Gerardo Vera presenta su abrumadora, inteligente, impactante y última temporada del CDN
El director ha sido arropado por los profesionales que conforman la impecable programación como Lluís Pasqual, Nuria Espert, Flotats, García Montero y Andrea D'Odorico
Si no fuera porque una temporada teatral como la que ha presentado hoy Gerardo Vera en el Centro Dramático Nacional (CDN), cuesta mucho tiempo y mucho talento hacerla, se podría decir que es como una dulce venganza del director hacia el Ministerio de Cultura, dejando bien claro lo que es capaz de hacer. Fue Cultura, siendo Carmen Calvo ministra y José Antonio Campos director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (Inaem) quien le nombró. Pero en la etapa de César Antonio Molina entró en vigor el código de buenas prácticas, por el que se supone que una comisión (nombrada a dedo entre Cultura y un puñado de asociaciones) es la que debe elegir a los directores de las unidades de producción del Inaem.
Este cambio ha implicado que en la etapa de Ángeles González-Sinde y Félix Palomero, en un periodo de algo más de un año, todos los que estaban al frente de dichas unidades de producción se van a la calle y los que quieren ocupar esos cargos presentan sus proyectos. Y la comisión elige uno. Vamos que ahora lo eligen a dedo varios, con lo que implica de gasto, de imposible criterio común y de dejación de funciones, y puede que se lo den al que ha sabido pergeñar sobre el papel un brillante proyecto que luego puede o no tener algo que ver con la realidad. Incluso explicado sucintamente se ve lo absurdo de la medida. Pero es lo que hay.
De ahí la dulce venganza de Vera, presentando una temporada, la última, ya que se va en diciembre y está obligado a programarla entera hasta junio, brillante, audaz, inteligente y poniendo sobre el escenario a lo más granado y exquisito del teatro no sólo español: Lluís Pasqual, José María Flotats, Alexei Borodin Andrea D'Odorico, Francesco Saponaro, Luis García Montero, Julio Manrique, Christoph Marthaler, Joan Font, Grzegorz Jarzyna, Salva Bolta, Lluís Homar, Mercedes Lezcano, Franca Squarciapino, Miguel del Arco... Actores como Nuria Espert, Concha Cuetos, Amparo Baró, Carmen Machi, Gonzalo de Castro, Eduard FernándezJosé Manuel Seda, Abel Vitón, Esther Bellver, Clara Sanchis, Abel Vitón, Enric Benavent, Irene Escolar, Gabriel Garbisu, Pilar Massa, Manuel Galiana, Ana María Barbany...
Todos al servicio de autores de la talla de Eduardo de Filippo, Mark Ravenhill, Tom Stoppard, Tracy Letts, Jean Claude Brisville, Mike Bartlett, Valle-Inclán, Roger Bernat, Peter Handke, Adolfo Marsillach, Ernesto Caballero y Nikolai Gogol, entre otros.
Lo más impactante es que muchas de estas grandes figuras, acompañadas de las jóvenes promesas, han acudido a arropar a Vera en la presentación de su última temporada.
"Cuando me nombraron oí como José Antonio Campos decía 'cuando a uno le nombran tiene que tener la maleta hecha detrás de la puerta y aceptarlo con la mayor naturalidad", así he querido que sea, pero siempre entiendo que queda una parte de tu vida y de tu energía, al igual que entre estas paredes he sentido la de José Luis Gómez, Marsillach, Nuria, Pasqual y tantos otros", señaló Vera nada más empezar su intervención en un acto en el que sólo hablaron algunos de los directores escénicos que participan en la temporada teatral, que no fueron pocos.
El director del CDN dejó claro que en estos siete años él y su equipo han intentado "crear una casa de teatro y creo que lo hemos conseguido, aportando una programación que aunase el riesgo y la radicalidad más decidida, con nombres como Angélica Liddel y Rodrigo García, sin olvidar a un Miguel Mihura, el repertorio internacional y clásicos con mirada contemporánea, de manera que pudiéramos acercarnos a todos los gustos, y aunque es muy difícil que espectadores por un lado y nosotros por otro estemos contentos del todo, sí puedo decir que ha sido una aventura teatral extraordinaria".
