionados al mundo de toro, que desinteresadamente se hizo cargo de los gastos de los primeros aspirantes a toreros que hasta entonces practicaban en el parque de Montjüic, el centro se ha mantenido hasta hoy gracias a la colaboración económica de sus directivos y a los donativos externos. El último, el de la fundación del torero José Tomás que ha asegurado gracias a una generosa contribución la permanencia de la escuela por un año más. "Antes de conocer esta noticia ya habíamos decidido hacer un esfuerzo y continuar otro curso, pero ahora estamos mucho más tranquilos y agradecidos", asegura el director. Gracias a la donación del ilustre torero, de la que se desconoce su cuantía, la escuela podrá solventar los gastos de renovación del material y costear los desplazamiento de las jóvenes promesas a otras ciudades. "Estamos hermanados con una escuela francesa por lo que de vez en cuando vamos allí para organizar alguna novillada", comenta Alcántara.
Con la aplicación de la ley que establece la edad mínima de toreo en los 16 años la escuela vivió un bajón en el número de aficionados, sin embargo, su actividad no paró durante ningún año. "En los 13 años que llevo como presidente he visto pasar por aquí a más de 120 jóvenes amantes del toreo que han terminado formando parte de él", resume Alcántara. Entre ellos los matadores Serafín Marín, Enrique Guillén, Jiménez Caballero, López Díaz y Raúl Cuadrado; banderilleros como Omar Guerra, Vicente Osuna y Fernando Casanova. Y hasta reconocidos mozos de espadas como Cherco Robles y Juan de Lucía.
Sin embargo, si algo le tuerce el gesto a este amante de la lidia, es el la inminente prohibición de las corridas de toros en Cataluña. "Prohibir por prohibir es algo que no se puede entender. Siempre ha habido gente a favor y en contra, pero esta no es la solución", lamenta. Por quien más le duele es por sus alumnos: "Los chavales están muy cabreados. Ellos no lo pueden entender, su mayor ilusión es debutar en la plaza de su ciudad y no van a poder hacerlo porque unos señores así lo han decidido", defiende con tono serio.
A pesar de que la aplicación de la ley aprobada por el Parlamento catalán está fechada para el próximo mes de enero, los taurinos no pierden la esperanza de que se pueda paralizar. "Esto del ánimo va por días, a veces lo ves todo muy negro y otras algo más claro", afirma entre risas. Lo que no ofrece dudas en la continuidad de la escuela se aplique la ley o no. "Esto es una cosa completamente distinta, nosotros vamos a seguir aquí mientras haya alguien que quiera aprender", asegura Luís Alcántara.
Mientras la Monumental se despide este fin de semana con un cartel para el recuerdo, las clases en la Escola Taurina de Cataluña continúan. No hay estocada que los derribe.
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