España se mide con Polonia a través de sus tesoros artísticos
Patrimonio Nacional inaugura en Cracovia una exposición con 140 piezas escogidas entre las más de 150.000 que tiene en custodia.- Pinturas de El Greco, Tiziano, Veronés, Goya o Velázquez inciden en las similitudes entre ambos países
Cracovia es la tercera ciudad de Polonia en cuanto a número de habitantes (800.000), pero la primera por su patrimonio artístico. Ninguna otra tiene tantos museos de importancia y ni de lejos se le aproximan en el número de iglesias góticas o barrocas perfectamente conservadas. El hecho de que Juan Pablo II, entonces Carol Wojtyla, pasara aquí 40 años de su vida, hasta su traslado a Roma en 1978 ha influido notablemente en que Cracovia sea una de las ciudades del mundo que más mima a sus iglesias.
Pero no solo Cracovia es un parque temático del catolicismo más ferviente. El barrio judío de Kazimierz, junto al río Vístula, fue el escenario real en el que Oscar Schinler pudo elaborar su famosa lista de judíos que se salvaron de morir en el campo de Plászow, donde sí perecieron 60.000 personas. Otro de los campos más terribles, Auschwitz está a menos de una hora de Cracovia. Los polacos parecen defenderse de todos estos espantosos recuerdos refugiándose en la música que se oye desde cualquier esquina y en el arte que primorosamente conservan en sus museos.
La exposición que hoy se abre al público en el Museo Nacional de Cracovia ha levantado expectación antes de su inauguración. Con esta iniciativa, Patrimonio Nacional, corresponde a la que actualmente se exhibe en el Palacio Real de Madrid, Tesoros de Polonia, en la que incuye La dama del armiño de Leonardo da Vinci, uno de los cuatro retratos que pintó el genio renacentista y que es uno de los grandes iconos de Polonia. Su emplazamiento habitual, el palacio Czartoryskich se encuentra en obras de ampliación y restauración, de manera, que todo el mundo entiende la ausencia de la Dama.
España no ha querido quedarse atrás y la exposición comisariada por José Gabriel Moya y Álvaro Soler y copatrocinada por Acción Cultural Española y la Fundación Santander, incluye pinturas de de El Greco, Tiziano, Veronés, Goya, Juan de Mena, Sorolla o un sorprendente Velázquez , La cuerna; una obra en la que el sevillano reprodujo una cornamenta que aparece rodeada de cabezas de animales que fueron pintadas a lo largo del tiempo por manos ajenas al autor de Las Meninas.
Nicolás Martínez-Fresco, presidente de Patrimonio Nacional, explica que ambos países comparten mucho más de lo que se puede imaginar: La religión, la guerra y el mecenazgo artístico de la nobleza son puntos de encuentro y de reconocimiento mutuo de una historia, no común pero si, de alguna manera, paralela. "La muestra que traemos a Polonia", argumenta, "es un recorrido por la historia del arte en nuestro país a través de la evolución del gusto en el coleccionismo de los monarcas españoles. En la selección de obras de arte se reconocen puntos en común de la historia de nuestros países. Tanto España como Polonia han puesto su mirada en los centro neurálgicos del arte en Occidente, como son los Países Bajos, Austria, Alemania. También encontramos un denominador común a la hora de defender, a lo largo de los siglos, valores como el catolicismo tan fuerte en ambos países, en Polonia frente a turcos, otomanos y persas y en España frente a los árabes. Ello ha originado un afán de reforzar el arte sacro y de valorar los elementos votivos como estandarte muy patente hasta nuestros días en la arquitectura, la escultura, la pintura y la orfebrería".
El criterio a la hora de escoger las piezas ha consistido en localizar las obras más representativas de las corrientes artísticas que se dieron en las colecciones españolas entre 1470 a 1870. Pintura, escultura, tapices, mobiliario y artes decorativas en general ocupan los tres ambientes en los que se ha dividido la zona expositiva. Todas las piezas vienen de los palacios y conventos que custodia Patrimonio y, generalmente, no están expuestas al público.
A la hora de escoger las piezas de mayor significado, Martínez Fresno se decanta por "los retratos de los hijos del rey Segismundo, que tantas relaciones tuvo con España, el cetro de nuestra corona, que es un bastón de mando polaco, o el retrato de nuestra reina Maria Amalia de Sajonia, hija del rey de Polonia Augusto III de Sajonia". Pero hay muchas más cosas que van a impactar a los visitantes, como son La Adoración del nombre de Jesús, de El Greco, el gigantesco tapíz flamenco de la Misa de San Gregorio; la Virgen de la Rueca, de Luis de Morales, La entrada en una aldea de Jan Brueghel; La oración en el huerto de Guido Reni, el retrato del infante Don Felipe de Jean Ranc o el Jardín de la Isla de Aranjuez de Santiago Rusinol. Y entre todas, un impactante retrato de la princesa polaca Anna Mara Vasa de Marcin Koebe, la obra que sirve de cartel de la exposición y de portada de un catálogo que solo se ha editado en polaco y en inglés, desaprovechando así una nueva oportunidad de afianzar el español en el mundo.
Babelia
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