Y cuantificable. 150 espectáculos con 41 autores españoles y 56 extranjeros; 48 directores españoles y 40 extranjeros, 60 producciones propias y 37 coproducciones; 6 exposiciones, 53 producciones invitadas, 40 monografías, 33 producciones en gira y la inauguración de un teatro, el Valle Inclán, con dos salas.
"Es el teatro el que tiene que dar la respuesta a muchas de las inquietudes que la sociedad se plantea; lo que estamos viviendo no sé si es el fracaso del capitalismo o el nacimiento de uno aún peor, los mercados no son más que los intereses de las grandes empresas, y la programación recoge toda una serie de corrientes internas, hay un gran compromiso con esta situación de incomodidad y es importante que se tome el teatro como punto de debate", señaló Vera, recordando que los más de 20 espectáculos de la programación hablan de cosas tan interesantes como el cambio climáticos, el tercer mundo, la desintegración de la familia...
Como La costa de la utopía, de Stoppard, que habla de intelectuales rusos que creyeron en la utopía, de una sociedad más justa guiada por la potente luz del socialismo utópico. Espectáculo de nueve horas, que se puede ver por partes, aunque Vera recomienda la sesión maratoniana. Otro conocido internacional es Marthaler que acude con Más o menos cero, un musical que aborda el cambio climático.
Un ciclo de lecturas acogerá textos de autores polacos y mejicanos, dirigidos por jóvenes profesionales. Münchhausen, de Lucía Vilanova, habla de personajes que forman una familia patológica. Producto, de Ravenhill, habla del terrorismo tratado a través de una extraña historia de amor.
La fiesta estará presente con Comediants; la introspección y reflexión sobre el oficio del actor llegará con Esther Bellver; Roger Bernat con sus performances sugerentes, que no se parecen a las de ningún otro creador; Contraacciones de Bartlett, una denuncia sobre la pérdida de la privacidad; el humor con la versión que de El inspector de Gogol va a hacer Miguel del Arco. Y levanta expectativas el trabajo de Vera con Agosto, obra de Tracy Letts, que el director cree que tiene tintes de Tennessee Williams, Miller, Ibsen y Chejov, que protagoniza Amparo Baró y Carmen Machi; Flotats con La mecedora, la primera obra que escribió Brisville sobre el mundo editorial "en la que se pregunta acerca de dónde va nuestra cultura, el pensamiento y la creación artística, por el imperativo del mercado", señala el director.
Y en el terreno de las coproducciones, esa delicia de obra de De Filippo, Yo, el heredero, producida por Andrea D'Odorico y dirigida por Saponaro y La loba, dirigida por el propio Vera, protagonizada por Nuria Espert y coproducida con Juanjo Seoane.
Pasqual estará en primavera del 2012 con Quit (las personas no razonables están en vía de extinción): "El título de Handke no es una metáfora sobre el capitalismo, es el capitalismo tomado en directo, los seres no razonables son un grupo de empresarios que se reúnen para repartirse el mercado", algo que cuenta el autor con gran ironia y poesía.
La piel en llamas nos da a conocer a nuevos e interesantes jóvenes profesionales: el autor Guillem Clua y el director José Luis Arellano. Marsillach, que creó el CDN, vuelve a él con Extraño anuncio, con dirección de la que fuera su mujer durante varias décadas, Mercedes Lezcano.
Y una de las joyas de la programación. El Teatro Vallé-Inclán acogerá por primera vez la obra más emblemática del autor gallego: Luces de Bohemia, con dirección de Lluis Homar y 17 actores y a la cabeza de ellos Gonzalo de Castro y Enric Benavent, como Max y Latino, respectivamente.
Este año el CDN dedicará una exposición al figurinista y escenógrafo Vitín Cortezo comisariada por Andrés Peláez, director del Museo del Teatro, lo que asegura la calidad de la muestra.
Babelia
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