Miedo y muerte durante las dictaduras
Benito Zambrano defiende con demasiado ardor 'La voz dormida'
Esta mañana estaba marcada en muchos calendarios del festival de San Sebastián. Se proyectaban La voz dormida, de Benito Zambrano, adaptación de la novela homónima de Dulce Chacón, y 11 flores, del chino Wang Xiaoshuai, responsable de la soberbia La bicicleta de Pekín. Ambas hablan de tiempos difíciles, de los miedos y la muerte durante las dictaduras, de la dura supervivencia ante el poder. Pero mientras que La voz dormida es mucho más directa cuenta la historia de dos hermanas, una de ellas en la cárcel, durante la brutal posguerra española, con los maquis aún en el monte, la autobiográfica 11 flores aprovecha la mirada de un niño de 11 años, y de sus tres compañeros de clase, durante la Revolución Cultural China para ser más sutil en su planteamiento. Ninguna ha salido bien parada de los pases de prensa, aunque tampoco les han caído críticas radicales: ha triunfado la división de opiniones.
El primero en comparecer ante la prensa ha sido el equipo de La voz dormida, con su director, sus cuatro intérpretes principales -soberbia María León- y su productor Antonio Pérez como cabezas de cartel. Zambrano empezó hablando de la época histórica: "Esa guerra nunca tenía que haber ocurrido. Ninguna debe pasar, pero aquella menos". Alabó el trabajo "serio y riguroso" del equipo y recordó la importancia de las emociones en el arte: "Llorar leyendo un libro o viendo es bonito. Hace que sepas que dentro de ti hay una persona. Te reconcilias contigo mismo. Si esa emoción no ocurre, es que no has llegado como creador".
Preguntado sobre la clara toma de partido del filme, Zambrano aseguró: "En determinados momentos, si tú no tomas partido, la vida lo tomará por ti. Durante la Guerra Civil mucha gente acabó en un bando o en otro, correcto o equivocado, por casualidades. Esto nos lleva a un fenómeno curioso: en las cárceles ocurrieron hechos bonitos: muchas mujeres que estaban allí por odios personales o venganza, pero no por política, tomaron conciencia política, y además se formaron. Mantuvieron la lucha dentro de esas celdas".
María León, que luchará a brazo partido por el Goya a actriz revelación contra Michelle Jenner por No tengas miedo, comentó que ella aportó al personaje, el de la chica llegada a la ciudad que busca a su hermana presa, "ingredientes como inocencia y generosidad; Benito puso el fuego y así salió el cocido".
En otro momento se recordó la cercanía en el recuerdo del espectador de Las 13 rosas. Zambrano respondió: "Fue otro hecho tremendo. Yo no hago cine preconcebido. Tengo sentirlo. Leí la novela, me enganchó hace ya tiempo, antes de que incluso yo filmará Habana blues. Creo que no importa lo hecho anteriormente ni tampoco que Las 13 rosas se adelantara, es que yo llevo desde 2004 con la película en la cabeza y solo la hice cuando tuve los miedos". Un periodista sacó el sambenito de si se hacen demasiadas películas en España sobre la Guerra Civil -según un estudio de la Academia de Cine, no es así: en los últimos 10 años solo el 1,52%, tres de cada 200 películas, iban sobre ese periodo histórico- y Antonio Pérez, el productor, se calentó, asegurando muy tenso: "Esa es una gran mentira porque muchos medios ya venís con la opinión preconcebida. Como lo de que el cine español es malo, cuando somos los que más triunfamos en festivales. Repetir muchas veces una mentira no la hace una verdad. Una minoría extrema repite esto, se le ve la pluma y no quiere que hablemos de eso".
En cuanto a 11 flores, Xiaoshuai explicó que había usado un niño para contar el ambiente de la Revolución Cultural china, por una poderosa razón: "Cada persona tiene su pequeña historia. Hay muchas así en China". El filme, autobiográfico, es la primera coproducción chinofrancesa, que salió adelante, según su productora Isabelle Glachant, "después de mucho trabajo y bastante suerte".
Xiaoshuai apuntó que como el padre del chaval protagonista, "muchos querían ser apolíticos en momentos muy políticos. "Durante la Revolución Cultural China hubo que elegir bando para sobrevivir. Mi padre siempre estuvo fuera de los bandos. Y yo lo tuve en cuenta. Él me decía que por encima de políticas, había que ser personas". En cambio, la China actual es muy distinta. "Ha cambiado mucho, hay bastante libertad. Se habla más de la economía, del poder. Si no declaras una guerra abierta contra el gobierno no te va a pasar nada. En cambio, en el cine o en el arte todavía hay censura. Me revisaron varias veces el guión por el tema que tocaba, por mezclar sexo y Revolución Cultural".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.