La tristeza de una armónica
Largas colas en la Academia de Cine para despedir al maestro Luis García Berlanga
Se planta delante del féretro que contiene los restos de Luis García Berlanga, saca una armónica de su bolsillo y allí, con imágenes de las películas del cineasta como telón de fondo, entona la melodía de Americano, americano, la mítica canción de ¡Bienvenido, mister Marshall!. Es la despedida triste y cálida de un ciudadano anónimo. Como la de muchos que han pasado esta tarde por la Academia de Cine para despedir al maestro, al genio, al hombre que retrató como nadie la sociedad española, al cineasta irónico que cambió el lenguaje cinematográfico en nuestro país, al autor de El verdugo, "la película más importante que se ha rodado nunca en la historia", en palabras del presidente de la institución, Álex de la Iglesia. "Con el lenguaje de los dioses", ha añadido.
Desde que a las siete de la tarde se abriera la capilla ardiente, la afluencia de gente, del mundo del cine pero también de políticos, músicos y ciudadanos anónimos ha sido incesante. Más de una veintena de coronas de flores y centros han llegado a la Academia. Una de ellas, muy especial, del pueblo de Guadalix de la Sierra, donde se rodó ¡Bienvenido, mister Marshall!. El féretro ha sido velado hasta las diez de la noche, y mañana se abrirá de nuevo la capilla desde las 10 de la mañana hasta las 13 horas, cuando el cuerpo de García Berlanga será trasladado a Pozuelo de Alarcón, en Madrid, para ser enterrado.
Está siendo una tarde triste. La vicepresidenta de la Academia, la directora Iciar Bollain, así lo acaba de resumir. "Es verdad que nos quedan sus películas, que su cine sigue vigente, pero estoy muy apenada. Se nos va una generación de grandísimos". Tanto Iciar Bollain como Alex de la Iglesia y el otro vicepresidente de la Academia, Emilio Pina, todos de riguroso negro, han recibido a las puertas de la institución a todos los que se han acercado a despedir al realizador de Plácido. De los primeros en llegar ha sido el hijo del cineasta, José Luis García Berlanga, que ha asegurado que su padre ha muerto tranquilo y en paz. José Luis García Berlanga ha agradecido a los medios de comunicación el respeto durante los largos meses de enfermedad de su padre y ha mostrado su satisfacción por el hecho de que la Academia de Cine haya acogido su despedida.
Uno de los momentos más emotivos se ha producido con la llegada de la viuda del cineasta, María Jesús Manrique, que se ha fundido en un bonito abrazo con Alex de la Iglesia. Sentada en la segunda fila de una sala abarrotada de público, María Jesús Manrique ha ido recibiendo a todo el mundo y comprobando el gran fervor que todos sentían por su marido.
El vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha llegado al mismo tiempo que la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. Juntos han asistido a la lectura de un texto del presidente de la Academia, en el que ha confesado que Plácido cambió su vida. "Metió un puño en mi corazón y lo arrancó de cuajo", ha dicho De la Iglesia. González-Sinde ha comparado a Berlanga con la Real Academia Española. "El limpió, fijó y dio esplendor con su lenguaje cinematográfico, además de contribuir como nadie a la vida intelectual y a la reflexión sobre nuestra historia y nuestra sociedad". Rubalcaba ha dicho de Berlanga que fue un maestro que "con humor supo retratar una época sórdida de nuestra historia que todos debemos conocer para que así no se vuelva a repetir".
Más madrugadores que los ministros socialistas han sido los representantes del Partido Popular. María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, -"un genio del cine español, un hombre que supo realizar, con humor pero sin acidez, la mejor crítica social y política, no solo en la dictadura, sino también en la actualidad"-, ha llegado momentos antes que la portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, que lo hacía, ha sicho, en calidad de entusiasta cinéfila del director fallecido. "La pérdida de un ser humano siempre deja un hueco, pero Berlanga nos deja sus películas. Su hueco estará siempre lleno". También la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se ha referido a Berlanga como "el mejor de los últimos 50 años".
Hoy se ha sentido la pena en la Academia. Y ha habido lágrimas y muchas palabras de consuelo. Quien no ha podido reprimir su tristeza, porque tampoco ha querido, ha sido la actriz Rosa María Sardá. "Se pierden tantas cosas con Luis que no tendría tiempo para enumerarlas", ha dicho Sardá, acompañada de la productora Beatriz de la Gándara. Directores como José Luis García Sánchez, -"hoy en todas las salas de cine de España deberían proyectar una película de Berlanga"-, Imanol Uribe, Juanma Bajo Ulloa o Miguel Albaladejo han despedido a su colega y maestro. En un rincón de la sala, de pie y muy serio, el director Eduardo Chapero Jackson. "Era un genio insustituible, de uno de los más grandes del siglo XX", ha asegurado Chapero Jackson. Quien ha tenido palabras más que bonitas para Berlanga ha sido la actriz Tina Sáinz: "Con él desaparece la continuidad de la memoria histórica de España, alguien que supo dejar testimonio de una España real y cruel y todo visto a través del humor que es como se ve la tragedia en España". También han acudido los actores Unax Ugalde, José Sazatornil, Álvaro de Luna o José Sacristán; el director artístico Gil Parrondo; los músicos Miguel Ríos o Massiel y el escritor Manuel Vicent.
En los dos libros de firmas instalados en el hall de la Academia, muchas despedidas. Y una especial firmada con solo una S. final. "Cuando compramos el primer VHS en casa, nos reuníamos todos encima de la cama y veíamos La vaquilla una y otra vez. Era un banquete familiar. Yo tenía siete años. Gracias".
Babelia
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