"El 15 M es expresión de la alianza de las fuerzas del trabajo y la cultura"
Homenaje a los escritores comunistas López Salinas y Carlos Álvarez en el Ateneo de Madrid
El movimiento del 15 M es la nueva expresión de la alianza de las fuerzas del trabajo y las de la cultura. Así lo definió el novelista Armando López Salinas, de 86 años, principal dirigente clandestino comunista en el interior de España durante la dictadura y la ulterior transición a la democracia, en el homenaje que ayer recibió junto al poeta Carlos Álvarez en un acto celebrado el Ateneo de Madrid al que asistió numeroso público. En el evento, convocado por el PCE, intervinieron, entre otros participantes, la catedrática Fanny Rubio, la actriz Susana Oviedo, los líderes comunistas Víctor Díez Cardiel, Felipe Alcaraz y José Luis Centetella, secretario general del PCM, además de Agustín Moreno, dirigente de Comisiones Obreras. El homenaje, según señalaron Alcaraz y Centella, se inserta "en el propósito del PCE por recuperar para la política a los intelectuales progresistas españoles", con muchos de los cuales los homenajeados mantuvieron estrechos vínculos literarios, políticos y personales durante décadas.
López Salinas, según recordó Víctor Díaz Cardiel, era hijo de un dirigente anarquista. Se incorporó al PCE en los años 50 del siglo XX. Militó en una célula clandestina formada en un laboratorio del Ministerio de Obras Públicas, a la que pertenecería asimismo el escritor Juan García Hortelano. Autor de la novela "La Mina" considerada como pionera y cumbre de la novela social en España, un género de contenido eminentemente político, López Salinas recibió el encargo del PCE de dirigir la redacción en Madrid de la emisora clandestina Radio España Independiente, Estación Pirenaica, que durante casi 35 años mantuvo a diario emisiones de información política, social, cultural y económica alternativa a la propalada oficialmente por el franquismo. Los escritores Alfonso Grosso, Andrés Sorel y Antonio Ferres, fueron igualmente corresponsales de la emisora, que se escuchaba secretamente en miles de hogares españoles.
De igual modo, el novelista López Salinas se hizo cargo en 1959 de los asuntos culturales del PCE, a cuyo Comité Central perteneció a partir del VIIº Congreso, cometido para el que fue elegido junto con el recientemente fallecido Jorge Semprún, la abogado María Luisa Suárez, el también letrado Manolo López y el líder obrero Marcelino Camacho, entre otros. El PCE llegaría a tener 33.000 militantes clandestinos en Madrid y más de 250.000 en toda España entre 1965 y 1978 etapa en la que desempeñó el papel de principal formación opositora antifranquista, según recordaron los participantes. Todos ellos glosaron los riesgos personales asumidos por López Salinas quien, pese a la situación de obligada clandestinidad que el franquismo imponía a los comunistas en particular y opositores en general, siguió escribiendo noticias, análisis y comentarios para la emisora, dirigiendo el partido en condiciones extremadamente adversas y fue el rostro conocido del PCE en Madrid durante casi 30 años. Por tal motivo sería perseguido con saña, detenido y encarcelado en numerosas ocasiones por la policía política del régimen, la temida Brigada Político Social, y condenado por el Tribunal de Orden Público. López Salinas fue también el principal interlocutor del PCE en Madrid durante la transición, quien mantuvo reuniones con el PSOE y otras formaciones políticas y quien llevó además las delicadas conversaciones con el Ejército en Madrid en torno a la legalización del PCE, a la que la cúpula de la institución militar se oponía frontalmente. De igual modo, el homenajeado, junto con otros líderes de su partido, se hizo cargo de la organización comunista durante la jornada del 23 de febrero. La actriz Susana Oviedo leyó un poema de Gabriel Celaya -"por eso digo Armando, como quien dice amigo"- dedicado a López Salinas, de quien el dirigente sindical Agustín Moreno subrayó que "siempre soñó con cambiar un mundo hecho para los poderosos". Y agregó que "pertenece al grupo de hombres y mujeres que abrieron el camino para que otros y otras lo recorriéramos".
Andaluz de origen, madrileño de vocación y asturiano por su adopción por los mineros de Mieres, según subrayó una de las participantes, Carlos Álvarez ha sido considerado como uno de los principales exponentes en España de la poesía de contenido social y político. Perseguido y encarcelado en 1958 y 1966, marchó al exilio. Vivió en Francia, Suecia y en Dinamarca, países donde su obra poética cobró nombradía internacional. A su regreso a España, la ardiente defensa de la clase obrera en sus poemas y su incesante militancia comunista le llevaron de nuevo a prisión, que abandonó en junio de 1975. Álvarez, que criticó al clero y a la Monarquía, glosó "la maestría política y literaria" de su amigo, también homenajeado, y consideró "un honor recibir tal galardón junto a él".
Por su parte y en su alocución, López Salinas resaltó que "la lucha contra el capitalismo" sigue siendo "más necesaria que nunca" en referencia a las motivaciones que han desencadenado el reciente movimiento sociopolítico del 15M, que consideró como expresión de la alianza de las fuerzas del trabajo con las de la cultura, un histórico objetivo del PCE cuya reconstrucción preconiza como "tarea política de extrema urgencia". Vinculó la rebeldía anticapitalista y juvenil a precedentes históricos entre los que aludió a "Villa y Zapata en Méjico, a la revolución de 1917, a la de Asturias de 1934...". El veterano líder comunista denunció al "imperialismo estadounidense y la complicidad gubernamental española en guerras imperialistas como las de Irak y Afganistán", así como "la desmembración y destrucción de Yugoslavia a manos de las OTAN". A propósito de España, se preguntó: "¿Dónde están los intelectuales de 1956, los progresistas comprometidos?" para responder: "La mentada "pasada por la izquierda" se ha transformado en la sopa boba de La Moncloa". Y concluyó: "La Transición no culminará hasta que no llegue la República". El acto finalizó con los asistentes en pie, puño en alto, mientras entonaban la Internacional.
Babelia
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